Louis Armstrong, las notas de un ‘rey’ universal del jazz | El Nuevo Siglo
El artista, quien logró alcanzar la cima con discos como Hot Seven, falleció un 6 de julio de 1971 mientras dormía.
Foto AFP
Domingo, 4 de Julio de 2021
Redacción Cultura

De sonrisa amplia y blanca, con un talento para tocar grandes ráfagas de trompeta y con un pañuelo siempre en su mano para secar su sudor. Esa es la imagen viva que muchos tienen de Louis Armstrong, una leyenda del jazz que vuelve a la memoria de los melómanos en estos días por la conmemoración de los 50 años de su muerte.

‘El gran Satchmo’ como era conocido, aún después de cinco décadas de su muerte que tuvo lugar un 6 de julio de 1971, sigue posicionándose como el rey del jazz, por sus pasos que le dieron al género la fuerza para desatar todo un movimiento.

Para conmemorar este importante aniversario, EL NUEVO SIGLO lo llevará a un recorrido por la vida y obra de este fenómeno estadounidense de la trompeta.

Joven promesa

Armstrong, nacido en Nueva Orleans, Luisiana, el 4 de agosto de 1901, creció en un barrio peligroso apodado “El campo de batalla”, donde vivía con su mamá. Sus oportunidades económicas no eran muchas, por lo que abandonó su escuela en quinto grado para conseguir un empleo.

Con sus primeros ingresos Louis compró su primer instrumento, una corneta, la cual no aprendió a tocar bien sino hasta 1912, año en el que fue enviado a la Casa de Niños de Color Waif. Allí Peter Davis se encargó de enseñarle a interpretar la corneta convirtiéndose entonces en el líder de la banda de la institución.

Con la mentoría de Joe ‘King’ Oliver, pronto la joven promesa se convertiría en uno de los cornetistas más solicitados de la ciudad. Aunque luego de salir del reformatorio Waif trabajó en barcos, en Mississippi, también como vendedor de cartón, leche y entre otros oficios. Una época en la que admiraba y aprendía del trabajo de veteranos de la música como Bunk Johnson, Buddy Petit y, por supuesto de Oliver, quien era como una figura paternal para el joven músico.

Con una popularidad en la zona, en 1922 Oliver lo invitó para que se uniera a su banda, dirigida por Kid Ory. Ambos crearon una alianza fuerte que los impulsó a grabar varios discos juntos.

Como en una universidad, así describía el jazzista esta época de su vida en la que llegó a tocar en varias agrupaciones de Nueva Orleans, entre ellas la famosa Fate Marable con la que hizo una gira.

En 1923, en plena producción de música, Armstrong comenzó a salir con la pianista de la banda de Oliver, Lillian Hardin, con quien se casó al siguiente año. Para este tiempo, influenciado por su esposa, Louis decidió independizarse en la música y construir su carrera en solitario, lo que al principio no funcionó.

En la cima

“Los solos improvisados ​​de Armstrong transformaron el jazz de una música basada en conjuntos en el arte de un solista, mientras que su voz expresiva incorporó explosiones innovadoras de canto scat y una sensación de swing subyacente”, expresa el Museo de Louis Armstrong.

Así lo demostró en discos como His Five y luego con Hot Seven, los más influyentes en el jazz,  los que le devolvieron su popularidad. Tanto así que a finales de la década el trompetista apareció en la popular revista de Broadway, “Hot Chocolates”. Su fama fue creciendo en todas las giras que en ese instante empezó a realizar, con las que no se detuvo sino hasta el día de su muerte.

Según el Museo de Louis Armstrong la década de 1930 también fue importante para su carrera “logrando una gran popularidad en la radio, en el cine y con sus grabaciones. Actuó en Europa por primera vez en 1932 y regresó en 1933, permaneciendo durante más de un año debido a un labio dañado. De regreso en Estados Unidos en 1935, Armstrong contrató a Joe Glaser como su manager y comenzó a liderar una gran banda, grabar canciones pop para Decca y aparecer regularmente en películas. Comenzó a recorrer el país en la década de 1940”.

Entre algunos de sus éxitos más rotundos se puede encontrar desde Stardust, What a Wonderful World, When the Saints Go Marching In, Dream a Little Dream of Me, Ain’t Misbehavin’, Stompin’ at the Savoy, hasta We Have All the Time in the World, pieza que hizo parte de la banda sonora de la famosa cinta de James Bond, Al servicio secreto de su majestad.

'Embajador Satch'

A finales de los años 40, el auge de las bandas, llevó a Armstrong a crear su propia agrupación llamada Louis Armstrong and His All Stars, con la que permaneció dando conciertos a lo largo de su carrera. “Tuvo una serie de éxitos del pop a partir de 1949 y comenzó a hacer giras regulares en el extranjero, donde su popularidad era tan grande que lo apodaron ‘Embajador Satch’”, confirmó el Museo.

Y aunque la música era su verdadera pasión, defender los derechos civiles para la comunidad afro también movía sus intereses, lo cual lo llevó a derribar muchas barreras sociales desde muy joven.

El trompetista siguió viajando y recorriendo varios lugares del mundo y grabando discos con canciones como Blueberry Hill, en 1949, Mack the Knife, en 1955 y Hello, Dolly, en 1964, este último derribando a The Beatles de la cima de las listas de éxitos en el apogeo de la 'Beatlemanía'.

“Los muchos años de giras constantes finalmente desgastaron a Armstrong, quien tuvo su primer ataque cardíaco en 1959 y regresó a cuidados intensivos en el Hospital Beth Israel por problemas cardíacos y renales en 1968. Los médicos le aconsejaron que no jugara, pero Armstrong continuó practicando todos los días en su hogar en Corona, Queens, donde había vivido con su cuarta esposa, Lucille, desde 1943. Volvió a actuar en 1970 pero fue demasiado pronto y falleció mientras dormía el 6 de julio de 1971, unos meses después de su compromiso final en el Waldorf-Astoria de la ciudad de Nueva York”.