La preparación de una de las bebidas más tradicionales del mundo oriental se renueva en occidente.
A diferencia de lo que muchos creen, la segunda bebida favorita en el planeta después del agua es el té, debido a que en los países asiáticos se consume mucho más que en los occidentales.
Este producto ofrece un sinfín de sabores, calidades y sensaciones, además, se recomienda consumir más en hoja suelta que en bolsa, pues su pureza es menor. El té nació en Oriente para corregir la mala calidad del agua, los expertos afirman que el nombre se deriva del dialecto chino Amoy (localidad del antiguo puerto de comercio), en el que se pronuncia tai.
Todos los tés provienen de las hojas de la Camellia sinensis y hay miles de variedades que se diferencian según el clima, la región y las condiciones del suelo, pero a grandes rasgos hay cinco familias básicas que se derivan en fermentados y no fermentados.
Los no fermentados son los blancos y verdes, los cuales son refrescantes, suaves y tienen la mayor cantidad de antioxidantes, por lo que son buenos para la piel; mientras que los tés fermentados son los azules, negros y rojos.
Sin embargo, el té azul sería como la champaña porque tiene una fermentación media, lo que da una variedad de sabores distintos como pasa con el vino. Entre tanto, el té negro se fermenta máximo un mes y el té rojo es dos meses y se guarda para que haya una pos-fermentación que puede llegar a durar hasta 100 años.
Las mejores cosechas de té provienen de la India, país que junto a China es el más grande productor y exportador de este producto, de donde salen unos 1.000 millones de kilogramos de infusiones por año. Preparar un té puede parecer fácil, pero hacerlo realmente bien, requiere conocer un amplio abanico de trucos y consejos.
Existen cinco maneras de preparar té:
Método británico: en donde se calienta el agua para dejarla hervir y luego se agrega a una tetera para que el sabor de las plantas de té sea extraído por la temperatura del líquido.
La clave está es en que el agua no llegue a un punto de ebullición muy alto, pues las propiedades de la hoja se podrían perder. Muchas personas antes de servir calientan la taza para asegurarse que el té mantenga su temperatura.
Método japonés: se pone en cada taza que se vaya a servir una cucharada de té, luego se le agrega agua a punto de hervir y se mezcla con una rama de bambú.
Método ruso: se prepara una infusión muy cargada de té, por lo menos cuatro o cinco cucharadas por medio litro de agua, luego se diluye en cada una de las tazas en las que se vaya a servir con el líquido caliente del samovar (cafetera alta con una chimenea interior que se usa para hacer esta bebida) finalmente se endulza con azúcar o mermelada.
Método marroquí: se pone en la tetera el té verde Gunpowder, este nombre se debe a que las hojas tienen un aspecto muy parecido a la pólvora empleada en los cañones de la guerra, luego se vierte un poco de agua hirviendo y después se elimina, se llena nuevamente con agua hirviendo y se deja por unos minutos tapado, para concluir se sirve en vasos en los que se ponen hojas de menta fresca para darle un toque diferente.
Método paquistaní: este se prepara con leche, esta se pone a hervir y luego se vierte sobre el té, se deja tapada la infusión por unos minutos y luego se endulza al gusto, para darle un sabor diferente se le puede agregar canela o jengibre.
La Temperatura a la hora de preparar esta bebida es muy importante, ya que después de los 90º centígrados todas las propiedades del té mueren porque se cocinan, de esta forma se dañan por completo todos los antioxidantes y los aceites esenciales para el organismo.
Se debe tibiar el agua y agregarle el té deseado máximo un minuto y medio para que no se vuelva amargo, esto servirá para mantener sus beneficios como saciar la sed.
Tomar té frío es excelente, de hecho es mejor que tomarlo caliente, pero es importante cómo se prepara. Lo mejor es agregar la cantidad de té que desee al agua, meterlo a la nevera ocho horas y luego sacarle las hojas, así aprovecharán todas las propiedades del producto y se consumirá bien preparado según los expertos.
Lo recomendado es usar hojas para que se puedan aprovechar más los beneficios, estas sirven como fertilizantes para las plantas, entonces no se deben botar a la basura. El té puede ser acompañado con un aperitivo o se puede tomar solo, eso sí, es una bebida relajante y muy deliciosa, por eso es una de las preferidas en todo el mundo.
En occidente la forma más frecuente de preparar té es la británica, pero también existen la japonesa y la marroquí.
Una vez usadas las hojas de té, no conviene tirarlas a la basura, pues son un buen fertilizante para las plantas.