El arte precolombino será el protagonista en “200 años después: Nadín Ospina y la pervivencia de lo indígena”, una exposición que se une a la celebración del bicentenario de la independencia de Colombia con música que evoca los sonidos tradicionales de la mano de la agrupación “Los Sikuris Suaya”.
La primera referencia a una pieza quimbaya aparece en su obra en 1987, pero la investigación de Ospina no se detuvo: diferentes versiones y transformaciones de retablos han aparecido en su obra desde entonces, hasta llegar a ‘El paseante’, la escultura inflable que hará parte de la exposición 200 años después: Nadín Ospina y la pervivencia de lo indígena, que se inauguró esta semana en la Biblioteca Nacional de Colombia y que va a estar abierta al público hasta febrero del 2020.
Los retablos quimbayas son representaciones de figuras humanas con anatomías geométricas y más bien planas. Sus rostros son inexpresivos y están resueltos de manera simple: hendiduras que representan ojos y boca y una prominente nariz aguileña.
“La singular conformación de estas piezas, su síntesis y su simbolismo me han llamado la atención desde que comencé a interesarme por el arte precolombino” afirma el artista bogotano Nadín Ospina.
Esta escultura de 8 metros de alto inspirada en los retablos quimbayas, instalada en el vestíbulo central de la Biblioteca Nacional, entra en diálogo con otras representaciones e iconografías de lo indígena: las láminas de la Comisión Corográfica, proyecto científico (1850-1862), el cual hace parte de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Colombia. Esta Comisión reunió a varios dibujantes que no sólo trazaron y pintaron caminos y montañas, sino a los indígenas del país y sus costumbres, en una forma de autodescubrimiento tras el proceso de Independencia.
La exposición incluirá, además, varios documentos de las colecciones y fondos de la Biblioteca Nacional de Colombia, divididos en siete categorías: el poder del lenguaje, la fuerza política, los dos grandes tesoros, los investigadores, La Vorágine, la mirada colonizadora y el Jorge Isaacs viajero.
Todas las piezas que conforman la exposición son diferentes versiones de cómo, desde la llegada de los españoles hasta el siglo XXI, se ha representado lo indígena. El material documental seleccionado también deja ver que en los diferentes soportes y registros ha primado más la voz, o el filtro, del otro –el letrado, el colonizador, el investigador- que la misma voz indígena. Ésta, cuando se ha expresado de manera directa, ha asumido un peso político y simbólico no pocas veces reprimido.
La exposición, con el apoyo de la Fundación Arteria, incluye una visita guiada con el artista y un concierto con el grupo ‘Los Sikuris Suaya’, con un repertorio de músicas indígenas latinoamericanas.
Esta agrupación, fundada en 1985, trabaja en la recuperación de instrumentos ancestrales de los pueblos indígenas kuna o guna dule de Urabá en Colombia y kuna yala de Panamá, así como de comunidades de la familia lingüística tukano de los departamentos de Guaviare y Vaupés.
'200 años después: Nadín Ospina y la pervivencia de lo indígena' se podrá visitar en la Biblioteca Nacional de Colombia hasta febrero de 2020.