Perspectivas. Jean-Michel Basquiat, entre culto y récords | El Nuevo Siglo
EN MAYO pasado, el cuadro de Basquiat "Untitled" fue vendido en una subasta en Nueva York en 85 millones de dólares. /Foto tomada de web casa de subastas Phillips
Domingo, 3 de Julio de 2022
Redacción Web con AFP

En mayo fue noticia otra venta millonaria de un cuadro suyo y este mes por dudas sobre autenticidad de una colección exhibida en museo de Florida.

La producción artística de Jean-Michel Basquiat navega en la paradoja. Mientras algunos expertos señalan que se trata de un pintor que solo año tras año es más valorado, otros señalan que ya lo es, al punto que una de sus obras está en el top 10 de cuadros subastados más caros en este siglo.

En medio de ese debate, días atrás se dio a conocer una noticia propia del misterio que siempre rodeó al artista del artista estadounidense de ascendencia haitiana y puertorriqueña: el FBI incautó 25 obras atribuidas a su autoría que estaban siendo exhibidas en el Museo de Arte de Orlando (Florida), pero cuya autenticidad está en duda.

Las pinturas, que hacen parte de la exposición "Héroes y monstruos: Jean-Michel Basquiat", que finalizaba el jueves pasado, están ahora en manos de la policía.

Las obras en cuestión, pintadas sobre embalajes recuperados, eran muy poco conocidas hasta la inauguración de la exposición en febrero, según el New York Times, que reveló la operación del FBI.

Según el diario, una de las obras fue pintada en el reverso de un paquete en el que decía "Alinee la parte superior de la etiqueta de FedEx aquí". Pero el tipo de letra no fue utilizado por el grupo hasta 1994, seis años después de la muerte del artista, agregó el Times, citando a un exempleado de la compañía de envío rápido de paquetes.

El FBI incautó las obras basándose en una declaración jurada de 41 páginas en la que constaba "información falsa relacionada con el presunto propietario anterior de las obras", según el diario.

La investigación también mostró "intentos de venta de las obras utilizando documentos falsos sobre su procedencia y extractos bancarios que muestran posibles llamados a invertir en arte que no es auténtico".



Los propietarios de las obras -un marchante de arte y un jubilado- así como el director del museo, Aaron De Groft, afirman que Basquiat las pintó en 1982 y que las vendió por 5.000 dólares a un guionista de televisión ya fallecido, Thad Mumford.

Según ellos, Mumford las guardó en un depósito y se olvidó de ellas durante 30 años.

Pero en el documento del FBI, una agente especializada en tráfico de obras de arte, Elizabeth Rivas, especifica que conoció a Mumford en 2014 y supo que él "nunca había comprado ninguna obra de Basquiat y que no tenía conocimiento de la presencia de obras de Basquiat en su trastero".

Si fueran autenticadas, las 25 obras de Jean-Michel Basquiat podrían valer hasta 100 millones de dólares.

Último récord

Basquiat ya había sido noticia este año, específicamente en mayo, cuando una obra suya denominada "Untitled", de 1982, fue vendida en una subasta en Nueva York en 85 millones de dólares, lo que le valió al propietario, el multimillonario japonés Yusaki Maezawa, un generoso beneficio. De hecho, este en 2017 había pagado 110,5 millones de dólares por otro Basquiat en una subasta, un récord por una obra de este genio del siglo XX.

En mayo también se volvió a hablar de Basquiat, esta vez por cuenta de un retrato de Marilyn Monroe realizado por Andy Warhol en 1964, que fue vendido en 195 millones de dólares en una subasta de Christie's, pulverizando el récord para una obra del siglo XX que ostentaba "Les Femmes D'Alger (versión 0), del pintor español Pablo Picasso.

El icónico cuadro, titulado "Shot Sage Blue Marilyn" se convirtió así en la segunda obra más cara de la historia vendida en subasta, por detrás "Salvator Mundi" atribuida a Leonardo da Vinci, por la que su actual propietario, que según la prensa es el príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salmán, pagó 450,3 millones de dólares en noviembre de 2017.

Esta es la obra de arte contemporáneo más cara adquirida en una subasta, un récord que hasta ahora lo ostentaba "Les Femmes d'Alger (Las mujeres de Argel - versión 0)", de Picasso que alcanzó los 179,4 millones de dólares en mayo de 2015, seguida por "Desnudo acostado" de Amedeo Modigliani vendida por 170,4 millones de dólares, también en 2015.

Asimismo está muy por encima del propio récord de un 'warhol', el "Silver Car Crash" (Doble Desastre) por la que se pagaron 104,5 millones en 2013 y los 110,5 millones de dólares pagados, precisamente, por el Basquiat en 2017 en Sotheby's, el récord hasta ese momento de una obra de un artista estadounidense.

Un genio

Tres décadas y media después de su muerte, Basquiat es más influyente que nunca, aunque más en la calle que en los museos neoyorquinos.

A primera vista, este joven de Brooklyn de padre haitiano y madre puertorriqueña, fallecido a los 27 años el 12 de agosto de 1988 de una sobredosis, dejó pocos rastros en Nueva York, la ciudad donde pasó la mayor parte de su vida y que fue su gran fuente de inspiración.

Apenas una placa discreta en la fachada de su antiguo estudio, escondido en el minúsculo barrio de NoHo, recuerda al autor.

No hay ningún monumento público en su honor, ningún lugar que lleve su nombre, ningún rastro de sus famosos grafitis firmados "SAMO". Sus admiradores van a rendirle homenaje a su tumba, en Green-Wood, y allí le dejan recuerdos.

También es difícil encontrar a Basquiat en los museos: hay 10 piezas en el MoMA, pero únicamente dibujos y serigrafías, seis en el Whitney, dos en el Met, dos en el Museo de Brooklyn y una en el Guggenheim. Para un artista que dejó más de 2.000 obras, es poco.

Años atrás el artista Michael Holman, amigo del pintor, con quien creó la banda de música Gray, recordó que cuando Basquiat estaba vivo, la pareja de coleccionistas Lenore y Herbert Schorr propusieron donar cuadros del artista al MoMA y al Whitney, que los rechazaron.

La profesora de historia del arte contemporáneo en el California College of the Arts y autora del único libro de estudio sobre la obra de Basquiat, Jordana Moore Saggese, creía que su ausencia en los museos explica en parte el éxito de este fenómeno que desembarcó en el mundo del arte sin ninguna formación y fue apreciado aún en vida por coleccionistas y galeristas.

"Durante los años 70 y 80, críticos e historiadores del arte estaban muy divididos sobre la cuestión de si un artista podía ser exitoso tanto en el plano comercial como crítico", explicó Saggese.

Incluso un 85% a 90% de las obras de este joven carismático, héroe de un filme ("Downtown 81") en su propio rol a tan solo 20 años, están en manos de coleccionistas privados.

Sus obras son hoy inalcanzables para los museos, aunque desean adquirirlas. Muchos esperan que la obra del artista negro pueda volver a ser apreciada por las masas.

Mientras, Basquiat influye en la cultura popular de otras maneras. "Sus pinturas y dibujos aparecen en camisetas, en zapatillas de tenis, en relojes y en carteras", subraya Saggese. "De una cierta manera, es más accesible que nunca".

El artista se inscribe también en la cultura actual a través de textos de los más grandes raperos, género dominante en Estados Unidos en general y en los jóvenes en particular, sobre todo en Jay Z, Kanye West o ASAP Rocky, solo para citar algunos.