El reconocimiento de derechos civiles y políticos de las mujeres, el acceso a la educación, a los métodos anticonceptivos, y la posibilidad de independencia económica, entre otros factores, han incidido en que muchas mujeres posterguen la maternidad en países de ingresos medianos y altos, como Estados Unidos, Suiza, Japón, España, Italia e incluso Colombia.
En este panorama, las mujeres tienen hijos en edades mucho más variadas que antes, pues la idea y posibilidad de construir una familia puede surgir a los 25, 30 o incluso 40 años.
Ante las dudas que pueden surgir sobre la maternidad en distintas edades, Plan M habló con el ginecólogo y obstetra Fidel Cano, cofundador del centro de fertilidad Inser, sobre las características biológicas en distintos grupos etarios, la transformación de la maternidad en las últimas décadas, la posibilidad de planear la maternidad y otros temas clave para las mujeres de hoy.
¿Cómo viven el proceso de maternidad las mujeres que deciden tener hijos luego de los 30 años?
FIDEL CANO: La vida reproductiva de las mujeres empieza entre los 13 y 14 años, y luego de eso tienen más o menos 35 años de vida reproductiva en condiciones naturales. En nuestra especie, la economía ovárica es de excelente selección, pues cada mes, de un grupo numeroso de óvulos el cuerpo femenino selecciona solo uno para iniciar un proceso que puede terminar en la fecundación.
Por lo general el óvulo seleccionado es de buena calidad, pero esto depende de muchos factores como la edad. Lo que ocurre con muchas mujeres mayores de 35 años es que se enfrentan con la realidad biológica de su cuerpo, que probablemente ya gastó lo mejor de su vida reproductiva entre los 25 y los 35 años.
¿Qué ocurre entonces con la maternidad a los 40 años?
FC: Para empezar, con más de 40 años aumenta el riesgo obstétrico. Al haber disminución de calidad ovocitaria por la edad, puede existir más riesgo de que se presenten alteraciones cromosómicas, aunque no a un nivel en el que se contraindique la concepción. En ese sentido, gracias a la ciencia, ya existen diagnósticos tempranos para ver cómo vienen los bebés, así como para analizar la salud de la madre e identificar si el embarazo representa un riesgo.
De otro lado, hay un punto importante de la maternidad a esta edad y es que normalmente estas mujeres están más seguras y comprometidas con el embarazo, por lo que tienden a disfrutarlo más, suelen tener experiencias muy enriquecedoras para ellas y para su entorno.
Sin embargo, todavía existen prejuicios y mitos sobre la maternidad después de los 40...
FC: Hoy en día la menopausia puede llegarles a las mujeres a los 45 años, lo que significa que la naturaleza nos permite la reproducción hasta esa edad. A nivel reproductivo, la biología nos dice que aún estamos en época de reproducción.
Aunque haya condiciones limitadas, posibilidad de riesgos y socialmente pueda significar un reto. Por ejemplo, al enfrentar a otros padres en el colegio del niño.
Si una mujer llega a los 40 años y quiere tener hijos, ¿qué opciones tiene?
FC: Muchas mujeres llegan a los 40 años y creen que ya no pueden ser madres. El primer mensaje es que sí pueden, que su edad no les impide tener hijos si lo desean, pero a esta edad hay que actuar rápido. No es demasiado tarde, pero recomendamos agilizar el proceso. Podemos realizarle un tratamiento inmediato, como la fertilización in vitro. En ocasiones el no consultar a tiempo y aplazar demasiado el inicio de la maternidad, nos puede obligar a recurrir desde el inicio a la donación de óvulos.
Es importante que las mujeres conozcan que a los 35 años empieza un descenso de su calidad reproductiva; puede que a los 38 todavía no haya afán, pero sí es un buen momento para pensar en tomar decisiones pronto.
¿Cree que las mujeres deberían pensar en la maternidad y planearla desde jóvenes?
FC: Yo no dejaría esa responsabilidad en las mujeres solamente, es una responsabilidad social. Sería ideal que ellas piensen en su maternidad antes de los 40 años, porque muchas pacientes llegan a esa edad para conocer sus posibilidades de tener hijos y se encuentran con una respuesta incierta que les genera un impacto muy fuerte, sobre todo porque tenían desconocimiento sobre las consecuencias de posponer la maternidad.