El reconocido escritor argentino, creador de una prosa limpia y sencilla, habló con EL NUEVO SIGLO. “Para mí escribir fue muy divertido”, dijo
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EL NUEVO SIGLO: ¿Usted se considera un escritor del mundo teniendo en cuenta que ha escrito sobre lugares muy diversos?
MARTÍN CAPARRÓS: Soy argentino, he vivido en otros lugares, pero creo que las ideas nacionalistas están un poco caducas, y residimos en una época en que uno se comunica a una escala más grande que la nacional.
Tú lees periódicos de otros lugares, vez películas que han hecho en sitios que no conoces y consumes libros que se han escrito por todas partes. Ya no hay productos nacionales de la cultura, hay formas locales de mezclar lo global. Pero esas formas también se modifican y cambian mucho de un grupo a otro.
ENS: Jorge Luis Borges afirmó que el fútbol es popular porque la estupidez es popular. Teniendo en cuenta su trayectoria escribiendo sobre este deporte, ¿qué piensa al respecto?, ¿el fútbol es una manera de hacer a la sociedad estúpida?
MC: No es una forma de hacer a la sociedad estúpida, es una forma de entretener a millones de personas que siguen ese entretenimiento. Desde tiempos remotos han existido formas de entretener, como la religión o cualquier cosa que cumpla un papel similar. El fútbol es la manera más efectiva para lograr ese objetivo, eso sin ninguna duda.
Lo anterior no quiere decir que no sea interesante, al contrario, es súper interesante, atractivo y excitante, por eso consigue distraer a tanta gente.
ENS: A propósito del fútbol, en su crónica titulada ‘Martin Palermo, el mejor tronco del mundo’, ¿usted buscaba dar a entender que una voluntad inquebrantable puede vencer al talento natural?
MC: No sé si la voluntad siempre puede, pero cuando consigue siempre tiene un mérito especial. Jugar muy bien siendo Lionel Messi no tiene ningún mérito, lo tiene en cambio si no eres muy bueno y haces muchos goles, como Palermo.
Cuando la voluntad de aquel que no tiene más que esa voluntad consigue lo que estaba deseando se evidencia un acto memorable. A Messi en cambio uno no lo respeta, uno lo envidia, es envidiable. En cambio, ser Palermo es ser respetable.
ENS: ¿Cómo hace para sostener el ritmo de sus trabajos periodísticos y literarios teniendo en cuenta sus constantes viajes por el mundo?
MC: Con que todos los días pueda apartar dos o tres horas para concentrarme en lo que estoy escribiendo eso me alcanza para seguir adelante con los libros. Aprendí a escribir en bares, aeropuertos y parques por la necesidad de fortalecerme como escritor.
ENS: Leímos su reciente crónica en el diario El País titulada ‘Bogotá, una ciudad rescatada’ y parece que usted hubiera vivido muchos años acá y que fuera más colombiano que muchos otros, ¿cómo logró ese efecto de captura tan poderoso?
MC: Trato de mirar y de escuchar todo lo posible. En cuanto a esto último me parece que escuchamos muy poco y que miramos aún menos. Entonces, si uno está muy decidido a que quiere beber de los lugares donde está, de las personas con las que se encuentra, debe analizar miles de cosas, el resto es ordenar las palabras, dotarlas de una prosa razonable, qué se yo…
ENS: Usted afirma que hay que tener una educación en la mirada y en el sentido auditivo, ¿cómo se haría ese ejercicio?
MC: Yo propondría irse para un mercado como San Victorino, sentarse en una banquita y ponerse a anotar todo lo que ves alrededor. Sobre lo interesante, lo digno que merece ser contando. Parece un ejercicio bobo, pero en verdad, si consigues describir un lugar y analizar al detalle a unos buenos personajes tendrás armado un material interesante para lograr lo que en definitiva es fundamental: saber contar la historia.
ENS: ¿Cómo ve el periodismo en el futuro teniendo en cuenta las nuevas tecnologías digitales?
MC: Me parece que todavía no hemos aprendido a utilizar todas las herramientas digitales para hacer mejor el periodismo. De hecho, las herramientas para recopilar o potenciar el uso de noticias, sonidos, hipervínculos, relatos, material fotográfico y escrito no las manejamos aún lo suficiente.
ENS: ¿Qué problemas ve en la sociedad contemporánea?
MC: Podríamos hablar de las enormes desigualdades del mundo. Por otra parte, el no sentirnos representados por aquellos que han sido elegidos para representarnos y gobernarnos. Pero el principal problema es no tener una idea clara del futuro.
ENS: ¿Cómo percibe la crisis en Argentina?
MC: Es una situación que no se resuelve desde hace décadas. No hay ningún plan futuro y parece no haber una idea clara de cómo se hace para construir un país que no caiga en un nuevo desastre económico y por lo tanto político. Eso que pasa casi en todos lados, en Argentina pasa de una manera dramática.
ENS ¿Cómo fue la experiencia de escritura de su último libro ‘Todo Por La Patria’?
MC: Fue muy entretenido, en realidad se tiende a condenar el hecho de que escribir pueda ser entretenido o divertido, para mí escribir es muy divertido. Esta historia de tono intrigante atraviesa dos realidades, la del Pibe Rivarola y el futbolista más famoso en de la Argentina los años 1930, Bernabé Ferreyra. La podría definir como una historia que habla del fútbol y sobre una Argentina destrozada.
ENS ¿Usted cree que la Academia Sueca de las Letras fue injusta con Borges al no otorgarle el Premio Nobel de Literatura?
MC: Bueno fue injusta o fue justa, porque lo puso en la lista de los mejores escritores del siglo XX. Ni Kafka, ni Proust, ni Faulkner, ni Joyce tuvieron el Premio Nobel. Es decir que no tener este galardón en ese periodo de tiempo probablemente era la mejor distinción que un escritor de esa época podía esperar…