El primer telescopio espacial Hubble, que revolucionó la astronomía y nuestra visión del Universo con las espectaculares imágenes de galaxias lejanas que ha generado, celebra esta semana su 25º aniversario en el espacio.
"El Hubble cambió la forma como la humanidad mira el Universo y ve su lugar en él", explica la astrónoma Jennifer Wiseman, científica del telescopio en el Centro Goddard de la NASA en Greenbelt (Maryland, noreste de EEUU).
"Este telescopio nos mostró que el cosmos ha cambiado en el curso del tiempo; que las estrellas producen todos los elementos necesarios para la vida y para la formación de los planetas", prosiguió en una entrevista con la AFP en la sala de control del Hubble.
Desde que fue lanzado el 24 de abril de 1990 por el transbordador Discovery, el Hubble orbita la Tierra a 570 km de altitud.
El telescopio tuvos sus reveses en su primera infancia, pero ya estaba completamente operativo tres años después de su despliegue.
La concavidad de su espejo principal tenía una falla que forzó el envío de una nave espacial para instalar un mecanismo corrector, en un operativo muy delicado que se efectuó en 1993.
Fue a partir de esa fecha que el Hubble, una verdadera máquina del tiempo dedicada a la exploración de las profundidades del espacio, comenzó a transmitir imágenes impactactantes de supernovas, de las cataclísmicas explosiones que marcan la muerte de una estrella y de otros cuerpos celestes.
Una de sus fotos más emblemáticas fue la de las gigantescas columnas de gas y de polvo interestelar a 6.500 años luz de la Tierra en la nebulosa del Águila, apodadas como "los pilares de la creación".
El telescopio de 11 toneladas lleva el nombre de uno de los pioneros de la astronomía, Edwin Powell Hubble (1889-1953), y es fruto de una colaboración entre la NASA y la Agencia Espacial Europea (ESA).
- Los hallazgos del Hubble -
El Hubble reveló además agujeros negros en el corazón de galaxias cuya existencia hasta entonces la ciencia solamente podía suponer.
También ha tomado más de un millón de imágenes de cuerpos celestes, algunos de los cuales en los confines del cosmos, lo cual ha permitido a los astrónomos calcular con mayor precisión la edad del Universo: cerca de 13.800 millones de años.
Gracias a todas estas imágenes, de una nitidez enormemente mayor a las obtenidas por los más poderosos telescopios terrestres, los astrofísicos pudieron confirmar en 1998 que la expansión del Universo se está acelerando. Este descubrimiento le valió un premio Nobel de Física a dos estadounidenses en 2011.
Esta aceleración es resultado de una misteriosa fuerza llamada energía oscura, que constituiría cerca del 70% del Universo.
El resto del cosmos está formado por 5% de materia visible y 27% de materia oscura invisible, cuya presencia se manifiesta por sus efectos gravitacionales sobre los cuerpos celestes.
Entre otros descubrimientos del Hubble, figura la detección de la primera molécula orgánica en la atmósfera de un planeta que orbita en torno a una estrella lejana de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Además, el telescopio permitió concluir que la formación de planetas es relativamente común.
Más cerca, el venerable telescopio permitió avanzar en el conocimiento del Sistema Solar. Recientemente, la NASA anunció que el Hubble detectó un gran océano subterráneo de agua salada en Ganimedes, la mayor luna de Júpiter. Este hallazgo ofrece pistas para la búsqueda de vida extraterrestre en nuestro vecindario.
Una verdadera superestrella de la astronomía, "el Hubble ha desempeñado un papel muy importante al infundir en los habitantes de nuestro planeta un sentido de la maravilla por este Universo en el que vivimos", añadió la astrónoma Wiseman.
Wiseman dijo además que está convencida de que el Hubble tiene muchos años por delante todavía. Debería coexistir con su sucesor, el telescopio espacial infrarrojo James Webb, que será lanzado en 2018 y será cien veces más potente. Según el astrónomo Matt Greenhouse de la NASA, "el Webb podría revolucionar otra vez la astronomía".