El escultor vasco Néstor Basterretxea, representante del vanguardismo de los años cincuenta, falleció el sábado a la edad de 90 años, anunció el Ayuntamiento de Hondarribia, donde residía el artista.
Enraizado en su Euskadi natal y cercano a la izquierda independentista vasca, Basterretxea es el autor del fresco que figura en la cripta de la basílica de Arantzazu, en Oñati, única parte conservada del templo del siglo XIX.
Trabajó con sus contemporáneos Jorge Oteiza y Eduardo Chillid, también con el pintor Carlos Pascual de Lara, en la decoración del ábside.
En mayo de 2013, el muso de Bellas Artes de Bilbao consagró una exposición a este artista polifacético, desde sus inicios pictóricos hasta la escultura pasando por el universo del cine, la escritura o el diseño industrial, gráfico y de muebles.
La exposición mostraba una serie de esculturas de madera que el artista imaginó para el exterior de Arantzazu, obras expresionistas cercanas al muralismo mexicano y relacionadas con los temas del pecado, la expiación, el perdón y la gloria.
Néstor Basterretxea compartió asimismo la aventura del Equipo 57, un movimiento efímero que surgió en París en 1957, con Jorge de Oteiza, Ángel Duarte, José Duarte, Juan Serrano y Agustín Ibarrola.