Se llamaba Ta-nedjem (El país dulce), murió en el Valle de los Reyes en Egipto hace 3.400 años y su retrato estampado en una tela funeraria colocada encima de su sarcófago salió a subasta este jueves en París.
Ninguna tela de lino funerario se había subastado hasta la fecha. Los cerca de veinte ejemplares que se conocen están en su mayoría conservados en grandes instituciones como el Museo del Louvre o el MET de Nueva York; el carácter inédito de la venta hace que sea difícil estimar el precio de este valioso testimonio.
Esta tela, cuyos colores se conservan en perfecto estado, data de la XVIII dinastía egipcia (1400-1300 a.C.). La pieza de 29 x 21 cm representa al difunto de perfil, vestido con un taparrabo y sentado en una silla con patas de animal, frente a una pequeña mesa con ofrendas.
Los cuadrados de lino pertenecen a un tipo de textil funerario encontrado en el yacimiento de Deir al Mediné, en el Valle de los Reyes, donde residían durante el Imperio Nuevo una cofradía de artesanos encargados de construir las tumbas de los faraones (Amenofis, Tutankamón o Ramsés, entre otros), señala el experto Christophe Kunicki.
El cuadrado de Piasa "tiene numerosas similitudes con el que está expuesto en el Museo del Louvre, la misma pintura pero un escribano diferente", agregó Kunicki.
Con respecto a la sorprendente vivacidad de los colores, Annie Gasse, directora de investigaciones del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia (CNRS), señala que las piezas del Louvre siempre han tenido colores muy vibrantes.
No hay duda sobre la autenticidad de la pieza: "Tendría que tratarse de un falsificador extremadamente talentoso y que fuera un muy buen egiptólogo, que tendría que haber usado pigmentos muy específicos. Esto parece imposible", dijo Annie Gasse.
Más historia detrás del lino
La preciosa tela fue descubierta por el director y comisario de la Casa Piasa, Henri-Pierre Teissèdre, durante un inventario de los bienes de la editora, escritora y abogada Jeanne Loviton, muerta en 1996.
Jeanne Loviton fue una persona fuera de lo común, amante de algunos de los más importantes escritores de su tiempo y una de las editoras de Louis-Ferdinand Céline. Tras haber vivido el frenesí de los locos años 20 junto a su marido, el dramaturgo Pierre Frondaie, Loviton se lanzó a la literatura y firmó varias obras bajo el seudónimo de Jean Voilier.
Por su vida amorosa pasaron el escritor Jean Giraudoux, el poeta y diplomático Saint-John Perse, o el periodista y dramaturgo Curzio Malaparte, pero a quien más marcó fue a Paul Valéry. En 1945 dejó a este poeta por el galerista Robert Denoël, misteriosamente asesinado meses más tarde.
La tela fue un regalo del millonario Arthur Sachs, quien la había adquirido en 1927 pensando en dársela a su mujer y acabó regalándosela a Loviton, su amante. Antes, el inventor francés Lucien Lépine la compró cerca de Luxor y después llegó a la tienda del anticuario parisino Paul Nahon. Antes de ese periodo, el origen del Ta-nedjem se pierde en la noche de los tiempos.