En unlugar de La Candelaria, un caballero andante llega a las tablas. Danza, música en vivo y muy buen humor se reúnen en la adaptación teatral de El Quijote, dirigida por Santiago García.
Desde mañana hasta el 21 de septiembre, el público del Teatro La Candelaria tendrá una cita a las 7: 30 p.m. con el ingenioso Hidalgo y su escudero Sancho Panza, en esta obra que cumple 15 años desde que el grupo La Candelaria decidió embarcarse en este reto.
García, director del grupo, recuerda cómo se gestó la adaptación de este clásico de la literatura castellana:“Teníamos mínimo 120 posibilidades, escenas, propuestas. Poco a poco fuimos descartando cuáles eran las más teatrales y las más adecuadas para nuestro público y para el tiempo de hoy”.
Aunque conserva los diálogos originales de la novela de Cervantes, este Quijote resultará cercano a las raíces colombianas, permitiéndole al público encontrar vestigios de su propia cultura. Relatos de castillos encantados, duques, leones africanos y los infaltables personajes de Dulcinea, Sancho Panza y el caballo Rocinante, harán parte de este montaje que reúne 12 escenas basadas en el texto del siglo XVI.
Vigente y universal
Aunque pueda parecer una obra de otro tiempo y enmarcada en una realidad lejana para los colombianos, es por su capacidad de soñar, levantarse de sus fracasos y adentrarse en la fantasía de la vida, que García vio la conexión entre los colombianos con el Quijote de La Mancha. Para el director, “tenemos mucho que ver con España, que es de donde viene la obra, es parte de su cultura, de su pasado y de su patrimonio cultural. Entonces, los colombianos debemos verlo como una obra propia, no como extranjera o europea. Es una pieza absolutamente colombiana, bogotana, del barrio La Candelaria, y de este querido teatro”.
Gracias a su lenguaje popular y presentación ante públicos de todo el mundo, hoy pretende ser más actual que nunca. Alexandra Escobar, quien interpreta a varios personajes en el montaje, explica el propósito de esta adaptación tan colombiana: “Al hablar de la utopía de El Quijote también hablamos de nuestro deseo de algún día tener la paz, emprender aventuras y perseguir los sueños. Eso podría ayudar a quitarnos la idea de que El Quijote es aburrido y ladrilludo”.