En 30 municipios se concentra la tala, de acuerdo con la Alerta Temprana dada a conocer ayer por la Mesa Nacional de Control Ambiental. Ya un estudio de la Universidad Nacional había alertado que Colombia iba camino a ser un desierto
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Si se mantiene la tasa anual de deforestación de 400.000 hectáreas al año, producto de la explotación de maderas, la minería, el aumento de la frontera agrícola, los cultivos ilícitos y la urbanización, Colombia dejará de ser el pulmón del mundo para convertirse en un desierto.
La alerta la dio recientemente la Universidad Nacional con base en cifras reales, puesto que con el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono se genera información veraz sobre la distribución de la superficie de bosque y la deforestación en el país, así como los cambios en la cantidad de carbono almacenado en diferentes coberturas.
Este sistema que opera de acuerdo con lo dispuesto en las decisiones relevantes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Cmnucc y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC- por sus siglas en inglés), permitió determinar que para el primer trimestre de 2017 se detectaron ocho núcleos activos, donde se concentran las Alertas Tempranas de Deforestación en el país.
Los puntos críticos están localizados al noroccidente de la Amazonia, Norte de Santander, Paramillo y Chocó y otras áreas, destacándose Solano (Caquetá), Puerto Guzmán (Putumayo), Serranía de San Lucas (Nororiente antioqueño y sur de Bolívar) y Sur del Pacífico (Nariño).
El núcleo uno está localizado en el departamento del Caquetá, concretamente en los municipios de San Vicente del Caguán (veredas Ciudad Yarí y Candilejas) y Cartagena del Chairá (veredas Caño Perdido, El Paraíso, Cumarales y La Playa) y entre los ríos Yarí y Caguán.
El estudio establece que este es un punto crítico persistente con respecto del reporte anterior (2016) y se ha ampliado la frontera agropecuaria, cultivos de uso ilícito y tala ilegal.
La importancia ecológica radica en que está localizado en Sabanas de Yarí y área de amortiguación de Parque Natural Nacional Serranía de Chiribiquete.
El núcleo dos está focalizado en la Marginal de la Selva, municipio San José del Guaviare (veredas San Jorge, San Antonio Alto, La Unión y El Chaumal) y en el municipio de La Macarena (vereda el Jordán), en el área de influencia de la vía Marginal de la selva.
El desarrollo vial, ampliación frontera agropecuaria, praderización por especulación de tierras, cultivos de uso ilícito, son los factores que han incidido en la deforestación, en una zona localizada en La Macarena, afectando el Parque Sierra de La Macarena y la conectividad ecológica Andes- Amazonia.
El núcleo tres se ubica en Norte de Santander, concretamente en el municipio de Tibú (veredas Las Gaviotas, Vetas oriente y Unión Vetas). Las Alertas Tempranas se concentran al sur del río Catatumbo y en cercanías a los ríos Tibú y San Miguel. Asimismo, los municipios El Tarra y Sardinata.
Las razones de la deforestación, según el estudio, son los cultivos de uso ilícito, ampliación frontera agropecuaria y tala ilegal, en una zona cuya importancia ecológica radica en que está en área de amortiguación Parque Natural Nacional Catatumbo-Barí. Allí se presenta una alta dinámica de fuegos forestales.
A su vez, el núcleo cuatro está ubicado en Calamar-Miraflores, concretamente en los municipios Calamar (veredas Itilla, Puerto Bonito, El Triunfo y Puerto Polaco), El Retorno (veredas Chaparral, Miraflores, Puerto Nuevo, Agua Bonita y Puerto Santander) y la consecuencia de la deforestación es el desarrollo vial, ampliación frontera agropecuaria y cultivos de uso ilícito.
Así mismo, el núcleo cinco corresponde al nororiente de Guaviare, municipio de San José del Guaviare, en el resguardo indígena Nukak Maku y en las veredas Caño Mosco, Caño Negro y Caño Blanco, por desarrollo vial y ampliación frontera agropecuaria.
Con relación al núcleo seis, en el sur de Meta, el municipio afectado es La Uribe (vereda La Primavera, La Estrella y el Diviso), en inmediaciones al PNN Tinigua y PNN Cordillera de los Picachos, por desarrollo vial, ampliación frontera agropecuaria, cultivos de uso ilícito.
La importancia ecológica es que está localizado en el AMEM Macarena, afectando PNN Sierra de La Macarena, PNN Cordillera de los Picachos, PNN Tinigua.
El núcleo siete, estribaciones de Paramillo, el municipio que centra las deforestaciones es el de Tierra Alta (Veredas Chispas, Florida, Ceniza, Cascajales) en la región del nudo de Paramillo, inmediaciones al PNN Paramillo, por tala ilegal, cultivos de uso ilícito y ampliación frontera agropecuaria.
Finalmente, el núcleo ocho, está localizado en el centro de Chocó en cercanías al río Quito en los municipios Río Quito (Paimadó), El Cantón del San Pablo (Managrú), Istmina y Medio San Juan (Andagoya), por explotación de minerales, tala Ilegal, cultivos de uso ilícito, desarrollo vial, ampliación de la frontera agropecuaria.
Si se mantiene la tasa anual de deforestación de 400.000 hectáreas al año, producto de la explotación de maderas, la minería, el aumento de la frontera agrícola, los cultivos ilícitos y la urbanización, Colombia dejará de ser el pulmón del mundo para convertirse en un desierto.
La alerta la dio recientemente la Universidad Nacional con base en cifras reales, puesto que con el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono se genera información veraz sobre la distribución de la superficie de bosque y la deforestación en el país, así como los cambios en la cantidad de carbono almacenado en diferentes coberturas.
Este sistema que opera de acuerdo con lo dispuesto en las decisiones relevantes de la Convención Marco de Naciones Unidas para el Cambio Climático, Cmnucc y el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC- por sus siglas en inglés), permitió determinar que para el primer trimestre de 2017 se detectaron ocho núcleos activos, donde se concentran las Alertas Tempranas de Deforestación en el país.
Los puntos críticos están localizados al noroccidente de la Amazonia, Norte de Santander, Paramillo y Chocó y otras áreas, destacándose Solano (Caquetá), Puerto Guzmán (Putumayo), Serranía de San Lucas (Nororiente antioqueño y sur de Bolívar) y Sur del Pacífico (Nariño).
El núcleo uno está localizado en el departamento del Caquetá, concretamente en los municipios de San Vicente del Caguán (veredas Ciudad Yarí y Candilejas) y Cartagena del Chairá (veredas Caño Perdido, El Paraíso, Cumarales y La Playa) y entre los ríos Yarí y Caguán.
El estudio establece que este es un punto crítico persistente con respecto del reporte anterior (2016) y se ha ampliado la frontera agropecuaria, cultivos de uso ilícito y tala ilegal.
La importancia ecológica radica en que está localizado en Sabanas de Yarí y área de amortiguación de Parque Natural Nacional Serranía de Chiribiquete.
El núcleo dos está focalizado en la Marginal de la Selva, municipio San José del Guaviare (veredas San Jorge, San Antonio Alto, La Unión y El Chaumal) y en el municipio de La Macarena (vereda el Jordán), en el área de influencia de la vía Marginal de la selva.
El desarrollo vial, ampliación frontera agropecuaria, praderización por especulación de tierras, cultivos de uso ilícito, son los factores que han incidido en la deforestación, en una zona localizada en La Macarena, afectando el Parque Sierra de La Macarena y la conectividad ecológica Andes- Amazonia.
El núcleo tres se ubica en Norte de Santander, concretamente en el municipio de Tibú (veredas Las Gaviotas, Vetas oriente y Unión Vetas). Las Alertas Tempranas se concentran al sur del río Catatumbo y en cercanías a los ríos Tibú y San Miguel. Asimismo, los municipios El Tarra y Sardinata.
Las razones de la deforestación, según el estudio, son los cultivos de uso ilícito, ampliación frontera agropecuaria y tala ilegal, en una zona cuya importancia ecológica radica en que está en área de amortiguación Parque Natural Nacional Catatumbo-Barí. Allí se presenta una alta dinámica de fuegos forestales.
A su vez, el núcleo cuatro está ubicado en Calamar-Miraflores, concretamente en los municipios Calamar (veredas Itilla, Puerto Bonito, El Triunfo y Puerto Polaco), El Retorno (veredas Chaparral, Miraflores, Puerto Nuevo, Agua Bonita y Puerto Santander) y la consecuencia de la deforestación es el desarrollo vial, ampliación frontera agropecuaria y cultivos de uso ilícito.
Así mismo, el núcleo cinco corresponde al nororiente de Guaviare, municipio de San José del Guaviare, en el resguardo indígena Nukak Maku y en las veredas Caño Mosco, Caño Negro y Caño Blanco, por desarrollo vial y ampliación frontera agropecuaria.
Con relación al núcleo seis, en el sur de Meta, el municipio afectado es La Uribe (vereda La Primavera, La Estrella y el Diviso), en inmediaciones al PNN Tinigua y PNN Cordillera de los Picachos, por desarrollo vial, ampliación frontera agropecuaria, cultivos de uso ilícito.
La importancia ecológica es que está localizado en el AMEM Macarena, afectando PNN Sierra de La Macarena, PNN Cordillera de los Picachos, PNN Tinigua.
El núcleo siete, estribaciones de Paramillo, el municipio que centra las deforestaciones es el de Tierra Alta (Veredas Chispas, Florida, Ceniza, Cascajales) en la región del nudo de Paramillo, inmediaciones al PNN Paramillo, por tala ilegal, cultivos de uso ilícito y ampliación frontera agropecuaria.
Finalmente, el núcleo ocho, está localizado en el centro de Chocó en cercanías al río Quito en los municipios Río Quito (Paimadó), El Cantón del San Pablo (Managrú), Istmina y Medio San Juan (Andagoya), por explotación de minerales, tala Ilegal, cultivos de uso ilícito, desarrollo vial, ampliación de la frontera agropecuaria.
Preocupación
De acuerdo con el profesor Orlando Rangel, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), en ciclos de 20 años se consumen 10 millones de hectáreas de ecosistemas en Colombia.
Dice el investigador, así como otros académicos, que el país ya ha perdido entre un 35% y 40% de sus bosques y ecosistemas, por lo cual el panorama no es nada alentador: por ejemplo, a la ciénaga El Sordo, sur del Cesar, le restan 70 años de vida útil, debido a que, ante una velocidad de sedimentación de 2,97 cm por año, cada vez es más latente la amenaza de quedar totalmente cubierta de barro.
La deforestación, el gran flagelo del país según el profesor Rangel, también se manifiesta en la colmatación y desaparición de las ciénagas en tierras bajas como la llanura del Caribe.
"Para evitar este tipo de percances y preservar el recurso natural que sobrevive, el profesor Rangel señala que es urgente incentivar la reforestación, ciclo que demanda, para su utilización, unos 20 años.
Preocupación
De acuerdo con el profesor Orlando Rangel, del Instituto de Ciencias Naturales (ICN), en ciclos de 20 años se consumen 10 millones de hectáreas de ecosistemas en Colombia.
Dice el investigador, así como otros académicos, que el país ya ha perdido entre un 35% y 40% de sus bosques y ecosistemas, por lo cual el panorama no es nada alentador: por ejemplo, a la ciénaga El Sordo, sur del Cesar, le restan 70 años de vida útil, debido a que, ante una velocidad de sedimentación de 2,97 cm por año, cada vez es más latente la amenaza de quedar totalmente cubierta de barro.
La deforestación, el gran flagelo del país según el profesor Rangel, también se manifiesta en la colmatación y desaparición de las ciénagas en tierras bajas como la llanura del Caribe.
Para evitar este tipo de percances y preservar el recurso natural que sobrevive, el profesor Rangel señala que es urgente incentivar la reforestación, ciclo que demanda, para su utilización, unos 20 años.
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