La mítica marca Ferrari, símbolo del lujo y la potencia, quiere pasar del rojo al verde y apuesta por los coches ecológicos, incluyendo un modelo híbrido, para reducir el consumo de carburante y el impacto sobre el medio ambiente.
"Trabajamos para reducir el consumo de gasolina sin olvidar que Ferrari quiere decir prestación. También logramos aumentar la potencia de nuestros motores de 100 caballos y al mismo tiempo reducir la emisión de CO2 de un 30%", sostiene Matteo Lanzavecchia, responsable del sector desarrollo mientras recorre la legendaria sede de Maranello, cerca de Modena, en Emilia Romagna.
La "California 30", uno de los modelos más exitosos de Ferrari, cuyo precio se acerca a los 180.000 euros (unos 238.000 dólares) se caracteriza por el número 30: Y es que 30 son los kilos que se ha aligerado y 30 los caballos de potencia que gana el motor.
"Es un trabajo a todos los niveles, porque no sólo empleamos materiales livianos, sino que tenemos en cuenta otros elementos, revisamos el sistema de frenos, la fricción, la ventilación, para reducir el consumo", explicó.
Una filosofía que se trasladó también a las instalaciones, donde se han sembrado árboles en medio de los automóviles para controlar la humedad del ambiente.
En la parte más nueva de la fábrica, los amplios ventanales también sirven para limitar el consumo de electricidad.
La famosa marca del caballito encabritado en realidad prepara el automóvil híbrido, vehículo que combina energía eléctrica y combustión interna.
Contará con el mismo sistema que se utiliza en la Fórmula 1, el llamado KERS, una evolución en la que han trabajado sobre el motor de combustión y el sistema eléctrico para reducir las emisiones del V12, consiguiendo además un centro de gravedad más bajo gracias a la distribución de los componentes eléctricos.
"También hace posible el magnífico placer de conducir un Ferrari", confiesa entusiasmado Lanzavecchia.
La marca italiana de lujo por excelencia no conoce la crisis que afecta el viejo continente y después de registrar dos años récord, 2010 y 2011, el grupo calcula que el 2012 será excepcional.
El año pasado, Ferrari vendió 7.200 automóviles en todo el mundo, 10% más que en el 2010.
Además, el volumen de negocios superó la barrera histórica de los 2.000 millones de euros.
"En todo el mundo hay ocasiones. Claro que en algunos mercados reina la prudencia, como en Europa. Pero existen otros mercados, en países y hasta continentes con economías que crecen, como Asia, Indonesia, Malaisia y Estados Unidos", reconoce el director comercial de Ferrari, Enrico Galliera.
Una clientela que Ferrari sabe seducir, ofreciendo servicios personalizados, como cachemira, cuero de pécari, teck, sistema de sonido Hi-FI y pantallas especiales a bordo.
"Tenemos un 'personal designer' (estilista) para guiar al cliente, aconsejarlo y acompañarlo", explica Nicola Boari, responsable del proyecto, entre telas y mujeres vestidos de rojo que trabajan en uno de los talleres.
Claro que, como sostienen los directivos de la marca, hay que respetar el "buen gusto" italiano.
"De aquí no saldrá jamás un Ferrari con sillas de cocodrilo ni el caballito tallado en diamantes", advirtió.