Reflexionar sobre el papel de los cuentos e historietas en las memorias, la producción radiofónica y las narrativas populares orales de la segunda mitad siglo XX en Colombia es la nueva misión de la llegada de “Kalimán, el hombre increíble” al Museo Nacional.
Se trata de una exposición que reúne a las generaciones de abuelos, padres e hijos en torno a un personaje justo, amable y valiente, que despertó el interés de muchos colombianos y que aún sigue teniendo relevancia con sus célebres frases: “Un largo camino se inicia con el primer paso”, “El arma más poderosa es la mente humana”, “No siempre lo que se ve parece ser lo que es”.
Al rescate de una leyenda
Un primer acercamiento a esta leyenda de las historietas surgió con Señal Memoria, que tuvo la iniciativa de hacer un proceso de restauración sonora de la radionovela de “Kalimán”, que fue un suceso y un éxito a nivel nacional entre la década de los 60 y 70.
“Grandes actores interpretaron a Kalimán, Solín y otros personajes tras los micrófonos, logrando cautivar a la audiencia. Este patrimonio radial de gran valor se logró restaurar gracias al liderazgo y experticia de nuestro líder en el archivo sonoro Juan Carlos Murillo, y eventualmente se transmite la radionovela por RTVC Play. Es una verdadera experiencia oírla, tanto para las personas que la disfrutaron en su época, como para las nuevas generaciones. Es muy emocionante”, le dijo a EL NUEVO SIGLO María M. López, historiadora de Señal Colombia.
La exposición se crea gracias al convenio que existe entre el Museo Nacional y Señal Memoria. Una alianza con la cual se requiere llegar al mismo objetivo: el rescate de un personaje legendario.
“Andrés Góngora, curador del museo, tuvo esta brillante idea, y quisimos entonces rescatar los audios de Kalimán, la historieta impresa y la importancia que tuvieron las cuenterías, unas pequeñas librerías donde se alquilaban y se prestaban cuentos y libros, que ya no existen y están un poco olvidadas, y que fueron claves para promover la lectura, la sociabilización y las narrativas colombianas en las que, por supuesto, Kalimán era el “hit” de la época”, explicó López, quien también hizo parte del montaje de la muestra.
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¿Qué hay en la sala?
La muestra se divide en cuatro secciones: “Serenidad y paciencia”, “Cuentos y cuenterías”, “La voz del héroe” y “¿Qué fuerzas oscuras combatiría Kalimán hoy?”.
Para el equipo que estuvo a cargo del guion y montaje de esta exhibición, las historias de Kalimán siguen despertando la imaginación de oyentes y lectores, y es por eso que la restauración de la radionovela “Kalimán”, realizada por Señal Memoria, es un aporte a la cultura y a la narrativa popular en Colombia.
La muestra reúne originales y facsímiles de las historietas, fotografías de la cuentería El Mono, colecciones privadas con ediciones de Kalimán y de otros héroes contemporáneos, como “El llanero solitario” y “Supermán”. “¡Es un viaje a la nostalgia!”, expresó la experta.
Así mismo, podrán apreciarse piezas sonoras de Kalimán, testimonios de oyentes, un video de la recreación de un capítulo de Kalimán en vivo y hasta un impreso del personaje con tapabocas.
Como parte de la exposición, que se inauguró este mes y que irá hasta el 17 de abril del 2022, también se podrá encontrar una crónica de Irene Vasco titulada “Paraísos entre viñetas”.
Exponente de las radionovelas
Las radionovelas llegaron al país desde Cuba en la década de 1950. Este género logró instaurarse como uno de los de mayor impacto en las familias colombianas de la época y alcanzó una gran sintonía en la programación radial. Las radionovelas suscitaban una experiencia sensorial y social. Uno de sus mejores exponentes fue “Kalimán, el hombre increíble”.
La saga radial se estrenó en Colombia en 1965 y reunió a familias, amigos y vecinos alrededor de transistores y radios, para seguir las aventuras de Kalimán y su compañero Solín.
En 1976 comenzó a imprimirse una edición exclusiva de la historieta para Colombia, Ecuador y Venezuela. Estos ejemplares eran alquilados y vendidos en las cuenterías.
Las radionovelas y las historietas, también llamadas cuentos, crearon espacios de sociabilidad y constituyeron una pausa necesaria en la vida diaria de las familias colombianas.
“Un héroe en todo sentido”
“Kalimán fue el héroe más importante en Colombia, México y en cierta medida América Latina”, comentó María y agregó que “los héroes son las metáforas que las sociedades hacen de sus ciudadanos ideales. Ellos representan las mayores virtudes, valores y principios a los que aspira la sociedad que sus ciudadanos adopten. Por está razón, Kalimán es un héroe en todo sentido, y lo más lindo de todo, es que es un héroe confeccionado con un alma latinoamericana, con defectos, cualidades, debilidades y vulnerabilidades”.
Según lo indico López, este personaje, a pesar de ser semidivino, hijo de la diosa Kali, proveniente de la India, criado en el Tíbet, con poderes increíbles como la telepatía y la telekinesis, no los usa, porque sabe que el mayor poder es la mente humana y es la práctica de la virtud de la prudencia.
“Por otra parte, Kalimán nos hizo ver que el mundo era más pequeño y que estaba al alcance de nosotros. Nos permitió viajar, cruzar fronteras, imaginar y soñar. Además hay que mencionar que era un enamorado del amor. Romántico, apasionado y bastante coqueto”, confirmó la historiadora.