Chelsea Manning, la exanalista de inteligencia detrás del escándalo de WikiLeaks y ahora ícono transexual, posa en traje de baño en la próxima edición de la revista Vogue, fotografiada por la célebre Annie Leibovitz.
"Creo que así luce la libertad", comentó la exprisionera en su cuenta en Twitter, como leyenda de una foto que la muestra con un traje de baño rojo de una pieza, con las manos sobre su cabello húmedo y desordenado, y caminando por la playa.
"Chelsea Manning cambió el curso de la historia. Ahora se está enfocando en sí misma", dice el título del extenso artículo que publica la revista estadounidense de moda.
En 2010, cuando era el soldado Manning y llevaba el nombre de Bradley, filtró a WikiLeaks más de 700.000 documentos confidenciales relacionados con las guerras de Irak y Afganistán, entre ellos unos 250.000 cables diplomáticos que comprometieron a Estados Unidos y sus cancillerías en todo el mundo.
Condenada por un tribunal militar a 35 años de reclusión por la gigantesca fuga de datos clasificados, salió en libertad después de siete años tras los barrotes gracias a un indulto concedido por el presidente Barack Obama justo antes de terminar su mandato.
La exanalista de inteligencia, liberada en mayo, siguió en la cárcel un tratamiento hormonal para convertirse en mujer después de un largo combate legal.
La foto publicada por Vogue y el artículo que le acompaña provocaron el viernes numerosos comentarios en las redes sociales, que reflejan la ambivalencia de sentimientos que genera esta mujer que cumplirá 30 años en diciembre.
Para muchos estadounidenses, Manning es una heroína de las libertados que pagó muy caro las revelaciones sobre la muerte de civiles en bombardeos estadounidenses. Pero para otros, la exprisionera es una traidora que generó enfrentamientos con el enemigo.
Cualquiera sea el caso, la mujer se ha convertido en una celebridad y sus cuentas en Twitter e Instagram son seguidas por centenares de miles de personas en Estados Unidos y el resto del mundo.