Turquía manifestó su ira el miércoles por la decisión "inaceptable" de Estados Unidos de suministrar armas a las milicias kurdas en Siria, quienes se congratularon por una iniciativa que "acelerará la derrota" del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Siria.
Este aumento de la tensión entre Washington y Ankara coincide con la visita a Washington del jefe de la diplomacia rusa, Serguei Lavrov, este miércoles, con el fin de obtener el apoyo de Estados Unidos para un proyecto destinado a disminuir la violencia en Siria.
La decisión de la Casa Blanca de autorizar al Pentágono para que arme a las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), a las que Ankara considera un grupo "terrorista", fue anunciada el martes, una semana antes de que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, viaje a Washington.
"Esta fuera de cuestión que aceptemos" el suministro de armas a las YPG, reaccionó el miércoles el primer ministro turco, Binali Yildirim, añadiendo que no concebía que "Estados Unidos escogiera entre nuestras relaciones estratégicas y una organización terrorista".
Pese a la indignación turca, el jefe del Pentágono, Jim Mattis, dijo tener confianza en la capacidad de Washington para "disipar todas las preocupaciones" de Turquía. "Trabajaremos muy estrechamente (...) para apoyar su seguridad en la frontera" con Siria, afirmó.
Las YPG son una parte esencial de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza de combatientes kurdos y árabes considerada por Washington como la fuerza local más eficaz para hacer frente al grupo EI.
Sin embargo, para Turquía son el brazo sirio de los separatistas kurdos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerado organización "terrorista" por Ankara y sus aliados occidentales.
"Las YPG y el PKK son grupos terroristas, no existe ninguna diferencia entre ellos. Y cada arma que les llega representa una amenaza para Turquía", declaró el miércoles el jefe de la diplomacia turca, Mevlüt Cavusoglu.
Este tema ha deteriorado desde hace varios meses las relaciones entre Estados Unidos y Turquía, dos miembros destacados de la OTAN y de la coalición internacional que combate a los yihadistas, e ilustra la complejidad del conflicto sirio, principalmente en el norte del país.
Ankara y Moscú, aunque están opuestas en el conflicto sirio, han aumentado su cooperación últimamente y la semana pasada apadrinaron un memorando para crear "zonas de distensión" destinadas a reducir la violencia en Siria, cuyo conflicto ha dejado más 320.000 muertos desde 2011.
- Decisión 'importante' -
Las FDS, que en noviembre lanzaron una operación para aislar Raqa (norte de Siria), con el apoyo aéreo y logístico de Washington, celebraron el miércoles una decisión "importante" de la Casa Blanca que "acelerará la derrota del terrorismo".
El anuncio "oficial de este apoyo es el resultado de la gran eficacia de las YPG y del conjunto de las FDS en los combates contra el terrorismo" en Siria, declaró a la AFP Talal Sello, portavoz de las FDS.
Las YPG saludaron por su parte una "decisión histórica" que dará "un impulso importante" a todas las fuerzas que combaten al EI.
Una decisión que ha supuesto un varapalo para Turquía, que esperaba que la elección de Trump comportara un cambio de postura de Washington respecto a las milicias kurdas, que la administración del expresidente Barack Obama decidió apoyar para frenar la expansión de los yihadistas.
Erdogan declaró recientemente que tenía la esperanza de escribir una "nueva página" e las relaciones turcoestadounidenses con Trump e indicó que intentaría, en su viaje a Washington, disuadir al presidente estadounidense de apoyar a las milicias kurdas para expulsar al grupo EI de Raqa.
Ankara lanzó el 24 de agosto una ofensiva en el norte de Siria para empujar a los yihadistas hacia el sur, pero también para impedir una unión de las diferentes zonas controladas por las YPG en el norte de Siria.
Turquía teme que los grupos kurdos amplíen sus territorios en el norte sirio, en la frontera con Turquía, y ha rechazado participar en cualquier ofensiva contra Raqa en la que estén implicadas las YPG.
Horas antes de que Washington anunciara que proveería armas a las YPG, el secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, había declarado en Copenhague que Estados Unidos se asociarían con Turquía en las operaciones militares para recuperar Raqa.