El grupo bonaverense de defensa de los derechos de las mujeres “Red Mariposas de Alas Nuevas Construyendo Futuro” recibió anoche en Ginebra, Suiza, el Premio Nansen para los Refugiados de Acnur de manos del alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, António Guterres.
Las voluntarias de Mariposas arriesgan sus vidas para ayudar a las supervivientes del desplazamiento forzado y los abusos sexuales. Hasta el momento han ayudado a más de 1.000 mujeres y a sus familias.
El Premio Nansen para los Refugiados es el máximo galardón humanitario de Acnur. Desde que Eleanor Roosevelt se convirtiera en la primera ganadora en 1954, más de 60 personas, grupos y organizaciones han sido reconocidos por su extraordinario trabajo y dedicación en favor de las personas desplazadas forzosas.
Colombia se sitúa en el segundo puesto mundial, sólo por detrás de Siria, en relación al número de desplazados internos. En ningún otro lugar del país como en Buenaventura se siente de forma tan fuerte la devastación, fruto de cinco décadas de conflicto. Esta ciudad portuaria industrial tiene uno de los mayores índices de violencia y desplazamiento debido a la escalada de rivalidad entre grupos armados ilegales, de los que las mujeres a menudo se convierten en objetivo. Los grupos violan a mujeres y niños para demostrar su poder y fuerza y, a menudo, practican la tortura, la violación o el asesinato como venganza.
La enviada especial de Acnur, la actriz Angelina Jolie, que dio anoche el discurso inaugural, elogió el trabajo de las ganadoras, considerando que las “Mariposas aprovechan su fortaleza como mujeres para ayudar a miles de personas vulnerables que de otro modo estarían privadas de sus derechos y de protección. Espero que la concesión de este premio ayude a más personas en todo el mundo a comprender que debemos cambiar de actitud en relación a la violencia sexual y contribuir a poner fin a la impunidad ante estos crímenes”.
“Estas mujeres realizan un trabajo extraordinario en un contexto extremadamente difícil”, declaró Guterres, agregando que “cada día ellas tratan de curar las heridas de las mujeres y niños de Buenaventura y, para ello, ponen en riesgo sus propias vidas. Su valentía va más allá de las palabras”.