La jefa del gobierno alemán, Angela Merkel, se mantuvo firme en sus propuestas para salir de la crisis de la deuda en Europa, en la inauguración del Foro Económico Mundial (WEF) que busca respuestas para superar esta amenaza para el capitalismo.
Alemania no quiere comprometerse con algo que no podrá cumplir, aseguró Merkel en el discurso inaugural ante jefes de Estado, economistas y empresarios de todo el mundo, presentes en esta cita mundial.
"En Alemania no queremos encontrarnos en una situación en la que hayamos asumido compromisos que no podemos cumplir", dijo Merkel en respuesta a aquéllos que exigen aumentar el capital de los fondos de rescate de la zona euro, lo que no significa que Berlín se oponga a la solidaridad con los países en dificultades, precisó.
Merkel recordó que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) dispone de 250.000 millones de euros, y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), que debe entrar en vigor en julio próximo, de 500.000 millones, por lo que considera estas cantidades suficientes para hacer frente a la crisis actual.
"Si Alemania por ejemplo, en nombre de todos los otros países miembros (de la Eurozona) prometiera algo, y los mercados nos atacaran (y) no pudiésemos cumplir, entonces habríamos abierto un flanco", dijo Merkel antes de subrayar que en "muchas, muchas ocasiones hemos demostrado que somos serios con la solidaridad y los compromisos" y el país "siempre ha apoyado al euro".
Pese a la firmeza de la jefa de la primera economía europea, la situación no está en absoluto resuelta. Grecia, epicentro de la crisis, se hunde en la recesión y las negociaciones que mantiene con los acreedores privados no han concluido.
Charles Dallara, director general del Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a los acreedores privados, es esperado de nuevo en Grecia para proseguir con las negociaciones.
Los acreedores públicos europeos de Grecia deberían participar también "en el esfuerzo financiero" para aligerar la deuda del país en el caso de que el acuerdo con los bancos privados no sea suficiente, dijo la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde.
La situación en Europa, que se hunde en la recesión -el último país en anunciar un repliegue del crecimiento fue el Reino Unido este miércoles- cubre de pesimismo la cita de Davos que se debate sobre la necesidad de refundar el capitalismo.
Desempleo, oportunidades para los jóvenes, los más afectados por la falta de empleo, desigualdad, competitividad o innovación marcaron la sesión de apertura de este foro, que reúne a 2.600 personas en esta montaña mágica de la literatura, entre ellos políticos, economistas o empresarios de todo el mundo.
Pero no todos ven desde el mismo prisma el supuesto fracaso del capitalismo. El mundo emergente, con Brasil, China o India a la cabeza, lo considera una oportunidad.
"Hay una discusión diferente dependiendo de donde vives", recordó el consejero delegado de Alcatel-Lucent, Ben Verwaayen.
Para David Rubenstein, cofundador y director del fondo de inversiones estadounidense Carlyle --que acaba de recibir un dividendo de 134 millones de dólares al término de un excelente año para su firma--, Occidente tiene "tres o cuatro años para mejorar el modelo económico que tenemos y si no lo hacemos rápidamente habremos perdido la oportunidad de competir contra el capitalismo del mercado emergente", advirtió.
"Tenemos que rediseñar el modelo" y "parar con la avaricia" que ha prevalecido en el sistema actual, exhortó Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (ITUC), tras recordar que hay más de 200 millones de personas sin empleo en el mundo y 45 millones que entran en el mercado laboral cada año.
Burrow acusó a los mercados financieros de "asesinar" a la economía real y acusó a los bancos de ser los "mayores matones del planeta".
El profesor de Finanzas de la Universidad de Chicago Raghuram G. Rajan aseguró que hay que reformar los bancos para que no se beneficien de que son demasiado grandes para caer. "Es el capitalismo travestido", dijo.
Pero Davos no es sólo economía. En las decenas de debates diarios que ofrece la agenda, la mayoría cerrados a la prensa, se habla también de asuntos como la compasión, la energía, el contexto energético y la seguridad, el nuevo liderazgo, la creatividad en el trabajo, la mente y la máquina o cómo gestionar la complejidad.