Diversos grupos defensores de los inmigrantes en Estados Unidos convocaron este jueves marchas callejeras en unas 60 ciudades del país para el 5 de octubre, en apoyo al proyecto de reforma migratoria en discusión en el Congreso.
"Estamos listos para continuar la lucha por la reforma migratoria, para que los congresistas perciban su importancia", dijo Gustavo Torres, director ejecutivo del movimiento proinmigrantes CASA, uno de los organizadores de las manifestaciones.
"Por eso, convocamos a estas marchas el 5 de octubre, que será el Día Nacional por la Dignidad y el Respeto", agregó Torres durante una conferencia telefónica.
Las marchas, que estarán acompañadas de vigilias y visitas a legisladores, se completarán tres días después con una manifestación y un concierto en Washington, anunció esta red, que incluye sindicatos y grupos por los derechos de los latinos, entre otros.
Las marchas del 5 de octubre "van a reforzar nuestro mensaje: no vamos a renunciar a nuestra demanda por un camino a la ciudadanía para 11 millones de inmigrantes indocumentados", afirmó Torres.
Para el legislador Luis Gutiérrez, electo por el estado de Illinois (centro), el 5 de octubre "es crítico y esencial".
"Vendrán los que piden que se detengan las deportaciones, los que piden que no se militaricen las fronteras, los que piden igualdad. Todos los grupos deben estar ahora unidos en favor de la reforma migratoria", anunció durante la conferencia.
"Vamos a marchar desde Los Ángeles hasta Washington, de costa a costa. Vamos a marchar en las calles y en las urnas. Esta lucha no se termina hasta que haya esta reforma, no vamos a dejar de luchar", apuntó por su parte Eliseo Medina, secretario del Sindicato de Empleados de Servicios.
Adelina Nicholls, de la Alianza del Estado de Georgia (sur) por los Derechos Humanos, señaló que la movilización "no se detendrá hasta que alcancemos nuestro objetivo de una reforma migratoria para 11 millones de familias, y se ponga punto final a las deportaciones y el gasto de dinero con la militarización de las fronteras".
Las organizaciones proinmigrantes están culminando seis semanas de actividades de presión en distintos estados del país para buscar el apoyo de los legisladores, antes de que el Congreso se reanude el próximo lunes.
El Senado, controlado por aliados del presidente Barack Obama, adoptó un proyecto de reforma migratoria el 27 de junio con un texto que prevé, bajo condiciones estrictas y al fin de un período transitorio de por lo menos 13 años, acordar la nacionalidad estadounidense a personas que vivan ilegalmente en el país.
Sin embargo, la reforma se encuentra empantanada en la Cámara de Representantes, dominada por la oposición republicana, hostil a cualquier medida que represente una "amnistía" a los indocumentados.
La reforma de la legislación migratoria es una de las mayores promesas de Obama para su segundo mandato presidencial./AFP