A sus 71 años, el infatigable tenor español Plácido Domingo se apresta para sumar en Los Ángeles el papel número 140 de su inmenso repertorio, mostrando una insolente salud vocal que el cantante atribuye a su buena técnica vocal y su trabajo cuidadoso.
El tenor de una excepcional longevidad local se presentará a partir del 15 de septiembre en la ópera de Los Ángeles, de la cual es director general, en el personaje del dogo de Venecia Francesco Foscari, en la temprana ópera de Verdi "I Due Foscari".
Mientras muchos cantantes disfrutan de una gloria meteórica antes de desaparecer casi de inmediato del circuito lírico, la mayoría de las veces por dañarse las cuerdas vocales interpretando papeles inadecuados o por problemas de salud, Plácido Domingo sigue compremetiéndose: ha actuado 3.600 veces hasta ahora.
¿El madrileño sospechaba que disfrutaría de esta longevidad vocal cuando hizo su debut en México de "La Traviata" a los 20 años?
"Ni idea. Es algo de lo que puedo estar muy agradecido. Soy muy afortunado. Me he cuidado. Aunque canto muchísimo, y trabajo muchísimo, he tenido una buena técnica, una buena organización y se ve que lo he hecho cuidadosamente", dijo el cantante a AFP en la Ópera de Los Ángeles.
Una clarividencia que tal vez falta a los jóvenes cantantes en un paisaje lírico que ha cambiado mucho desde los primeros años de carrera del tenor, hace más de 50 años.
"Antes era mucho más difícil llegar. Hoy hay tantos teatros, tantas compañías en el mundo, que se necesitan más cantantes. Y algunos cantantes llegan más pronto a los grandes teatros. Lo difícil es mantenerse", dijo el artista de barba blanca y amplia sonrisa, que festejará en noviembre los 45 años de su debut en Los Ángeles.
En estas condiciones, los cantantes a veces toman "riesgos si no se cuidan", dijo Domingo. "Hay riesgos si cantan un repertorio equivocado, pero a la vez es la responsabilidad de los cantantes".
Pero también es "nuestra responsabilidad en los teatros", agregó el tenor, "contratar a artistas para que canten lo justo y lo que les viene bien vocalmente".
Además, dijo, "ha cambiado mucho el repertorio, hay un repertorio mucho mayor, es extraordionario cómo el público continúa interesado en algo que es tan antiguo".
Domingo afirmó que no tiene dificultades en memorizar sus nuevos papeles y aseguró que el desafío, para él, es sobre todo hallar el tiempo para poder estudiar, porque además de su actividad como cantante es jefe de orquesta, profesor y director de ópera.
Pero el canto sigue siendo su "pasión más grande" y, a pesar de sus numerosas actividades, continúa dedicándole todo el tiempo que puede.
"Yo creo que le consagro casi todo mi tiempo. Mi familia me ayuda muchísimo. Aman mucho lo que hago y colaboran conmigo, soy muy afortunado", dijo.
A tal punto que piensa batir el año próximo su propio récord con cuatro nuevos papeles en ocasión del año de Verdi, que se conmemora por el bicentenario de su nacimiento.
Domingo prevé además cantar su primer Conte di Luna de "Il Trovatore", así como otros tres papeles de barítono: Germont de "La Traviata", Nabucco de la ópera del mismo nombre y Giacomo en "Giovanna d'Arco".
Son papeles que asume sin gran dificultad. "Es cuestión de experiencia", dice. "Conoces la historia verdadera o ficticia de lo que se te presenta, ves el estilo, ves la edad del personaje, la dramaticidad..."
"Y después de tantos años, de algo te sirve la experiencia para que abras una partitura e inmediatamente te des cuenta de lo que este personaje representa", precisó.