La cantante estadounidense de soul Natalie Cole, hija de la leyenda del jazz Nat "King" Cole, abandonó este mundo dejando una exitosa carrera musical cultivada durante décadas, pero que se vio interferida por problemas de drogadicción, depresión y una grave deficiencia renal que la llevo a la muerte.
Nat "King" Cole nunca vio a su hija tomar su relevo en los escenarios debido a que falleció de un cáncer en 1965, cuando tenía 45 años y su hija era aún una adolescente. Sin embargo, la carrera de Natalie estuvo estrechamente vinculada a la de su padre.
En sus comienzos se presentaba como la hija de Nat "King" Cole, pero le costó despegar en el universo de R&B, escogiendo un estilo mucho más moderno que el de su padre. Luego de haber explorado el blues, el soul y el pop, retomó el camino del jazz paternal.
Obtuvo su primer gran éxito en 1991 con el álbum Unforgettable...With Love, donde cantó a dúo en forma virtual junto a su padre, que aparecía en un video póstumo a su lado. El disco la llevó a ganar el Grammy al álbum del año, una recompensa que le permitió vender 7 millones de copias sólo en Estados Unidos.
Natalie ya se había ganado su nombre en 1975 con la canción This Will Be (An Everlasting Love) y con el álbum Inseparable, que le valieron un primer Grammy, la mayor recompensa de la escena musical, en la categoría de Mejor Nuevo Artista.
Cole actuó igualmente en varias series televisivas estadounidenses, pero su vida estuvo marcada por la droga y tres divorcios. En su autobiografía Angel on my shoulder, publicada en 2000, cuenta cómo luchó contra la depresión tras la muerte de su padre y luego de que su hijo casi se ahoga en una piscina.
Consumía en abundancia heroína y cocaína y siguió varias curas de desintoxicación. Luego que los médicos le diagnosticaran hepatitis C debió someterse a un trasplante de riñón. "Mi vida se está derrumbando ante mis ojos", dijo entonces la cantante a la revista People, y agregó: "esto es lo más duro de todo. Pienso en mi padre cada vez que canto".