Elegido entre 15 finalistas, el libro Música Lenta del tolimense Nelson Romero Guzmán fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía, otorgado por el Ministerio de Cultura a través la Convocatoria de Estímulos 2015 y que tiene el propósito de reconocer la excelencia de la creación literaria del país. La noticia del ganador del premio dotado con $60.000.000 fue dada a conocer por el Ministerio de Cultura.
El jurado calificador integrado por los poetas, Juan Gustavo Cobo Borda, Horacio Benavides Zúñiga y Álvaro Rodríguez Torres, señaló en su acta que “Música lenta es un libro muy original, que mezcla diversas texturas literarias y plásticas. Recobra fantasmas como en La última crónica del tren, que nos sitúa en su comarca natal, Tolima, y en los ásperos tiempos de violencia que vivimos. Juega también con su propia escritura en ironías y paradojas propias ya de un escritor formado. También en su obra se nota la terribilidad de unos poemas como Puerta 1 y Puerta 2 donde encontramos imágenes de gran poder capaces de cauterizar y redimir como toda gran poesía”.
Juan Gustavo Cobo Borda, miembro del jurado, explicó que el libro Música lenta de Nelson Romero Guzmán obtuvo el premio por unanimidad, por ser un trabajo muy coherente en su asimilación de las referencias literarias y plásticas, lo cual muestran la solidez de su autor. “En sus versos hay referencia a figuras como Lautréamont, Jean Genet o un muy original poema sobre ‘El Grito’, la pintura de Edvard Munch. Pero también posee una proyección muy colombiana con homenajes a poetas como Aurelio Arturo, así como un tratamiento valiente de episodios terribles de la violencia en Colombia, todo desde una perspectiva muy finamente creativa; no se trata de una denuncia elemental sino que hace que la poesía cure y reviva esa tragedia de nuestro país”.
Cobo Borda, también elogió Música lenta por contener poemas que tratan tópicos que con frecuencia no se abordan en la poesía. “Hay unos muy hermosos que dan una visión lejana a los viejos trenes que cruzaban la geografía del país, y que poseen unas variaciones muy originales en los que el autor nos introduce en esos trenes, para observar personajes, sonidos y paisajes que poco a poco se van volviendo como fantasmas o sueños de infancia, haciendo así un recorrido sobre algo que ya no existe”.
Nacido en Ataco, Tolima, en 1962, Nelson Romero es licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad Santo Tomás. Su poesía versa sobre cuestiones como la libertad expresiva, la ironía, preocupaciones teológicas y mitológicas y lo cotidiano. Escribe su poesía en verso libre. Ha sido invitado a participar en festivales y recitales poéticos en Colombia y en otros países. Actualmente trabaja como docente en la Universidad del Tolima.
En 1999 obtuvo el Premio de Poesía de la Universidad de Antioquia. En 2015 obtuvo el Premio Casa de las América con su libro Bajo el brillo de la luna otorgado en Cuba. Ha publicado libros de poesía como Días sonámbulos (1988), Rumbos (1995), Surgidos de la luz (2000), Voy a nombrar las cosas (2000), La quinta del sordo (2005), Grafías del insecto (2006) y Obras de mampostería (2007).
Según explica Romero, Música Lenta fue publicado en 2014 por la Fundación Arte es Colombia y está integrado por una recopilación de textos poéticos del autor escritos a lo largo de cinco años. “Allí concibo la idea de la escritura como un punto de partida del libro mismo. Contiene algunas imágenes que se generan a partir de la realidad colombiana, de nuestros conflictos y que está subtitulado bajo el nombre de ‘música lenta’, que en realidad hace referencia a esa música trágica de lo que vivimos. Hay imágenes que tienen que ver con esos instrumentos atroces como las bombas. Entonces, es una música que nos tortura lentamente, y allí aparecen esos elementos catastróficos de esos sonidos producidos por este tipo de instrumentos, que no son propiamente musicales, pero que tienen esa relación paradójica; pero también, está la idea de música en relación con la escritura”, agregó.
El ganador del Premio Nacional de Poesía 2015 señaló que su libro premiado también recoge elementos vinculados con la cotidianidad propiamente dicha, “pero estos elementos están impulsados por un lenguaje mucho más escueto, por una imagen de la realidad más directa. En ellos trato de concebir elementos como la ironía o el juego con el lenguaje, buscando tal vez, efectos de humor. Aunque es difícil definir un libro a través de algunos elementos. Yo creo que es el lector quien en últimas puede dimensionar y resignificar lo que dice el libro”, reflexionó.
El poeta afirmó que la poesía ha estado presente durante toda su vida, pero que de forma consciente la asumió cuando tenía 17 años y aún estaba en el colegio. Luego de trabajar en la rama judicial ahora es docente de la Universidad del Tolima en el área de Literatura. “Parte de este libro surge de las lecturas que comparto con mis alumnos en el aula”, agregó.
Nelson Romero reconoció la importancia que tiene un concurso como el Premio de Poesía. “Yo no escribo en función de los premios, lo hago como consecuencia de un impulso, de una necesidad vital. Pero también es cierto que los premios son una opción de impulsar los libros, de poder compartirlos con los lectores y con el medio cultural. Es una forma de superar la indiferencia de las editoriales que hay en el país frente a la poesía”.
Por su parte Juan Gustavo Cobo Borda, señaló que la convocatoria de MinCultura muestra el buen momento de la poesía en Colombia. “Si bien como jurado me sorprende que hoy en día la mayoría de las ediciones son minoritarias y no llegan ni a los 300 ejemplares cuando nuestra generación no bajaba de mil ejemplares, el hecho de haber reunido a autores tan valiosos como los finalistas de esta edición del concurso, algunos de ellos incluso publicados en el exterior, muestra que sí hay una vigencia activa de la poesía en todas las regiones del país”.
En el acta el jurado además destacó como Suplente, la obra El Libro de Santiagode Carlos Enrique Vásquez Tamayo. “El nacimiento de un hijo, que es a la vez el nacimiento de un libro realizado en una especie de soliloquio, una reflexión íntima y profunda sobre la vida y la muerte hace verosímil y conmovedor este libro”, señala el acta.