Consuelo Manrique, en sintonía con su trabajo desde hace varios años en el que hace referencia a los cuerpos de mujeres violentadas en una guerra que parece no tener fin, presenta esta vez Remiendos, una exposición que reúne 25 obras en pequeño, mediano y gran formato.
Desde el 27 de este mes y hasta el 26 de marzo la galería Beatriz Esguerra Arte abrirá sus puertas para que los bogotanos puedan conocer la creación de la artista colombiana, quien en la exposición “remienda” sus heridas con hilos de oro, con hilvanes, con palabras que tejen un lenguaje ilegible más próximo a una delicada textura que como el encaje, habla de la sensibilidad y del espíritu femenino.
Pero esta vez algo inusitado ha irrumpido en su obra. A los hilvanes y trazos que hablan de otras mujeres con quienes Consuelo se ha solidarizado, se han unido los pañuelos de su madre casi desleídos que dejan improntas de su propia memoria.
Lo más sorprendente es la presencia de girones de encaje desprendidos de su vestido de novia. Cosidos sobre el lienzo se cubren de un rojo distinto que trae como nunca antes, la presencia de la sangre y se yerguen en medio de la tela como gasas teñidas que denotan dolor y pérdida, pero que se curan, se remiendan, con laminilla de oro, al modo en el que los japoneses (kintsugi) reparan sus cerámicas rotas, enalteciendo las cicatrices, de una manera ceremonial y estética, como ocurre en estas conmovedoras pinturas.
De tanto hablar de cuerpos ajenos, de “cuerpo silentes” que sanan sus cicatrices, Consuelo Manrique ha venido a nombrar el suyo. Quizá sin darse cuenta, lo ha dejado hablar de dolores y sanaciones.
Consuelo Manrique es una artista plástica colombiana que vive y trabaja en Bogotá. Concibe su creación como un proceso de exploración de emociones, sentimientos, percepciones de investigación-creación y de medios y materiales.
Manrique trabaja especialmente en proyectos pictóricos y de dibujo proponiendo imágenes de cercanía, íntimas, silenciosas y afectivas con las mujeres que han sido víctimas del conflicto armado en Colombia, quienes hoy en día continúan en un ritual de memoria, de duelo, de dignidad y de responsabilidad humana.