Italia ha logrado frenar la preocupante desaparición de las abejas desde que prohibió en 2008 el uso de insecticidas de la familia de los neonicotinoides, aseguraron varios expertos.
Como numerosos países del mundo, Italia registró desde los años 2000 una elevada desaparición de las abejas, un fenómeno grave ya que esos insectos garantizan que se fecunden las flores y den así frutos y semillas.
El programa "Beenet", que recolecta información sobre la salud de los insectos, registró desde 2009 une "mejoría" en Italia, con una mortalidad por debajo del límite natural del 15%.
Sólo el año 2014 registra una mortalidad alta con respecto a los otros desde el 2009.
La prohibición de algunos insecticidas en 2008 ha sido clave para bajar la mortalidad de las abejas, según los investigadores, los apicultores y las asociaciones de defensa del medio ambiente.
Según la Asociación de Apicultores, Conapi, desde el año 2009, la población de abejas dejó de descender en Italia gracias a la prohibición el año precedente de los insecticidas neonicotinoides en las plantas de maíz.
"La situación ha mejorado, pero los insecticidas se usan en otros cultivos, lo que sigue afectando a la población de abejas", aseguró Giorgio Ferraud, apicultor de Turín (norte).
Empleados desde la década del 90, tales insecticidas han sido acusados de ser la causa de la grave mortalidad de abejas en el mundo.
Sin embargo, las industrias del sector minimizan sus riesgos.
En 2013, la Comisión Europea decidió limitar por dos años el uso de esos insecticidas, que actúan en el sistema nervioso, tras un informe de la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos, sobre sus riesgos.
La entidad estudia en este momento si seguirá restringiendo su uso en base a datos científicos.