El escritor y guionista estadounidense de literatura fantástica y ciencia ficción George R.R. Martin afirmó: “Un lector vive mil vidas antes de morir, el que nunca lee solo vive una”. Aunque hablaba de vivir en sentido metafórico, al analizar la frase se puede concluir que las personas que leen mucho no solo pueden vivir más aventuras a través de las páginas de los libros sino que también son más supervivientes.
En la capital del país, el enunciado del escritor bien se ajusta a la última encuesta de lectura, escritura y oralidad del Observatorio de la Red Distrital de Bibliotecas Públicas de Bogotá (BibloRed), en el que se evidencia que las personas aumentaron su interés por los libros, en especial por el estilo narrativo (novela y cuento). Durante los últimos años, el hábito de lectura entre los bogotanos ha aumentado, pues pasaron de leer un promedio casi 3 libros al año en 2019 a 4,6 en 2022, tanto en formato digital como impreso.
Es decir, que en el 2019 se leía un promedio de 2,7 libros al año, según el sondeo realizado por la Secretaría de Cultura, dado a conocer en el mes de abril, en el que se concluyó que el 42% de los ciudadanos consideraba que leer constituye un hábito para adquirir nuevos conocimientos.
De acuerdo con la Dirección de Lectura y Bibliotecas y la Dirección Observatorio y Gestión del Conocimiento Cultural, de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, en Bogotá, al 76% de las personas les gusta leer. ¿Cómo lo hacen? Principalmente, a través de plataformas digitales, siendo el celular la favorita, pues el 53% de la ciudadanía lo usa para leer. Sin embargo, en Bogotá el 74% de la ciudadanía tiene libros en su casa.
Hábitos de lectura
Por su parte, en la reciente encuesta el índice de lectura de la población exclusivamente lectora fue de 7,2. Este indicador surge de una encuesta exclusiva sobre los diversos hábitos lectores de la población bogotana, en la que se abordaron únicamente prácticas y hábitos relacionados con la lectura, la escritura y la oralidad, un estudio que se da por primera vez en Bogotá y que tuvo como referente la Encuesta Nacional de Lectura (Enlec).
“Los resultados del estudio permiten concluir que la pandemia trajo consigo cambios en los hábitos lectores, que se han traducido en un aumento en los índices de lectura en la ciudad, los cuales también se han evidenciado en otros países como España y Chile. Los bogotanos leen más y en diversos formatos, un indicador que nos permite pensar en las múltiples posibilidades de construir a través de la lectura, desde la empatía, la conciencia crítica y la curiosidad”, dijo Nicolás Montero, secretario de Cultura, Recreación y Deporte.
Asimismo, el informe permitió identificar cuatro comunidades lectoras: la primera, compuesta por aquellos que leen por gusto, es decir, quienes relacionan la práctica lectora con el placer y el tiempo libre, los cuales corresponden a un 36% de los encuestados. La segunda, aquellos que leen por cultura general, es decir, que relacionan la práctica lectora con la adquisición de conocimientos universales y que componen el 12%. Una tercera comunidad de lectores, constituida por quienes leen debido a necesidades relacionadas con el trabajo o las actividades académicas, y que agrupa a un 33%.
Y la cuarta, correspondiente al 19% de los encuestados, quienes manifestaron que leen por múltiples propósitos como informarse, por crecimiento personal, aprendizajes prácticos, entre otros.
En palabras de Consuelo Gaitán, directora de BibloRed, “contar con una caracterización de estas comunidades permite la identificación de los lectores y sus necesidades, y les da soporte a las múltiples acciones que adelantamos para fortalecer la creación de lectores por gusto y con sentido crítico, desde la diversidad en el acceso a los espacios de lectura en la ciudad”.
Resultados en cifra
Gaitán señaló que la encuesta permitió identificar los tipos de textos que más leen los bogotanos: el 26% de los encuestados leen narrativa (novela y cuento), historia, política y ciencias sociales, 21%; temas religiosos, 20%; superación y autoayuda, 18%; biografías,14%; poesía, 13% y literatura para niños, 10%
Asimismo, la influencia lectora en los jóvenes encuestados reveló que los profesores son los que más motivan a la lectura con un 45%, seguido de la madre 31%, el padre 13%, el abuelo 6% y la abuela el 4%.
Y en términos generales, el 50% de los encuestados compran libros, mientras el 30% lo descargan gratuitamente de internet. El resto de porcentaje tiene otras prácticas, como el préstamo, regalo, entre otras.
Está comprobado que leer es una actividad que aporta enormes beneficios desde el punto de vista psicológico e incluso impacta positivamente en el funcionamiento cerebral, activando algunas áreas y mejorando la conectividad neuronal. Por eso, incluso se ha comprobado que una buena novela “masajea” las neuronas. George R.R. Martin tuvo razón al afirmar que el que lee tiene una vida longeva.
Siguiendo con el estudio, se determinó que al 82% de los jóvenes encuestados (entre 13 y 18 años) le gusta leer, discriminando que el 59% lo hacen en formato impreso, mientras que el 41% leen en forma digital.
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También comprobó que las mujeres leen más que los hombres, que el 33% de ellos lo hacen en formato digital, mientras que las féminas manifiestan preferencia por la forma impresa.
El 70% de los jóvenes prefieren leer narrativa (literatura, cuentos, historietas), mientras que el resto (30%) prefiere textos académicos y para su trabajo de tesis o líneas de investigación.
El estudio también determinó que las bibliotecas públicas son los sitios favoritos para leer, con un 47%, seguido por las casas de cultura con un 25%. En estos escenarios, las actividades más demandadas por la ciudadanía, con un 55%, son las relacionadas con la lectura y la escritura.
Finalmente, se identificó una diversificación de las habilidades lectoras, que resulta en lectores que se mueven tanto en el formato digital como análogo.
“Es necesario seguir fortaleciendo el cerebro binario”, refiere la investigadora científica Maryanne Wolf, planteamiento reforzado por Diana Guzmán, directora de la Escuela de Lectores de BibloRed, quien afirma que “a través de lecturas multimodales y formatos mixtos, se da una enorme oportunidad para proporcionar información, conocimiento y entretenimiento a través de diferentes medios e instrumentos: desde el libro, pasando por el audiovisual y otros formatos sonoros”.
Colombia, un país que lee
Vale la pena recordar que el año pasado el ranking de lectura en América Latina, revelado por la plataforma de venta de libros Buscalibre, puso a Colombia en el cuarto lugar de esta lista que lideran Argentina y Chile, con una lecturabilidad de más de cinco libros por persona al año, seguido por México con 3,4.
Colombia entró a este podio con 2,7 libros y en el quinto lugar se posiciona Perú con 1,2 ejemplares leídos al año. Las cifras reafirman la premisa de que el país es una nación de lectores y los números apuntan a que los jóvenes son los que lideran esta práctica, como ya se dijo anteriormente.
En conclusión, los resultados de esta encuesta refuerzan el pensamiento de seguir creando oportunidades y espacios para la lectura. Enriquecer la apuesta por continuar aumentando los índices de lectura en la ciudad, en manos de los entes responsables, como la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, y BibloRed, ente que desde la apertura de nuevos escenarios culturales como bibliotecas y espacios alternativos de lectura o la instalación de códigos QR en el sistema de transporte público Transmilenio, ofrece acceso gratuito a más de tres millones de recursos de la Biblioteca Digital, hasta la vinculación de prácticas lectoras en otros proyectos y programas de la Alcaldía de Bogotá.
Consuelo Gaitán, directora de la BibloRed. Foto: El Nuevo Siglo /Alejandro Avendaño.