Descansar y divertirse es lo que más quieren y hay muchas alternativas que conjugan éstos aspectos con el aprendizaje
LAS vacaciones son un periodo muy importante para que tus hijos aprovechen el tiempo, descansen y se diviertan. Y ese período generalmente se convierte en un “dolor de cabeza” para los padres, ya que no saben qué hacer con los chicos y, a su vez, éstos por tanto ocio se aburren.
Descansar es cambiar de actividades, por eso es importante que te organices y que planees con tu hijo un calendario con tiempos específicos. Hacerlo con él te garantizará que él lo cumpla, incluso si no lo acompañarás durante la semana.
Es clave por ello hacer planeación para este largo tiempo de descanso. Aquí algunas recomendaciones que hace Ipler.
Piensa en qué le gusta hacer: Dale a tu hijo alternativas con base en lo que a él le gusta. No pretendas que cumpla un cronograma por el que no se siente motivado. Piensa en los temas que le atraen y programa con él películas, cuentos, salidas a parques temáticos, caminatas, entre otras
Nunca dejes de lado el estudio: Tu hijo siempre presentará debilidades en alguna asignatura. No te asustes, esto es normal en su proceso académico. Si consideras que durante la semana de receso tu hijo definitivamente, debe distanciarse de esa asignatura en la que no le va bien, refuerza en él competencias que le resultarán útiles en todas las áreas; la lectura, por ejemplo, le ayuda a tu hijo a mejorar la concentración, la memoria, la disciplina y el razonamiento.
Es un tiempo ideal para realizar un curso de lectura rápida para niños o de lectura rápida o comprensiva personalizado que ayude a reforzar sus habilidades lectoras. Por supuesto, no asignes más de tres horas diarias al estudio, de lo contrario, sentirá que estás invadiendo su tiempo de receso.
La recreación también es clave: Los programas de recreación en vacaciones, bien sea de aprendizaje o de ocio, le permiten a tu hijo conocer nuevos amigos, nuevos ambientes y vivir nuevas experiencias. Puedes estar seguro de que tu hijo siempre asociará lo que aprende en nuevos espacios a su cotidianidad.
El deporte es esencial y siempre se incluye dentro de los planes de recreación. Mantener a tu hijo en movimiento le permite oxigenar su cerebro, reducir sus niveles de hiperactividad y, por consiguiente, mejorar la concentración.
Las manualidades también hacen parte de los planes para estas semanas de receso porque, aunque no lo creas, obligan a tu hijo a evitar distracciones, tener atención selectiva y mejorar su motricidad.
El contacto con la naturaleza: A los niños les gustan las plantas y los animales. Prepáralo para que vaya a visitas guiadas a los zoológicos, algunos planes incluyen campamentos diurnos. Programa planes con tu hijo al aire libre. Intenta trasladar algunas actividades al parque: pintura, comidas, ejercicio e incluso, videojuegos portátiles. Esto le permitirá cambiar de espacio y encontrar nuevas alternativas de diversión.
Comparte tiempo con él: Procura acompañarlo en algunas de las actividades que planeaste con él. Si dispones de tiempo, no dudes en llevarlo contigo. A los niños les gusta hacer cosas de adultos, por eso, prueba cocinando con él platos sencillos, realiza labores del hogar, aprovecha para enseñarle a reciclar o pídele ayuda para escribir cartas a algún amigo. Recuerda siempre cumplir los acuerdos que pactan. Estimula su comportamiento con incentivos, sin permitir que dependa de un premio para cumplir sus responsabilidades.