La Naciones Unidas llamaron a las partes en conflicto en Siria a proteger "el rico patrimonio cultural del país destruido" por tres años de guerra.
En una declaración común, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, la directora general de la Unesco, Irina Bokova, y el mediador internacional en Siria, Lakhdar Brahimi, "llaman a todas las partes a poner fin inmediatamente a la destrucción del patrimonio sirio y a preservar el rico mosaico social y su patrimonio cultural".
Los tres altos funcionarios condenaron la utilización de sitios culturales con fines militares, al citar cuatro que forman parte del patrimonio mundial, que han sido "transformados en campos de batalla": Palmira (este), el Crac de los Caballeros (oeste), la iglesia de San Simeón (norte), y Alepo y su ciudadela (norte).
Ante el "saqueo sistemático" de sitios arqueológicos, pidieron a los profesionales del comercio de arte, a los turistas y a las aduanas "ser cautelosos con los objetos de arte sirio, que son susceptibles de haber sido robados".
En Siria, "los sitios de patrimonio mundial han sido gravemente, quizás irremediablemente, dañados", señala la declaración. "Ni un solo estrato de la cultura siria -precristiana, cristiana, musulmana- está a salvo".
"Según algunas informaciones alarmantes", sostienen, "el patrimonio sirio es deliberadamente atacado por razones ideológicas: las obras de arte que representan seres humanos son destruidas por grupos extremistas".
"La destrucción de vestigios del pasado despoja a las generaciones futuras de un importante legado, incrementa el odio y la desesperación e hipoteca cualquier intento de reconciliación", concluye la declaración. La protección del patrimonio "debería formar parte de la acción humanitaria y de los esfuerzos de consolidación de la paz".