La inédita mezcla de melodías y los temas que ayudan a reconstruir el tejido social son el ADN de este grupo caucano
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LA fusión de los sonidos del Pacífico y ritmos latinos es lo que identifica a Herencia de Timbiquí, una banda que se ha destacado por esta novedosa propuesta musical y por una puesta en escena que es una gran explosión de energía, ritmo y pegajosos temas.
La agrupación, considerada embajadora de Colombia, conserva las raíces ancestrales de la marimba de chonta, el bombo, los cununos y el guasá, elementos característicos del Pacífico colombiano y les adiciona sonidos del rock, el jazz o el funk. El color de sus voces, candente ritmos y profundad letras no solo ha llegado al corazón de los colombianos, sino que ha puesto a bailar a cientos de personas en países como España, Argentina, Suecia y Noruega, entre muchos más.
Herencia de Timbiquí ha sorprendiendo también con una versátil y talentosa puesta en escena. Lo ha evidenciado en todas y cada una de sus presentaciones, pero en especial el pasado jueves en el concierto donde se unió a la Orquesta Filarmónica Juvenil de Bogotá, donde bajo el título “Herencia Filarmónico”, evidenció una nueva y exitosa faceta.
Los artistas caucanos contaron a EL NUEVO SIGLO la trayectoria artística del grupo, los ritmos que los identifican y su reciente presentación con la Filarmónica Juvenil.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo empezó Herencia de Timbiquí?
HERENCIA DE TIMBIQUÍ: Herencia de Timbiquí es un proyecto que se empezó a forjar en el municipio de Timbiquí, Cauca. Unos chicos soñadores, tocadores de guitarra y serenateros. Un gran día, un tío nos veía que hacíamos eso con tanto ahínco y nos dice que por qué en vez de andar de esa manera tan informal, no formábamos un proyecto serio para que la gente nos tomara en serio y, además para que pudiéramos proyectarnos. Es allí cuando empieza a formarse todo el proceso de orquestar la banda con los elementos de nuestro Pacífico y da como resultado lo que es hoy Herencia de Timbiquí, obviamente con un sin número de trasformaciones.
ENS: ¿Cuál es la diferencia entre la música de Timbiquí, Cauca y la de Chocó?
HDT: Al final somos el mismo Pacífico, pero claro la diferencia está en la instrumentación. La música que tenemos en todo el Pacífico, caucano, en Timbiquí, en Guapi es una música enmarcada en lo religioso. La música que tenemos en nuestro municipio está marcada por la marimba, que es un instrumento romántico y profundo, el ritmo es más raizal y viene directamente desde África. En cambio en el Chocó, digamos, que ya no funciona tanto la marimba ni los tambores sino más los instrumentos europeos. Entonces está el clarinete, el bombardino, el redoblante y la tendencia de los ritmos de allá es de mucho festejo, de mucho jolgorio y hay una influencia española.
ENS: ¿De dónde salen las historias de sus canciones?
HDT: Todas las historias que se cuentan allá, que son a veces jocosas, sentimentales, de tristeza, de alegría pero que cuentan de una manera tácita lo que es la gente del Pacífico, de un lenguaje que es propio y que está contando siempre las penas, los desdenes, lo que nos ha pasado a lo largo de la historia y, por supuesto el anhelo de pasar ese capítulo que ha sido no muy agradable de nuestra historia. Así que también estamos educando muchísimo, diciéndole a la gente que tenemos un país maravilloso, que tenemos una región que es muy bella y queremos seguir en ese orden dándole porque nos siguen muchos niños, entonces escribimos letras que le apunten a la educación.
ENS: ¿Qué los identifica como grupo?
HDT: Hoy para Colombia significamos estar en la mente presente y estar en una ventana principal de las bandas que hacen el reconocimiento por la música colombiana, tanto en el país como en el mundo y eso nos ha dado de alguna forma para la gente, el argumento de ser unos embajadores, una gente que se va por el mundo hablando del buen nombre a través de la música de Colombia. Nosotros sabemos que lo que hacemos es una música que se hace con el corazón, unas letras que están escritas para ayudar a la construcción del tejido social y que como consecuencia lo que ha traído es que la gente, incluso cuando están pasando cosas delicadas en el país, nos hagan una llamada y nos digan que nos manifestemos porque la gente nos ve incluso como políticos, porque eso es el resultado del hecho de que sientan que somos como un respaldo para ellos o para Colombia.
ENS: ¿Cuál es la propuesta que plantearon para el concierto?
HDT: Tenemos una propuesta musical bien enriquecida del talento colombiano, la música de Herencia de Timbiquí y los arreglos que ha hecho la Filarmónica Juvenil de Bogotá, que interpretaron y leyeron ese sabor que tenemos y esa sazón que tenemos en la música de Herencia. Nuestros arreglos son una cosa cinematográfica, ellos leyeron muy bien eso y con todos esos instrumentos hicieron unos arreglos que de verdad encajan perfectamente y además se metieron muy bien en el ritmo, nos dieron una lección muy bonita. Con músicos serios y profesionales el público disfrutó de un concierto de alta calidad, de mucha energía y con un mensaje: unir a Colombia.
Fusión con la Filarmónica
El director de la Orquesta Filarmónica Juvenil, Ricardo Jaramillo le contó a éste Diario los detalles detrás del encuentro musical entre las dos agrupaciones musicales.
EL NUEVO SIGLO: ¿Cómo surge la idea de fusionar los dos géneros musicales para el concierto?
RICARDO JARAMILLO: Creo que es parte de un movimiento enorme que hay de fusiones entre música popular y música sinfónica, creo que los primeros fueron en los 60. Pero bueno aquí en Colombia en los últimos años se ha multiplicado varias orquestas por no decir que muchas que ya se fusionan con grupos populares. Entonces hacerlo con Herencia de Timbiquí creo que cualquier orquesta lo quisiera hacer, son unos artistas de una calidad increíble y muy particulares.
ENS: ¿Cómo la música y actividades como ésta pueden ayudar a regenerar las calles del Bronx?
RJ: Yo creo que nace del espíritu mismo de la música que me parece que en un país como Colombia nos tenemos que sentir muy afortunados de la influencia de la cultura negra, nos hace como colombianos diferentes y más ricos. El hecho de estar interpretada por dos diferentes tribus por decirlo de alguna manera, se encuentra para gozar alrededor de la música y creo que es el mejor ejemplo de renovación y de bienestar.
ENS: ¿Cuáles fueron sus expectativas para el concierto?
RJ: Pues muy altas. Los conciertos sinfónicos tienen un problema técnico evidente y es lograr que las dos agrupaciones, sobre todo la orquesta se oiga porque los otros instrumentos son muy poderosos. Ese es como el problema técnico. Pero artísticamente por el trabajo que hicimos la propuesta fue un éxito