La semana de la moda de París confirmó la gran diversidad de sus pasarelas, desde una colección Dior reinventada por Raf Simons hasta diseñadores llegados de Argentina, pasando por el minimalismo refinado de la marca japonesa Issey Miyake.
Los vestidos de mujeres-flor siguen presentes en Dior, pero aparecieron escudos y detalles novedosos en el look: el belga Raf Simons expresa en su colección prêt-à-porter femenina primavera-verano 2014 su voluntad de renovar la prestigiosa casa.
El decorado del desfile es suntuoso. En los jardines del museo Rodin, miles de flores caen en cascada desde una estructura metálica. Los tonos son malva, rosa, y rojo, además de grandes hojas de banano.
"Nos llevó varios días hacer el montaje", explicó a la AFP el PDG de Dior, Sidney Toledano. "Fue una idea de Raf. Ya sabíamos que adoraba las flores". Para su debut, en julio de 2012, el diseñador había hecho desfilar a las modelos delante de muros de rosas y orquídeas.
El show comienza esta vez con unos magníficos pliegues, en una falda de seda cruda asimétrica y otras en seda azul o naranja.
También hay shorts que simulan ser faldas. Aparecen escudos en las siluetas, en el busto o las mangas. Vestidos más bien clásicos por su forma, que llevan letreros: "hyperrealness", es decir hiperautenticidad.
"Esta colección se define por la voluntad de desviar a Dior, de empujarlo un poco" explica Raf Simons en las notas entregadas a los invitados. Explica que quiere imprimirle "una nueva narrativa".
El final del desfile está reservado a la "nueva tribu de mujeres-flor". Dior las había imaginado para su primer desfile de alta costura en 1947. Esta vez brillan, porque son en jacquard plateado, cubierto de minúsculas flores.
"Transforma a Dior pero conserva sus valores", explica Toledano. "No conozco muchos talleres capaces de lograrlo".
La compañera del presidente francés François Hollande, Valérie Trierweiler, estaba sentada en primera fila, junto a Bernard Arnault, PDG del grupo de lujo LVMH, al que pertenece Dior. Vestida de Dior, por supuesto. "Sólo me visto así en ocasiones especiales", explica, citando como ejemplo cenas oficiales y viajes al extranjero.
"Al principio, me reprochaban no ser lo suficientemente elegante. No sabía nada de todo esto. Hoy estoy feliz de vestirme así. Es muy femenino", explica.
En un universo muy distinto pero no menos sofisticado, con música electrónica interpretada en vivo mediante pantallas de video táctiles, Issey Miyake presentó la colección inspirada en la "luz y la ligereza", sintetizadas en inglés bajo la misma palabra: "light".
"Esta colección es híbrida", lo cual significa que utiliza fibras naturales y nuevas tecnologías para crear, explicó a la AFP el diseñador de Issey Miyake, Yoshiyuki Miyamae.
Las modelos, inusualmente sonrientes, deambularon como al azar en lugar de caminar en línea recta, presentaron conjuntos y vestidos monocromáticos, blancos o negros, con líneas de perforaciones verticales o textura con relieve cuadriculado.
El desfile en tres partes jugó con la penumbra nocturna de las estrellas, de la luna, y finalmente con los colores radiantes del día, siempre dentro del minimalismo de líneas puras que caracteriza a los creadores japoneses.
La jornada del viernes concluía con un desfile en grupo de las colecciones de diseñadores argentinos, fuera del programa oficial de la semana de la moda: Darío Arbina, Carlo Di Doménico, María Gorof y Jorge Ibáñez./AFP