La promoción automática no debe ser una opción | El Nuevo Siglo
ANTE LA crisis de la pandemia y sus efectos en el proceso de formación académica, lo más cómodo sería aprobar a todos los estudiantes, pero ello es a todas luces irresponsable
Foto Mintic
Domingo, 8 de Noviembre de 2020
Mario F. Hurtado

Finaliza el año escolar, sin duda el más traumático de las últimas décadas. Son situaciones no imaginadas, pensar que en Colombia los colegios cerrarían en marzo y llegara noviembre en las mismas condiciones. Cientos de miles de estudiantes que tuvieron que quedarse en casa. La situación demostró que todo lo que se hablaba de la educación virtual y de los avances tecnológicos en la educación no era tan real.

La pandemia del Covid -19 confirmó una realidad: las grandes brechas sociales del país. Estudiantes en colegios privados, donde las instituciones cuentan con plataformas tecnológicas, 100% de conectividad en las casas, materiales didácticos y libros impresos para el trabajo desde casa, acompañamiento de padres e institución, seguimiento a las problemáticas en casa y a casos de violencia intrafamiliar.

La situación en la educación pública en cambio ha sido traumática. Miles de estudiantes sin herramientas tecnológicas en casa, sin acceso a internet, sin libros de texto. En un panorama tan complejo que tomar decisiones era muy difícil, al tener que responder a los medios, los gremios, los padres y los sindicatos.

Así como la cuarentena fue el argumento para preparar el sistema de salud ante la crisis, debió serlo para preparar las instituciones y plantear un regreso. Sin embargo, llegó noviembre el fin del año escolar y varios profesores del sector oficial consultados informan que hubo estudiantes que nunca se comunicaron. Pocos profesores pudieron hacer reuniones con sus estudiantes, bien fueran clases virtuales, o encuentros para resolver dudas. En la mayoría de los casos el año se hizo con el envío de unas guías a los correos de los padres o cuidadores y esperar que los estudiantes las entregaran resueltas de vuelta.



La situación descrita en el párrafo anterior evidencia que fue un año casi perdido en el sector. Por ejemplo, el portal Colombia Aprende, que además tiene serios problemas de uso, secuencialidad y calidad, es imposible usar sin conectividad o acceso a dispositivos. La negativa de comprar materiales educativos impresos amplió el problema. Los estudiantes sin materiales en casa, sin la guía del educador y en varias situaciones con serios problemas de violencia, maltrato o hambre no podían cumplir con las actividades.

Hay casos de denuncias de niños en el sentido de que los padres los obligaron a trabajar o donde la única preocupación era ir a reclamar los bonos de comida, pues con muchos se resolvía la alimentación del hogar. Pero clases, calidad, acompañamiento, eso estuvo limitado.

Llegó diciembre y muchas de las planteadas donaciones de computadores tampoco llegaron. El panorama es gris.

¿Pasar el año?

Ahora se viene otro problema. Cómo aprobar la promoción de estudianteSe puede ver desde dos perspectivas. Algunos psicólogos afirman que perder el año para un estudiante es devastador desde lo emocional y afectivo, otros expresan que es una de las principales causas de la deserción.

Mi experiencia como educador durante 20 años me permite afirmar que no es cierto del todo. Para muchos estudiantes perder el año hace parte de su proceso formativo, reflexionan, maduran, se empoderan, en inclusive reconocen después que fue lo mejor, o que era necesario en su proceso.

El sector no debe aprobar a estudiantes que nunca se presentaron, que jamás enviaron una guía, independiente del contexto. Por eso, se recomienda que se diseñen sistemas de evaluación y promoción en cada institución y se evalúen la situación de cada estudiante.

Deberían existir tres niveles de aprobación: Estudiantes que cumplieron con las tareas asignadas, que aprobaron al menos el 80% de las asignaturas, ser aprobados sin restricciones. Aprobar con compromiso a aquellos que cumplieron con las áreas básicas (matemáticas, lenguaje, ciencias, sociales) así hayan dejado pendientes otras asignaturas, y no aprobar a los estudiantes que no cumplieron con más del 70% de las acciones propuestas por los educadores durante el tiempo de estudio en casa.



Se requiere una directriz nacional sobre la promoción, existen varias propuestas, pero urge definir y comunicar con la comunidad educativa esas acciones, incluso hay padres de familia que han expresado su desacuerdo con que sus hijos aprueben el año. Lo más cómodo sería aprobarlos a todos, pero es a todas luces irresponsable, con los niños, con sus familias, con los educadores, con la calidad de la educación y con el país.

La situación era un escenario no esperado. Pero urge que se tomen acciones para un 2021 donde se retorne a la presencialidad, inclusive, los países con grandes rebrotes de Covid en Europa no han cerrado las escuelas. La educación es una prioridad en esas naciones.

Los resultados de las Pruebas Saber seguro evidenciarán un retroceso que ya era tendencia en los últimos tres años en la calidad de nuestra educación. Se deben plantear acciones para el cierre de brechas y retornar a la senda de la formación con calidad.

*Especialista en Educación