Por Emilio Sanmiguel
Especial para El Nuevo Siglo
Porque en este mundo de apariencias y sainetes culturales no resulta de buen tono dejarse llevar por la pasión que produce oír una buena versión del “tango del indiano” que es la carta de presentación de Juan en el acto I de “Los gavilanes”, que anoche inauguró la Temporada de Zarzuela 2013 que se presenta en el Teatro de Bellas Artes, el de Cafam, en la Avenida 68.
Por fortuna esos operómanos, que tristemente en su inmensa mayoría son farsantes, y simuladores culturales, seguidores obsecuentes del “Gran Mogol criollo”, pero zarzueleros vergonzantes, no le hacen mella a la realización de las temporadas de la compañía de Manzur.
Porque los verdaderos aficionados están por todas partes. El teatro de Cafam está ubicado en el contexto menos poético de este mundo, sobre una avenida que es fea, como todas las avenidas de Bogotá, hay que atravesar un supermercado para llegar, pero está ubicado en medio de un mar de barrios de clase media y tiene público para dar y convidar. Resulta relativamente asequible para buena parte de esos aficionados de que hablaba, los muy ricos y los que lo son menos, que son la mayoría.
Al teatro se puede llegar con relativa facilidad y seguridad. Si bien es cierto atravesar un supermercado no es una prueba inspiradora, no hay que someterse al aterrador panorama de mendigos y raponeros del teatro Municipal sobre la Séptima o a la travesía para llegar al Mayor en la 170. Y pase lo que pase hay parqueaderos, suficientes y de sobra, o en los bajos del supermercado o al descubierto frente al teatro… no hago referencias al Colón porque en este momento no se sabe qué pasa por allá; seguramente el peligrosísimo equipo de “expertos” del Minicultura sigue dándole rienda suelta a su imaginación en el pobre Coliseo de Cantini; pero, como siempre, esa es otra historia: ¡Qué sino el de la familia Santos!, pasar a la historia los atentados contra los bienes culturales de la Nación: el tío abuelo arrasó el Claustro de Santo Domingo y el sobrino-nieto se hace el de la vista gorda con las loquinas que hacen sus “expertos” en el Colón… de los “expertos” ¡líbranos señor!
Pero me fui por entre las tiendas y olvidé que es de la temporada de zarzuela 2013 que se trata. No sé con exactitud cuántas temporadas de zarzuela ha hecho Jaime Manzur, pero ha hecho muchas. Para esta se ha jugado el todo por el todo y trae cuatro títulos, aunque el cuarto es en realidad la suma de muchos, pues se trata de su prestigiosa Antología, que cierra la temporada con más de dos horas de selecciones de los momentos más queridos del género.
Los gavilanes, como se sabe, es la obra maestra de Jacinto Guerrero, que se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 7 de septiembre de 1923 y, forma parte del repertorio de zarzuelas escritas en el siglo XX, que paradójicamente hoy en día son las más populares y favoritas del público. Lo digo porque generalmente se olvida que la historia de la zarzuela, con todos sus altibajos, viene de los siglos del barroco español.
El libreto de Gavilanes es de José Ramos Martín, plantea sobre la escena una situación cercana a la tragedia: dos mujeres, Adriana y Rosaura, madre e hija, mezzosoprano y soprano, enamoradas de Juan el “indiano”, y para completar el cuadro está Gustavo, el enamorado de Rosaura, celoso como es natural y tenor por supuesto.
El segundo título será “La leyenda del beso”, que es obra de ese dueto irrepetible de la historia del melodrama que fueron Reveriano Soutullo y Juan Vert, dos compositores que escribían, con éxito, “a 4 manos”. El libreto es obra de un trío: Enrique Reoyo, José Silva Armburu y Antonio Paso. La obra se estrenó en el Apolo de Madrid el 18 de enero de 1924, como quien dice, es del año siguiente a “Gavilanes”. Historia de nobles, gitanos y conjuros, su música está plagada de momentos felices y muy queridos del público, como el célebre intermezzo del acto II.
Tercer título, claro, “Luisa Fernanda”, que de las zarzuelas es la reina y la de más reciente composición, pues es de 1932. El estreno ocurrió en el teatro Calderón de la Barca el 26 de marzo. Nada qué añadir sobre la zarzuela más querida del público en América y en España, a tal punto que casi puede decirse que una temporada de zarzuela sin laLuisa puede ser un disparate.
Y como decía, el colofón va por cuenta de la Antología, que reúne los momentos más queridos del público… Ojalá este año haya novedades… por ejemplo, darnos el lujo de oír el dueto del Dúo de la Africana, o la romanza Bendita cruz de Don Gil de Alcalá, pero en esto, cada loco con su tema. Cuatro semanas de zarzuela, con presentaciones viernes, sábado y domingo: para todos los gustos y con diferentes niveles de trancón en la capital petrificada de Colombia.