Miles de actores europeos reconstituyeron cerca de Moscú una batalla emblemática de la guerra de 1812 entre el ejército ruso y las tropas de Napoleón, con motivo del bicentenario de un acontecimiento celebrado en Rusia con fervor patriótico.
Mientras los participantes procedentes de Francia y otros países de Europa se preparaban para la llamada batalla de Moskova, en Borodino (120 km al oeste de Moscú), el presidente ruso Vladimir Putin pronunció un discurso teñido de patriotismo, en presencia de numerosas invitados, entre ellos el ex presidente francés Valéry Giscard d'Estaing.
"Toda la población se alzó contra los invasores. Su heroísmo sin precedentes, su fuerza espiritual y su querencia profunda a su tierra dieron a nuestro país una inmensa fuerza que nunca antes se había visto", declaró Putin al pie de un monumento erigido en el campo de batalla.
La Segunda Guerra Mundial y la batalla de Borodino dieron fe del "patriotismo sin precedentes de nuestra población, que defendió su país y le garantizó un papel de gran potencia mundial", concluyó el presidente con solemnidad.
El presidente ruso saludó luego a las personalidades, entre ellas a Valéry Giscard d'Estaing, al que dio calurosamente las gracias por asistir en Borodino en la reconstrucción de la batalla, un acto por el que el Estado ruso desembolsó 36 millones de rublos (casi 900.000 euros).
"Francia y Rusia han estado del mismo lado durante las dos guerras mundiales", dijo el ex presidente francés a Putin, según las imágenes recogidas por la televisión pública Rosia 24.
"Hemos pasado más tiempo juntos que haciéndonos la guerra", le contestó Putin, destacando que "Francia ha sido casi siempre un socio estratégico de Rusia".