¿Debe haber minería en Colombia? | El Nuevo Siglo
Domingo, 29 de Mayo de 2016

Por Álvaro Sánchez *

Especial para EL NUEVO SIGLO

Tras el fallo de la Corte Constitucional que avaló la posibilidad de que los mandatarios municipales tengan la potestad de restringir las actividades mineras en su territorio y esta autoridad deje de ser exclusivamente del resorte nacional, se volvió a agitar el asunto sobre la conveniencia de frenar el desarrollo minero en Colombia y establecer una “moratoria” que preserve nuestras riquezas ambientales o, por el contrario, que se opte por impulsar el desarrollo del país a través de la explotación minera.

 

El primer grupo es liderado por el exministro Manuel Rodríguez y el doctor Juan Pablo Ruiz y, el segundo, por la Agencia Nacional Minera (ANM) y las asociaciones mineras del país. Pretendo en estas líneas esbozar una tercera opinión sobre el asunto y proponer la tercera vía, a mi modo de ver la solución del asunto.

 

Partamos de la base cierta de que el hombre ha asociado su desarrollo a la minería desde la época prehistórica. Para que existiera la Edad de Piedra el hombre hubo de extraer piedra; posteriormente llegaron la Edad de Bronce, la Edad de los Metales, la Edad de Oro… Y así, sucesivamente, nuestras referencias se han basado en la minería. Entonces, pretender hoy revertir el asunto tiene una dificultad logística tan grande que se hace prácticamente imposible y lo que procede es buscar la forma de lograr la mínima afectación de los recursos naturales con el mayor beneficio social y una adecuada mitigación. Si esto se logra, no solo se continuará con el desarrollo, sino que se podrá garantizar una distribución de la riqueza en las zonas de explotación y una protección permanente al medio ambiente.

 

Surgen dos teorías que podrían ayudar en el desarrollo del tema: la minería verde y la minería sostenible. Veamos en que consiste cada una de ellas.

 

Minería Verde

Aunque los enemigos a ultranza de la minería manifiestan que “el concepto de minería verde es solamente un eslogan para lograr que la opinión pública favorezca la actividad”, la realidad es muy diferente. La minería verde, para ser considerada como tal, debe tener cubiertos tres aspectos fundamentales:

 

·       La afectación ambiental que genere la explotación debe ser compensada con medidas adecuadas de mitigación que garanticen la resiliencia de los ecosistemas afectados en un periodo de tiempo corto.

·       Los impactos generados no pueden afectar la salud de los habitantes de los alrededores del proyecto.

·       Los recursos fundamentales para la supervivencia no deben ser tocados sin haber garantizado previamente la integridad de los mismos en el futuro y la disponibilidad de los mismos durante la explotación.

Existen proyectos de minería verde en países como Canadá, Suráfrica, Chile y Noruega, entre otros. Y entonces surge la pregunta ¿Por qué no se puede tener en Colombia minería verde?

 

Minería Sostenible

También los detractores aseveran que la minería sostenible no existe y se basan para esta afirmación en la asociación del termino con el de desarrollo sostenible. Esto hace que no sea aplicable a recursos no renovables como es el caso de los minerales. Sin embargo, esta discusión es más semántica que otra cosa y en la práctica es posible tener este tipo de minería y para ello se hace necesario garantizar el cumplimiento de los siguientes parámetros:

·       El negocio minero debe ser rentable para los propietarios y para el país, de lo contrario no tendría sentido como negocio y no sería impulsor del desarrollo.

·       Los terrenos afectados con la explotación deberán quedar nuevamente en el estado en que se encontraban antes de la intervención, en cuanto hace a la parte biótica del territorio. Es decir, en cuanto hace a la flora, la cobertura y la fauna.

·       Parte de las utilidades deben garantizar inversiones en la mejora de la calidad de vida de los trabajadores y sus familias y del entorno territorial del proyecto.

·       Los trabajadores deben contar con la seguridad que le otorga la ley a cualquier trabajador.

En el país existen dos intentos dignos de mencionar como son las minas de Cerromatoso y las del Cerrejón.

 

¿Cómo hacerlo?

Esta es una pregunta más fácil de responder desde la teoría que de llevar a la práctica, básicamente por las deficiencias de nuestros sistemas de control y por la falta de definición en algunas políticas públicas que, si bien es cierto que están esbozadas, también es cierto que no son aplicadas adecuadamente en la mayoría de los casos. Veamos algunos de los requisitos básicos que podrían garantizar el equilibrio entre minería y medio ambiente:

1.   La debilidad estructural del Estado en términos del control a las licencias que él mismo expide, no permite garantizar el buen manejo ambiental de los proyectos. Entonces se requiere fortalecer las áreas de control de la ANLA y de las CAR’s, conformando, además, una sólida y bien preparada Policía Ambiental y preparando técnicamente a los jueces y a fiscales que investigan delitos ambientales. Hoy por hoy, tanto el control como la persecución de los delitos ambientales son extremadamente precarios.

2.   La dependencia que aún se tiene, en la mayoría de las regiones del país, de la información suministrada por los contratistas para el estudio y otorgamiento de las licencias ambientales no garantiza la idoneidad de los estudios que se presentan para obtener dichas licencias. Es necesario tener una línea base actualizada del país, para que así se pueda garantizar la veracidad de la información y se mejore la calidad del análisis que precede a las licencias ambientales.

3.   Normalmente la minería formal y legalmente establecida tiene la poca vigilancia y seguimiento que hoy se lleva a cabo. Lo que realmente está acabando con nuestros recursos es la minería criminal en poder de grupos armados al margen de la ley. No se puede comprender cómo, con las tecnologías disponibles, aún se establecen y prosperan minas clandestinas. Es importante establecer un bloque de búsqueda que barra el país a diario para acabar con ese daño irreparable a nuestro patrimonio ecológico.

Finalmente puedo decir que el asunto no es depredar o conservar, el asunto debe ser aprovechar nuestra gran riqueza no renovable manteniendo nuestro patrimonio ecológico incólume; ese es nuestro gran reto.

* alsanchez2006@yahoo.es@alvaro080255