Vientos de libertad soplaron este domingo sobre las colecciones otoño invierno de la moda masculina en París, con la celebración de la individualidad por Lanvin y un homenaje del británico Paul Smith al legendario Jim Morrison, la estrella de rock rebelde por excelencia.
Oda al rock y los textiles artesanales de Paul Smith
"Pienso que ya era hora de salirme de aquella línea muy perfecta", dijo Paul Smith (67 años), al definir ante la prensa el estilo de su nueva colección. "En todas partes del mundo, la gente está buscando algo un poco más fuerte y más poderoso".
La música del desfile plantó sin equívocos el homenaje a Morrison, fallecido en París en 1971, y de quién se cumplirá en diciembre el 70º aniversario del nacimiento.
La otra característica dominante de Paul Smith fue los estampados, con motivos de notas musicales y animales, incluyendo flamencos.
Morrison "vivió en la costa oeste de Estados Unidos, donde los moteles tienen a menudo carteles de neón: palmeras, flamencos, y animales: son todas referencias a la costa oeste".
Hay gran variedad de materias: cachemira, angora, seda, lana, jersey. La colección "es muy líquida, ¡a las estrellas de rock les gusta estar cómodos!" De negros y grises, la serie pasa a beiges y tonos malva. Osa en algún caso extremo un rosado. "Empecé con colores apagados y finalmente llegué a colores más fuertes", acotó Smith.
Los estampados que recuerdan motivos de alfombras son además un tributo al trabajo textil artesanal. A destacar además collares de colgantes estilo hippie de los años 70.
La "libertad de elección" de Lanvin
Bajo las espléndidas claraboyas de la escuela de Bellas Artes de París y la mirada atenta en primera fila del actor norteamericano Will Smith --que no se perdió un desfile importante esta semana--, los creadores de Lanvin Lucas Ossendrijver y Alber Elbaz, presentaron una colección dedicada a "la libertad de escoger".
También aquí hubo abundancia de materias, variedad de siluetas: pantalón muy estrecho, o muy amplio, cintura alta, o baja. Dominó el look "rock", pero también había conjuntos clásicos o callejeros.
El desfile no apuntó "ni a un look, ni a un hombre" en particular, dijo Alber Elbaz. "Se trata de la individualidad, de dejar a la gente libre".
Elbaz contó que había reflexionado sobre el tema del uniforme. "Es lo contrario de lo que hace feliz a la gente", comentó: "hay que ser uno mismo".
El hombre de Lanvin puede además distinguirse por los colores. Combina el tono de sus camisas con el de sus zapatos, o zapatillas de colores llamativos --también las hubo con Paul Smith-- verdes, rosadas o azules. Y las rayas del traje de Lanvin pueden ser rojas o azules.
Guardarropas unisex de R
Es una chica o un chico? desde el primer modelo, el creador japonés Rynshu entrevera los géneros. ¡Hasta hay chicas con bigotes! Y cuando uno ve la colección, imagina perfectamente a una mujer sustrayendo algunas prendas al guardarropas de su novio.
El conjunto es predominantemente oscuro, pero el negro se asocia con lamé azul o gris. El estilo es la la vez punk y glamour. Una capa de lana negro viene decorada con delicados bordados de flores blancas.
En cuanto a los materiales, Rynshu opta por terciopelos de satin o de seda, jacquard bordado con hilos dorados o plateados, cachemira y cordero.
Agnès B: cine y look francés "adaptado a la vida" real
La diseñadora Agnès Troublé, fundadora de la marca Agnès B, dio carta blanca para los primeros modelos de su desfile al decorador de cine Adrien Beau ("Les condiments irréguliers", 2010), que trajo personajes salidos del siglo XIX, revisitados con un toque de ironía: el burgués elegante o de entre casa, el obrero, el chico malo o el viajero.
Luego en la colección propia Agnés B dominó la lana, salvo en conjuntos para salir de noche en los que irrumpieron otras vez materias sintéticas brillantes, siempre con cortes ajustados a la silueta.
"Es un estilo muy francés, que se inspira en la 'Nouvelle Vague' pero que es al mismo tiempo actual", explicó la creadora a la AFP. "Es ropa que se usó hace veinte años y que se seguirá usando dentro de otros veinte. No son modelos de pasarela, son prendas para vender en las tiendas", subrayó: "ropa adaptada a la vida". "Me gustan los buenos cortes, los buenos materiales, que se pueden combinar fácilmente y que quedan siempre bien".