Para Walter Rodrigues está claro que la moda no tiene edad ni género y mucho menos estatus social. El diseñador brasilero es la mente brillante detrás de Inspiramais, el salón de la moda que se llevó a cabo en Porto Alegre (Brasil) el mes pasado.
Walter se hizo famoso en la pasarela Orbitel de Colombiamoda por complementar los atuendos de las modelos con el símbolo de identidad de este país: el sombrero.
“Fue en el 2003 en el Country Club de Medellín, dónde yo presenté mi colección frente a dos mil personas, junto con María Luis Ortiz, quien es mi amiga de corazón. Yo amo a los colombianos, tengo muchísimos amigos de ese país, como Mónica Holguín y Pepa Pombo y muchos más que admiro porque tenemos muchas cosas en común”, recordó Walter.
Con una trayectoria de más de 40 años, ha demostrado ser anticipado; sabe cuál es el camino de la moda y es capaz de detectar lo próximo en cuanto a colores, diseños y consumo. Gracias a su investigación y su intuición, junto a su equipo de ‘design’ logró hacer visible la moda intergeneracional: “Por primera vez hay cinco generaciones conviviendo simultáneamente. Nosotros pensamos que en ese contexto no podemos hablar más con edadismo, no hay que decir que esta prenda es para una señora de 60 y esta otra para una más joven. La prenda de vestir es para quien quiera”, refiere Walter, de ascendencia japonesa y quien a sus 64 años se siente motivado, inspirado y dispuesto a seguir apostándole a la industria de la moda.
Inicios
Sin lugar a duda, es uno de los nombres más aplaudidos en la moda brasileña. Comenzó su carrera en 1983 como estilista en la revista "Manequim", en São Paulo. En 1992 lanzó una marca de ropa que lleva su nombre.
“Yo comencé como vendedor en una tienda de moda. Luego trabajé en la revista brasilera, en ese entonces no sabía qué quería hacer, además porque no tenía condiciones financieras de hacer una carrera de diseño industrial, eran los años 80 y no había escuelas de moda. Empecé a trabajar con varias marcas hasta 1992, cuando lancé mi propia marca. Dos años después logré participar y abrir la primera semana de moda de Brasil, de allí para adelante mis colecciones estuvieron en grandes desfiles de París, exporté mis prendas para Japón, Arabia Saudita, Grecia, España, México, entre otros países”, cuenta el diseñador, quien durante el evento de Inspiramais se enfocó en mostrar que la moda no tiene un código establecido.
De hecho, en el encuentro de moda que estuvo promovido por la Asociación Brasileña de Empresas de Componentes para Cuero, Calzado y Artefactos (Assintecal), Walter dio a conocer que en esta tónica intergeneracional vibran los colores llamativos, aquellos que se asemejan a las frutas, que despierten emociones y sensaciones y que además conecten una generación con otra.
El enfoque estuvo en el dinamismo excéntrico presente en todo el mundo, a través de perfiles de personas mayores de 60 años, donde es común ver señoras con el pelo y la ropa de colores, estimulando el consumo de ropa y accesorios.
La excentricidad ha sido valiosa para mantener la mente activa, curiosa y saludable, por ello el evento fue oportuno para crear nuevas conexiones y oportunidades sociales.
“Por ejemplo, vemos a las personas de 70 u 80 años usando ropa juvenil, eso es posible porque es la primera vez en la historia que tenemos cinco generaciones que se ven simultáneamente. Nosotros tenemos los conocimientos, todo lo que hemos vivido por tantos años, y los jóvenes tienen la oportunidad de comunicarse con esas personas a través de la tecnología, pueden exponer esas ideas de diseño, de eso se trata, de unificar. Entonces tenemos que conectarlas una a la otra y lo estamos haciendo a través de diseños que inspiren, que dejen huella y que sean sustentables con el medioambiente. Entonces estamos utilizando el diseño como puente para integrar las generaciones”, señaló Rodrigues.
Años de gloria
Walter fue el diseñador que en una temporada vistió a las mujeres más poderosas e importantes de Brasil. Tuvo muchos años dorados, de mucho renombre, pero un día decidió dejar todo para comenzar de nuevo.
“Recuerdo que en el 2003 inicié mi proyecto con Assintecal para crear el núcleo, con proyectos de diseño para mejorar los productos. Tenía cuatro desfiles al año, dos en Brasil y dos en París; claro, era el diseñador del momento, pero estaba muy cargado de trabajo. Corría el año 2012 y estaba muy cansado, porque diseñaba prendas de vestir exclusivas, hacía los vestidos de novias, de las chicas más importantes, de las actrices, presentadoras de televisión. Tenía una carrera consolidada y de lujo, pero me cansé, dije ¡basta!”.
Así fue que Walter decidió renunciar a su momento de gloria en las grandes pasarelas para entregar su tiempo y conocimiento a Inspiramais, que desde hace 29 años promueve el desarrollo de materiales que tengan la capacidad de transmitir valores esenciales y verdaderos al consumidor, “algo fundamental para que las empresas tengan éxito”, dice.
“Allí sentí que había una fuerza, una alegría, mucha energía, entonces en el 2012 cerré todo el proceso, dejé São Paulo y me vine a vivir a Caxias do sul (sur de Brasil), a dos horas de Porto Alegre. Ese año cambié toda mi vida y ahora me siento vivo, al poder tener jóvenes trabajando conmigo para retroalimentarnos”, destaca el diseñador quien siente que está en el mejor momento de su vida, porque para él lo más importante son las personas, que puedan sentirse libres en el momento de escoger una prenda, un color o una textura.
“Nosotros, ya seamos colombianos, peruanos, mexicanos, brasileros o argentinos, somos muy similares culturalmente, somos muy coloridos, somos muy parecidos, siempre estamos en una fiesta de movimiento, de danza, de música, es decir, somos libres para cantar y para expresarnos, entonces queremos descubrir cómo conectarnos con otras culturas de otros países. Actualmente en Latinoamérica estamos con los colores como el rosa, amarillo, rojo, esos tonos también están en India, China, África, porque están presentes en lo cotidiano, en las casas, en los productos, en las frutas, son los colores que más nos identifican”, dice el diseñador, convencido de que la moda es capaz de unir las cinco generaciones que conviven actualmente en el mundo.