Trece años después de conquistar al público con el fascinante mundo submarino de "Buscando a Nemo", Pixar quiere repetir el éxito dándole todo el protagonismo a la simpática Dory en una arriesgada apuesta por una secuela tardía.
Cuando el estudio de animación -miembro de la familia Disney- estrene su nueva película el 16 de junio en Latinoamérica y un día después en Estados Unidos, habrán pasado 13 años desde que el público se enamoró de Marlin, un pez payaso muy concienzudo que busca a su hijo Nemo.
La cinta ganó el Óscar a Mejor cinta animada y rozó los 1.000 millones de dólares de recaudación a nivel global, pero triunfó además por el cariño inesperado que recibió Dory, un pez cirujano azul y negro que sufre de pérdida de la memoria inmediata.
El furor que causó ha dado pie a "Buscando a Dory", donde emprende un viaje para reencontrarse con su familia.
Los trece años transcurridos entre una y otra película son una eternidad, teniendo en cuenta que Hollywood está cada vez más acostumbrado a sacar secuelas -con mayor o menor éxito-, sin casi dar un respiro a los espectadores.
La decisión de Pixar es una gran apuesta porque el vínculo entre el público y los personajes de la primera parte puede haberse desdibujado y el impacto de las nuevas aventuras sea menos del esperado.
La meca del cine está plagada de ejemplos buenos y malos.
"El Padrino III", estrenado en 1990, fue un auténtico fracaso 16 años después de la anterior entrega, que entró en la excelencia cinematográfica con seis Óscar.
"Bambi 2" (2006) también fue un gigantesco traspié 64 años más tarde la original y "Oz, un mundo fantástico" (1985) no tuvo nada que ver con el éxito de "El mago de Oz", un clásico atemporal de 1939.
Pero Sylvester Stallone demostró hace unos meses que no hay fecha de caducidad para Rocky Balboa al arrasar de nuevo con "Creed", las últimas hazañas del boxeador más famoso de la gran pantalla.
"Mad Max: Fury Road", última entrega de la saga post-apocalíptica creada por George Miller, se llevó seis Óscar en la última edición de los premios más prestigiosos del cine estadounidense.
"Star Wars: El despertar de la fuerza" es posiblemente el mejor caso de los últimos tiempos, tras batir el récord de recaudación en Estados Unidos una década más tarde del último episodio gracias a la participación de sus viejas glorias y a la capacidad de Disney por rescatar tramas.
- Lidiar con las nuevas tecnologías -
El director de la cinta, Andrew Stanton -que ha participado en la franquicia "Toy Story", "Monsters, Inc" y "WALL-E" entre otras- aseguró a la AFP no haber recibido ningún tipo de presión por parte de Disney para hacer antes la continuación de las aventuras de Dory.
"El acuerdo que alcanzamos cuando Disney nos compró en 2006 es que solo haríamos secuelas cuando nuestros cineastas tuvieran una idea y quisieran llevarla a cabo", explicó.
"La única secuela que hicimos bajo demanda fue 'Toy Story 2' (1999) y fue muy mal. Aprendimos la lección de que tienen que ser tan naturales como originales", apuntó.
El analista de la firma de recaudación Exhibitor Relations, Jeff Bock, espera que "Buscando a Dory" sea uno de los grandes éxitos del verano boreal, con cerca de 1.000 millones de dólares.
Pixar juntó a un equipo de 250 personas para crear el mundo de "Buscando a Dory", cuyo primer guión tuvo 108.000 páginas y que dio pie al nacimiento de nuevos personajes como Hank, uno de los nuevos mejores amigos de la protagonista.
Los animadores se rompieron la cabeza durante semanas para dar vida a este pulpo rojo al que le falta un tentáculo.
Uno de los mayores desafíos a los que se enfrentaron fue integrar las nuevas tecnologías a un mundo submarino que ya existía. Uno de los ejemplos más claros es la escena en la que Dory y Marlin se encuentran y que aparece idéntica en ambas películas.
En la primera película, el agua no tiene textura. El espectador solo se da cuenta de que está bajo el mar por el movimiento de las algas y las aletas de los peces. Pero en la segunda, se perciben claramente la salinidad y el plancton, los efectos ópticos del agua, las sombras y luces del sol en los arrecifes, las burbujas y el relieve de la arena.
Una de las pocas cosas que no ha cambiado es la voz de Dory, prestada por Ellen DeGeneres. En esta entrega también participan Idris Elba y Diane Keaton.
Cuando Stanton intentaba sacar adelante la historia de un pez amnésico, vio a la humorista por televisión y se inspiró. "Pasaba de un tema a otro cinco veces en la misma frase. Después de esto no pude parar de escribir", contó.
DeGeneres aceptó el proyecto de entrada y no ha dudado ni un segundo en volver a convertirse en Dory.