A propósito de su nombramiento como directora del Teatro, Claudia del Valle habló con EL NUEVO SIGLO sobre su gestión y planes para el 2020
POSICIONARSE COMO un centro de nuevas creaciones artísticas propias y la diversidad en su programación son algunos de los planes que tiene Claudia Cecilia Del Valle Muñoz para el legendario Teatro Colón en el 2020, en su cargo como nueva directora.
El 3 de este mes, la ministra de Cultura, Carmen Vásquez, hizo el nombramiento oficial poniendo al mando del Teatro a la gestora cultural, originaria de Tunja, Boyacá, quien manifestó que en su gestión se centrará en hacer de este Teatro un punto de encuentro de las expresiones artísticas a través de una programación donde todos los colombianos se sientan identificados.
Del Valle es maestra en música con énfasis en administración cultural de la Pontificia Universidad Javeriana, es Magister en gestión cultural de la Universidad Internacional de Cataluña en Barcelona y además, cuenta con experiencia en la dirección y programación artística de diferentes entidades culturales.
Así mismo, viene de ocupar el cargo de Directora Sinfónica de la Orquesta Filarmónica de Bogotá, donde fue responsable de la programación artística de la agrupación y del Festival Ópera al Parque, en el que llevó a cabo exitosos proyectos como: Aterciopelados Filarmónico”, la música de la misa campal del papa Francisco, la grabación del CD “50 años tocando para ti” merecedor de un Grammy Latino, los 25 años de Rock al Parque y la gira “Chile en mi corazón”, junto a Plácido Domingo.
También, fue asesora de dirección del Teatro Colón entre el 2015 y el 2017, en el que dio inicio a programas como la producción de óperas infantiles y la creación de franjas “Calle Colón” y “Toque Colón”.
EL NUEVO SIGLO: ¿Qué se siente, a tan corta edad, asumir la dirección de un teatro tan importante como lo es El Colón?
CLAUDIA DEL VALLE: Es una responsabilidad bastante grande a la que me aventuré con la invitación de la Ministra de Cultura y lo recibo con total entusiasmo y sabiendo que es una responsabilidad con la cultura de nuestro país, tanto con los artistas como con nuestro público. Tengo experiencia en identidades culturales, en programación de conciertos y aunque sí me caracterizo dentro del sector como una mujer joven para lo que se espera en este cargo, considero que estoy totalmente capacitada para asumirlo.
ENS: ¿A qué le apuesta ahora el Teatro en este 2020?
CDV: Este 2020 le apostamos a tener una diversidad en nuestra programación, a continuar con los espectáculos de calidad, que son el sello del teatro, con una programación de alta calidad artística y muy asequible para todo público, así como con un precio de boletería de diferentes categorías. Tendremos programación infantil, ópera, además, continuaremos con las producciones propias del Teatro. El Teatro quiere seguirse posesionando como un centro, donde no solamente se traen artistas internacionales o se le da espacio a los artistas nacionales, sino como un generador de nuevas expresiones artísticas, un creador de obras a partir de cero y como un impulso de esas creaciones de nuestros dramaturgos, músicos y artistas colombianos.
ENS: ¿Cuáles serán las principales sorpresas de la programación?
CDV: Tendremos la producción de “Woyzeck”, que fue muy exitosa el año pasado. Es una obra propia del Teatro y un clásico en el que el lenguaje de Jimmy Rangel se muestra a través del teatro corporal. Es muy simbólico, tiene luces muy llamativas, así como un efecto de agua en el escenario que es muy sorprendente para el público. Tendremos 12 funciones, a partir del 29 de abril y después, acogeremos al Festival Iberoamericano de Teatro con dos obras: una es de una compañía argentina y otra de circo colombiana. También, presentaremos durante el año, en homenaje a los 250 años de Beethoven, todas las sinfonías de este compositor alemán. Cerraremos, precisamente, nuestro año con la “Novena Sinfonía” de Beethoven y con una programación familiar que ya el público espera en diciembre para celebrar la Navidad.
Como invitados internacionales tendremos una sorpresa especial dedicada a Brasil, tendremos artistas de Argentina y de diferentes países europeos.
ENS: ¿Qué tan fácil ha sido concretar esta programación en un mundo tan competitivo como el de la cultura?
CDV: La programación se tiene que hacer con bastante antelación, entonces me encontré con una que ya estaba estructurada, precisamente, porque se tiene que hacer con un año o más precisamente para concretar a todos los artistas que se presentarán. El teatro tiene una experiencia de programar, que soluciona un poco el tema de tanta competencia que hay en el sector. Entonces, dividimos nuestros espectáculos internacionales, pero también tenemos una franja familiar y una juvenil; ofrecemos las visitas guiadas y tenemos unos conciertos de cámara que se hacen en el Foyer, que también es un espacio para organizar precisamente todas estas propuestas. La dificultad está en tener un balance y una precisión presupuestal para tener espectáculos que cumplan con las expectativas del público
ENS: En materia de infraestructura y conservación del Teatro, ¿qué se tiene presupuestado?
CDV: El teatro está en constante revisión de conservación, acá tenemos varios profesionales que están inspeccionando semanalmente el mantenimiento de un equipamiento como lo es el Teatro, que tiene varios componentes patrimoniales. Entonces, el área de patrimonio está en constante revisión.
Entramos, también, a la nueva etapa del nuevo centro cultural que se está construyendo en la parte norte del edificio y que se piensa inaugurar el segundo semestre del 2021. Entonces, el Teatro está en otra fase donde tiene que conjugar toda esta parte patrimonial e histórica del edificio y de la sala, que conocemos, con los nuevos escenarios que pertenecen a una arquitectura totalmente contemporánea. De esta manera, atraer a nuevos públicos y tener muchísima más programación.
ENS: ¿La variación del cronograma del Festival Iberoamericano de Teatro impacta de alguna forma los planes del Colón para este año?
CDV: Nosotros acogeremos el Festival, como siempre lo hemos hecho, estamos planeando la mejor manera de presentar esto al público que siempre ha estado esperando esa programación para Semana Santa. Entonces, se va a cumplir con las actividades y se va a tener una programación mucho más amplia en junio. Este cambio de cronograma realmente es una dinámica nueva que tiene el Festival en su independencia como organizadores y el Ministerio de Cultura lo apoya y abre las puertas del Teatro Colón para acoger a las compañías participantes.
ENS: Usted fue Directora Sinfónica de la Orquesta Filarmónica de Bogotá y ahora lo es del Teatro Colón, ¿qué posibilidades hay de hacer una obra sin precedentes entre las dos instituciones?
CDV: De hecho tenemos programada la ópera de “El Castillo de Barba Azul” de Béla Bartók, una coproducción que tendremos en el segundo semestre, en octubre, y es una gran puesta en escena en la que se estará interpretando la ópera desde el foso, pero también tendremos una adaptación introductoria de la música de Bartók para conmemorar su año. Tendremos el montaje de “La Novena Sinfonía de Beethoven”, es una sinfonía muy grande, incluye solistas, coro y la orquesta en pleno, entonces, es también un espectáculo demandante, pero es una obra que tiene demasiada acogida por parte del público.
Entonces, trabajaremos de la mano con la Orquesta, presentaremos espectáculos novedosos de todo tipo y grandes puestas escénicas.
ENS: ¿Qué tan teatreros son los bogotanos y qué tanto el Teatro debe renovar su oferta para atraer nuevos espectadores, sobre todo jóvenes?
CDV: El público bogotano es agradecido con la oferta cultural, es atento a los espectáculos nuevos, pero también es muy crítico. A eso nos tenemos que enfrentar en un teatro como este, principalmente a seguirle el ritmo a una ciudad como Bogotá y también de una oferta cultural de la ciudad que diariamente está creciendo. Sabemos que estamos haciendo una oferta acá, pero también está el cine, así como los nuevos equipamientos grandes como el Movistar Arena, tenemos que jugar con todos esos elementos para pensar como ciudad y como país.
El Colón es la insignia de Colombia, por eso tenemos muchas dinámicas y participación territorial, así como trabajo con las poblaciones. El Teatro sí tiene que adaptar un poco su oferta a las expectativas del público, pero a su vez, siendo muy leales y respetuosos con la libertad artística, que es lo que le da legitimidad al espectáculo.
ENS: ¿Con qué otras instituciones culturales se van a coordinar espectáculos?
CDV: Espero que con muchísimas del sector gubernamental y del sector privado. Hasta el momento tenemos alianza con el Festival Iberoamericano del Teatro, con algunas compañías de teatro, danza y música, tendremos la presencia de algunas embajadas, especialmente la de Brasil. Y espero que, con mi gestión, tengamos muchísima más participación privada en el Teatro, ya que sus aportes son los que ayudan a mantener activa la programación.
ENS: En materia cultural, ¿se puede decir hoy que Bogotá continúa siendo la “Atenas suramericana”?
CDV: Claro que sí. Bogotá está categorizada como la escuela de la música, acoge a uno de los tres festivales de teatro más importantes en el mundo, que es donde se ha puesto la mirada, también cada dos años, del teatro mundial donde se ven nuevas tendencias y donde, por supuesto, hay innovación en la oferta. Entonces, creo que sí, Bogotá es una ciudad de teatro, música y espectáculos, tanto del público como de la oferta que ofrecen nuestras instituciones.
ENS: ¿Cómo define el legado que le ha dejado el Teatro Colón durante estos años a Colombia?
CDV: Creo que los colombianos llevan al teatro en su corazón. Tiene muchísima historia y valor patrimonial. No solamente por los espectáculos que ha presentado y los artistas que ha acogido, sino porque ha sido un lugar que ha acompañado la historia de la ciudad y del país. Ha vivido incendios, fenómenos políticos, sociales y el Teatro ha permanecido latente en el corazón de la ciudad. Creo que es un escenario, un edificio, una estructura arquitectónica, que permanece en el corazón de los colombianos por su valor patrimonial. Así como, el legado que deja por supuesto la evolución cultural y artística del país.