Reconocer las amplias diferencias entre urgencia y emergencia médica le permite a los colombianos enfrentar situaciones de la cotidianidad que muchas veces, por causa de diversos factores, se desconocen los procedimientos, generando en algunos casos el uso inadecuado de los recursos del servicio de salud, o por el contrario, la complicación de algún paciente por no acudir a tiempo ni del modo correcto donde un profesional que evalúe la situación.
El Sistema de Emergencias Médicas (SEM) es un modelo general integrado, con el propósito de responder de manera oportuna a las víctimas de patologías o incidentes que requieran atención médica de urgencias. Pese a esto, en Colombia los servicios de urgencias son puntos críticos para la calidad de la atención del ciudadano.
Es por eso que comprender los motivos de su uso aporta al mejoramiento de los sistemas. Las salas de Urgencias presentan en muchos casos una elevada y creciente demanda por parte de los usuarios, ya que usualmente los motivos por los que se consulta no son pertinentes para ser atendidos en ellos.
Una urgencia médica se entiende como todas aquellas situaciones en las que no existe amenaza inmediata que pueda comprometer la vida del paciente, sin embargo, sí demanda una pronta intervención para su mejora, reducir riesgos o evitar futuras complicaciones.
“Las urgencias y las emergencias son conceptos distintos, y este desconocimiento ha derivado en problemas tales como: aglomeración, largos tiempos de espera que se convierten en algunos casos en mala atención a los usuarios, saturación excesiva de los servicios de urgencias e incremento en el costo de atención; así como también muchos pacientes con complicaciones por remisiones tardías, fallecimiento en los hogares, entre otros”, destaca el doctor Miguel Ángel Saavedra, director científico de Santa Laura IPS.
Por otro lado, cuando se habla de emergencia médica se hace referencia a todas aquellas situaciones en las que el paciente está corriendo riesgo de muerte inmediata, o posee una alta posibilidad de que su vida esté comprometida, necesite soporte vital y su estado sea crítico.
En este sentido, el Gobierno nacional definió mediante la Resolución No. 5596 del 24 de diciembre de 2015 del Ministerio de Salud y Protección Social, los criterios técnicos para el Sistema de Selección y Clasificación de pacientes en los servicios de urgencias, conocido como “Triage”. Esta norma establece una categorización para determinar la prioridad de la atención en el servicio de urgencias, de mayor a menor riesgo según la condición clínica del paciente.
Ahora bien, la pandemia ha vuelto a poner en la retina estos dos criterios, resaltando la importancia del significado de cada uno. Primero, porque debido al covid-19, muchos efectos hicieron que la atención de urgencias se compara en varias instituciones, generando que en muchos casos la sobreocupación de las salas de urgencias obligará a que la gente se acomodara hasta en el suelo, lo que en distintas circunstancias complicó la atención de emergencias médicas que sí necesitaban una revisión adecuada, eficaz e inmediata.
De esta manera, la distinción de estos dos conceptos y sus síntomas es un punto clave para que primero, la gente sepa cuándo acudir o no a un centro de salud, y segundo, descongestionar los servicios de emergencias actualmente saturados por la pandemia, con el fin de que más pacientes reciban atención de manera oportuna.
“Algunas instituciones médicas, como Santa Laura IPS, para prevenir los obstáculos causados por la atención del virus, han dispuesto salas de urgencias denominadas ‘no covid’ en la cual el servicio está dirigido tanto para niños como para adultos, contando con equipos de última tecnología, protocolos de bioseguridad y personal especializado para un manejo y un diagnóstico oportuno, sin importar, la complejidad de los casos. Todo esto para descongestionar las salas de urgencias de manera más eficiente y atender a los pacientes sin riesgo de contagio y reduciendo tiempos de espera”, agrega Saavedra.
En Colombia, aproximadamente solo tres de cada 10 personas consultan por problemas verdaderamente urgentes, mientras que el resto acude por situaciones que debieron ser resueltas en otras condiciones.