Luces de neón, máquinas tragamonedas, una bailarina de cabaret desnuda y un Cadeillac son algunas de las sorpresas de la eléctrica adaptación de Rigoletto de Giuseppe Verdi que se presenta en la Metropolitan Opera de Nueva York, convertida en una decadente Las Vegas.
El director estadounidense Michael Mayer, ganador de un Premio Tony de Broadway, eligió trasladar la tragedia de su original ambientación del siglo XVI en Italia a los años 1960 en la ciudad del vicio y el juego, en una apuesta bien recibida en principio por el público y con reservas por la crítica.
Rigoletto, una de las obras cumbre del compositor italiano Verdi, cuenta la historia del bufón de la corte del Ducado de Mantua, norte de Italia, cuya hija Gilda se enamora perdidamente del mujeriego noble, en una relación rechazada por su padre y que desencadena un trágico final en una sociedad donde todo vale.
"¿Cuál es el equivalente cultural al mundo de esta ópera? Es promiscuo, es decadente, es un mundo donde las mujeres son juguetes y objetos sexuales. Es un lugar donde hay mucho glamour, dinero, poder, sexo y violencia; un lugar donde hay una cultura de la suerte y la superstición. Entonces, por supuesto pensé en Las Vegas" afirmó Mayer al defender su idea, con la que debuta en la Metropolitan Opera.
"Creo que es realmente valioso reimaginar los grandes clásicos de una forma fresca que puede iluminar aspectos de la historia, la partitura o los personajes de modo que la gente pueda vincularse con ellos en una manera contemporánea" agregó.
Así, el duque aparece vestido de smoking blanco cantando en un casino durante la apertura de la obra, en un homenaje a Frank Sinatra y la época dorada del "Rat Pack" (La pandilla de ratas), el notable grupo de actores y músicos que se presentaban en Las Vegas entre 1950 y 1960.
La nueva producción también guiña el ojo a iconos de la ciudad del pecado, con un Cadillac que sirve para ocultar un cadáver e impactantes luces de neón para representar la tormenta que acompaña el acto final de la ópera.
Aplausos en varias ocasiones y hasta gritos socarrones cuando apareció la bailarina desnuda en el inicio del tercer acto de la ópera marcaron la primera presentación de la atrevida adaptación el lunes por la noche en la Met.
Si el público parece aceptar el desafío, la crítica se mostró más prudente y el diario New York Times destaca aspectos, aunque termina por decir que es "una mezcla frustrante de inventiva e ideas a medio cocinar".
"La muy publicitada Rigoletto de la Met es una experiencia deslumbrante y depresiva. Resplandece con brillantes neones y canto vibrante. Se vuelve confusa con apatía. No es el premio gordo de la lotería" coincide el Daily News.
El elenco está encabezado por el montenegrino Zeljko Lucic, como Rigoletto, el polaco Piotr Beczala, El duque y la alemana Diana Damrau, interpretando a Gilda. El próximo 16 de febrero, Rigoletto será retransmitida en directo en 1.900 teatros de cine de 64 países, incluyendo Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Guatemala, México, Perú, República Dominicana y Uruguay.
El programa "La Met: en directo en Alta Definición", que propone llevar la ópera a todo el mundo, tiene como sitio más grande de difusión el Auditorio Nacional de Ciudad de México, con capacidad para 6.000 personas. En Estados Unidos será retransmitida en 761 teatros de cine, en el Reino Unido en 142 y en Francia en 124. En la temporada 2011-2012, la Met retransmitió 11 óperas en 1.700 teatros de cine de 54 países con unos tres millones de entradas vendidas.