“Cuando matilde camina, hasta sonríe la sabana” el fragmento de la canción del maestro Leandro Díaz, Matilde Lina, le recuerda a muchos que aún hay juglares, personajes que iban de pueblo en pueblo narrando historias, aquellos héroes del folclor costeño que enamoraron a más de una con sus versos; pero también les mantiene la imagen viva de que el maestro Díaz es el último de una generación y que después de que él ya no esté en cuerpo presente, la juglaría podría convertirse en una leyenda.
Francisco el hombre, Rafael Escalona, Fredy Molina, Octavio Daza, Tobías Enrique Pumarejo y José Hernández, entre otros, fueron junto a Leandro Díaz los poetas del vallenato, quienes acompañaban sus composiciones con el acordeón o la guacharaca, instrumentos que le dan ritmo a ese sonido que encanta y pone a bailar.
El maestro Leandro Díaz es llamado la “leyenda viva” y por eso Old Parr le rendirá un homenaje lanzando una edición especial en su nombre
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué siente que Old Parr le brinde un homenaje?
LEANDRO DÍAZ:Yo esperaba un reconocimiento pero no me imaginé nunca que fuera Old Parr el que lo hiciera, es un agradecimiento extraordinario porque cuando deje de existir quedará mi nombre y mis composiciones, y esta es una bonita manera de recordarlas.
ENS: ¿Por qué se ha perdido la tradición de la juglaría?
LD: Se perdió porque en Colombia se miraba con muy poco aprecio a los juglares, entonces la gente se fue apartando un poco y se fue olvidando de eso. La juglaría es como un jardín que necesita ser regado para que viva y tenga fortaleza de florecer, así mismo, la melodía necesita que alguien siga pendiente de ella.
ENS: ¿Cómo ve las composiciones vallenatas actuales?
LD: Están entrando al vallenato otros aires, como buscando el merengue, algo más comercial y eso es lo que gusta ahora y vende.
ENS: ¿Qué se podría hacer para no dejar perder el legado de la juglaría?
LD: Seguir produciendo buena música, pero eso es muy difícil porque aquí al artista no se le tiene en cuenta, se tiene más en cuenta al de otros países. Por ejemplo ya no escuchamos la música de los Corraleros del Majagual, ni de Lucho Bermúdez o Pacho Galán, gente que dejó aires para que se siguiera pero todo ha cambiado por la falta de aprecio.
ENS: Son pocos los jóvenes que conocen de los juglares ¿Cómo enseñarles sobre esta tradición para que no se pierda?
LD: Antes de hacer una canción se debe hacer un recorrido de lo que se va a componer, los jóvenes se tienen que dedicar a la investigación para no hacer lo mismo, porque si uno cambia la gente cambia, uno indica el camino que debe tomar la humanidad.
ENS: ¿Cómo le mostró el alma todo lo que plasmó en sus canciones?
LD: Es difícil definirlo siquiera, yo quiero mucho lo mío y parece que se me fuera a salir del cuerpo cuando oigo una canción transformada.
ENS: ¿Existe en las composiciones vallenatas actuales algo del legado de los juglares?
LD: Queda solo una sombra de lo que nosotros quisimos hacer y no hay interés en lo de ayer. Antes, si le cantábamos a una dama se le hacían unos versos hermosos y la dama recibía esos versos con fe y amor, pero hoy todos lo reciben con menos aprecio.
ENS: ¿El Festival de la Leyenda Vallenata ha guardado los valores de la juglaría?
LD: Sí. Aún le da fuerza y nombre, sin embargo se ha olvidado su tradición, se ha retirado entre las personas y las composiciones y ahí no se puede hacer nada.
ENS: ¿Qué siente cuando le dicen “Leyenda viva”?
LD: Lo recibo con mucho aprecio porque creo que no mienten, la gente cuando siente algo grato por los demás se expresa de una manera que al oírlo se sabe si es aprecio o para pasar el rato y esa frase es de aprecio.