La polémica subasta de 70 máscaras consideradas sagradas por los indios hopi de Arizona, suroeste de Estados Unidos, empezó el viernes por la tarde en París, unas horas después de que la justicia francesa rechazara la demanda de los indígenas reclamando la suspensión de esa venta.
"La subasta seguirá adelante", lamentó tras el fallo el abogado de los indígenas Pierre Servan-Shreiber a la AFP, quien indicó que apelaría ante el Consejo de ventas, la autoridad que supervisa la subasta, y que habría podido tomar la decisión de suspender el remate, lo cual no hizo.
La subasta organizada por la casa Néret-Minet Tessier & Sarrou, que se celebra en el centenario Hotel Drout, centro de París, ofrecerá al mejor postor 70 máscaras que son propiedad de un coleccionista francés que ha vivido largo tiempo en Estados Unidos.
Los hopi, que fueron apoyados en su demanda por el actor Robert Redford y de Survival International, una asociación de defensa de los pueblos indígenas, presentaron en marzo un procedimiento de urgencia ante la justicia francesa reclamando la suspensión de esa venta, que consideraron atenta contra sus creencias religiosas.
Dos museos de Arizona se unieron también a los pedidos de suspender la venta de estas máscaras llamadas "Katsinam", que los hopi consideran sagradas porque representan para ellos el espíritu de sus ancestros.
"Son máscaras muy importantes que no exhibimos en público, que utilizamos en nuestros ritos de paso", lamentó ante la casa de subastas Bo Homahquahu, miembro de la comunidad hopi y quien se halla estudiando literatura clásica en una universidad de París.
El joven de 25 años, cuyo nombre significa "águila maravillosa", explicó a la AFP que esperaba que un coleccionista compre toda la colección de máscaras, estimada en 600.00 euros y 800.000 euros, y la restituya a los hopis.
En el fallo del tribunal, consultado por la AFP, la juez Magali Bouvier estimó que si las máscaras tiene para los hopis "un valor sagrado, una naturaleza religiosa o encarnan el espíritu de los ancestros de estas personas.. no pueden de ninguna manera ser asimiladas a cuerpos humanos o a elementos de cuerpos de personas existentes o habiendo existido".
"El único hecho de que estos objetos puedan ser calificados de objetos de culto (....) no les confiere un carácter de bienes inaccesibles", estimó la juez francesa.
"Es una visión demasiado restrictiva y mal fundada del derecho", protestó Servan-Schreiber, que se congratuló sin embargo de que este caso puso en evidencia una "muy fuerte movilización" en favor de los hopi.
"Es el principio de una real toma de conciencia de la opinión pública que comprende que no todo puede ser comprado o vendido, sobre todo algo tan íntimo y sagrado", resaltó.
Perú y México han reclamado en más de una ocasión la suspensión de ventas de arte precolombino en París, como ocurrió en marzo con la venta de la colección Barbier Mueller, en la casa Sotheby's, pero sin llegar a presentar una demanda ante la justicia francesa.
La demanda de los hopi, aunque fue rechazada por la justicia de Francia, podría abrir el paso a más reclamos judiciales de este tipo.