Por Marcela Madrid Vergara
Especial para EL NUEVO SIGLO
Más quela biografía de uno de los mejores pintores del impresionismo francés, Renoir es la historia de su musa. Impulsiva, soñadora, espontánea, Andrée Heuschling introduce a los espectadores en el hogar de Auguste Renoir, construyendo el relato de esta familia a través de su mirada.
Huyendo de la Primera Guerra Mundial, el artista decaído por los años y la muerte de su esposa, se refugia en la Costa Azul donde se dedica a plasmar la belleza femenina para olvidarse de sus penas. Así, sobrepasa los achaques de su enfermedad pintando los cuerpos de las mujeres que terminan por convertirse en sus sirvientas, una condición que Andrée se rehúsa a adoptar.
Esta joven de asombrosa belleza llega no sólo para convertirse en la modelo de los últimos cuadros del artista. Su hijo Jean, herido en combate, encuentra en ella un impulso para volver a soñar que lo lleva a convertirse luego en un memorable cineasta.
EL NUEVO SIGLO habló con Gilles Bourdos, el director de este filme que fue escogido como la representación de su país a los Premios Oscar 2014. Renoir llega a Bogotá, Bucaramanga, Cali, Medellín y Barranquilla hasta el 31 de octubre por cuenta del XII Festival de Cine Francés.
ENS: ¿Por qué escoge este momento en la vida de los Renoir?
GB: Yo diría: buscar a la mujer. Me basé en ese momento específico de estos dos personajes porque encontré la historia magnífica de André Heuschling, una joven que le devuelve a Auguste Renoir el gusto por la pintura. Además, es quien va a convertirse en la esposa de Jean y lo impulsará a hacer cine. Esa transmisión entre padre e hijo era una situación determinante sin la que hubiera sido muy difícil hacer la película.
ENS: ¿Cómo logra construir la personalidad de André? ¿Qué sabía de ella?
GB: Nada. Me encontré una historia fascinante de una mujer que está en todos los últimos cuadros de Renoir, en los más grandes museos del mundo y en las primeras películas de Jean Renoir. Sin embargo, se tiene muy poca información sobre ella, así que me tocó investigar durante un tiempo para tratar de construir su carácter y saber de dónde venía y quién era. Me pareció fantástica la vida de una mujer de 17 años que venía de un mundo popular; así le gustaban las modelos a Auguste Renoir: populares y no profesionales. Ella tenía esas ganas de vivir y esas ansias de éxito, lo que le daba una vitalidad muy particular y, por ende, ritmo a la película.
ENS: ¿Hay algo de ficción en la construcción de este personaje o trató de ceñirse a esos hallazgos?
GB: Siempre hay algo de ficción, imaginación e interpretación así los hechos sean verídicos. El simple hecho de decidir como director qué mostrar y qué no, es una elección, y por ende es ficción.
ENS: ¿Cómo escogió a Christa Theret para el papel de esta mujer?
GB:Fue un proceso muy largo. Lo interesante de Christa es que cuando la entrevisté por primera vez ella no sabía nada de la película ni del tema. Le pregunté sus orígenes y me contó que su madre era modelo y su padre pintor, una coincidencia extraordinaria que la llevaba a conocer muy bien ese mundo. Ella había crecido viendo a su madre posar para las pinturas así que le fue muy fácil encarnar ese rol.
ENS: ¿Cómo se refleja el ambiente de guerra en los personajes, aparte de la evidente influencia en Jean Renoir?
GB:La guerra es un elemento esencial dentro de la película. Determina enormemente la manera como se logra comprender el personaje de Auguste Renoir, quien detesta la violencia por haberle quitado a sus dos hijos.
La guerra es lo que lo aísla y lo lleva a buscar refugio en el sur de Francia, a vivir en un universo en que solo está rodeado por mujeres, niños o viejos, pues todos los hombres en edad de combatir están en el campo de batalla. Se vuelve un momento horrible en su vida como persona y artista, pero lo milagroso es que sus pinturas de ninguna manera reflejan esas terribles circunstancias.
ENS: Últimamente se rumora que el cine francés está en crisis por cuenta de la poca financiación, el declive en la asistencia a las salas y la disminución de películas francesas. ¿Es cierto?
GB: No creo que el cine francés esté pasando por un mal momento. La más reciente Palma de Oro en el Festival de Cannes fue para una película francesa y el Óscar fue para Michael Haneke, un director austriaco pero con una producción completamente francesa (Amour). Se siguen produciendo muchas películas al año en Francia y si hay un cine en el mundo que ha aguantado la hegemonía de Hollywood es el francés.
ENS: ¿Cómo ve la recepción de las películas francesas en un país como Colombia, que ha estado tan acostumbrado al cine hollywoodense?
GB:No conozco mucho al público colombiano pero veo por ejemplo una distribuidora como Babilla, que está construyendo salas nuevas donde se proyecta cine independiente y de autor. Eso, en el marco de esta ciudad gigantesca y en evolución, me da mucha esperanza de que ese círculo de cine que hasta ahora ha sido muy pequeño se expanda poco a poco.