“Pájaros azules” hará parte de los 400 filmes, entre cortometrajes, documentales, animación y largometrajes, de los 25 países que participaron en la competencia para obtener un lugar en la muestra audiovisual del octavo Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos Colombia.
La dupla de padre e hijo, los ‘señores Rodríguez’, desarrollaron durante el 2020 este cortometraje boyacense, el cual narra la historia de un joven asesino que comparte su cotidianidad y soledad con sus botas, su teléfono, televisor y radio. Allí en medio de la pandemia, inspirado por visiones y sonidos extraños, ejecuta una serie de crímenes en un lugar donde reina el miedo y el silencio.
Además de la selección en el Festival Internacional de Cine por los Derechos Humanos de Colombia, que se llevará a cabo entre el 18 y 25 de noviembre del presente año de manera virtual inicialmente, el cortometraje ha sido expuesto en diversos festivales como The LETNetworks #AmLatino Film Festival (Estados Unidos), Festival de cine colombiano al campo (Colombia) y Festival cine libre internacional.
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Mediante estos espacios los ‘señores Rodríguez’ han dado a conocer su contenido audiovisual en diferentes esferas tanto nacionales como internacionales, resaltando la importancia de crear, proponer y contar historias diferentes, desde un trabajo austero, práctico y creíble, que lleva a diferentes escenarios la industria audiovisual independiente.
Rafael Rodríguez Casas (padre) y Santiago Rodríguez Ruiz (hijo) son un sólido equipo de abogados y artistas, que a través de la necedad y transgresión de la norma artística establecida se han venido abriendo campo en la escena regional, imponiendo sus propias leyes de creación y realización austera, comprometida e independiente.
Su primer largometraje, “Los gorriones que comían carne”, se estrenó exitosamente en Argentina y se ha proyectado en diversos espacios y festivales en Argentina, Italia y Colombia; junto con el cortometraje “Pájaros azules” y “El perro y el señor pipa” (en producción) completan su trilogía “Cuentos violentos” sobre su visión de la realidad y la política imperante en la zona rural del país.
Se caracterizan por un marcado estilo onírico y surrealista en sus narraciones; igualmente, han colaborado en diversos proyectos políticos, sociales y culturales en Boyacá, específicamente en Ráquira.