El cáncer se fue de mi vida: Roberto Ortiz | El Nuevo Siglo
Jueves, 3 de Mayo de 2012

La crónica de Mabel Kremer

 

El representante por el Valle del Cauca Roberto Ortiz se imaginó todo menos que el médico le fuera a decir a sus casi 50 años que tenía cáncer.

 

“Llegué con un dolor muy fuerte en el cóccix y durante varios meses le eché la culpa a la silla de mi escritorio, a tal punto que tuve seis. Pero después de una colonoscopia el médico me dijo: Roberto te he descubierto un tumor y tienes cáncer”.

 

El resultado era contundente. El empresario, que apenas se estrenaba en política, porque estaba en plena campaña para lanzarse por primera vez al Congreso, tenía cáncer colorrectal.

 

Con toda la fortaleza que lo caracteriza para sacar sus sueños adelante, este empresario del chance en Cali decidió firmemente no dejarse morir. Durante gran parte de su vida había liderado la empresa Apuestas Azar, que él mismo creó y que es popularmente conocida como “Las Chonticas”, donde dos mil mujeres cabeza de familia se pasean por las calles de ‘la Sucursal del Cielo’ vendiendo chance.

 

“Una vez una de mis ‘chonticas’ llegó llorando a la oficina para decirme que le habían encontrado cáncer de estómago y que se iba a morir. Yo la abracé y le dije que iba a estar bien, que se fuera para donde el doctor Carlos Canencio que tenía fama de curar el cáncer, sin imaginar que algún día me iba a tocar ir a mí”, dice en medio de las risas que despierta su paradoja.

 

Lo cierto es que sin conocer personalmente al doctor Canencio pero sí los buenos resultados, porque su ‘chontica’ se curó, el candidato pidió cita de inmediato. “El doctor me dijo: tranquilo que con medicina natural podemos superar esta enfermedad. Empecé un tratamiento con extrema disciplina. Todos los días tomaba dos litros de un jugo con 17 ingredientes de frutas y verduras. Me puse más de 400 sueros intravenosos, me sometí a terapia neural, acupuntura y seguí al pie de la letra todas las órdenes del doctor. Un año después el cáncer se había ido de mi vida por completo”, asegura el Representante que, entre otras, logró ganar su curul en el Congreso con 36.000 votos.

 

Arquitecto de sueños

 

Es impresionante, y hasta contagiosa, la energía tan positiva que corre por las venas del representante Ortiz. Es como si Dios le hubiese regalado ese don al nacer, porque, aunque viene de una familia muy pobre, siempre ha logrado hacer los sueños realidad. Los propios y los ajenos. “Yo sé lo que es aguantar hambre y frío. Mi mamá era una mujer muy pobre y a los 11 años me mandó de Honda a Cali a vivir con mi papá. Llegué con mi cajita de cartón amarrada con cabuya y empecé a estudiar y a trabajar”. A trabajar en la tienda de su padre vendiendo el revuelto. Pero a los 15 añitos ya tenía su cajón de chance y un gran sueño.

 

Su puesto de chance estaba ubicado en una esquina del barrio Sindical en Cali, al lado de un lote baldío. “Yo tuve el sueño de construir en ese lote, algún día, un edificio de cinco pisos donde funcionaría mi propia empresa de chance”. Y así fue. 25 años después, con los ahorros y un crédito en el banco, logró comprar el lote y edificar los 5 pisos que tantas veces visualizó.

 

Pero como buen arquitecto de sueños, Roberto Ortiz logró, aparte de su edificio, construir un barrio completo con 100 casas para sus empleadas más pobres. “Yo tenía un programa de incentivos entre mis vendedoras y les rifaba electrodomésticos. Un día salí de la oficina y vi que una de mis ‘chonticas’ estaba parada en la puerta con la nevera que se había ganado. Le pregunté que hacía tan tarde allí. Me dijo que no tenía cómo llevársela a su casa y le dije camine la llevo”. Pero, oh sorpresa la que se llevó el Representante cuando entró al cuarto de un inquilinato, que estaba completamente vacío y no tenía más que una colchoneta en el piso con dos pequeños que dormían y la nevera que acababa de llevar. “Yo salí con un nudo en la garganta y el corazón destrozado. No podía hablar porque me ponía a llorar y pensé: ¡Dios cómo es posible que los hijos de mis empleadas vivan de esta manera, mientras a los míos no les falta nada!”. Fue en ese preciso momento que tomó la decisión de visitar al entonces gobernador del Valle y actual Vicepresidente Angelino Garzón, quien después de escuchar la triste historia, se comprometió a construir 100 viviendas para las ‘chonticas’ más pobres y lo cumplió.

 

De empresario a político

 

Roberto Ortiz nunca pensó en la posibilidad de hacer política. Pero ante tanto trabajo social, no faltó la propuesta para lanzarse al Congreso de la República. “Me dijeron que si de empresario había logrado tantas cosas por la gente pobre de Cali, cómo sería siendo congresista” y le quedó sonando. Una vez obtuvo la aprobación de su familia, y por supuesto el apoyo de las ‘chonticas’ que perderían a su jefe y amigo para que el Valle del Cauca ganara un Representante, dio el sí. Con una campaña acompañada por el cáncer, pero con toda la fe que siempre le pone a las cosas, consiguió llegar al Congreso por primera vez.

 

Ahora como Representante a la Cámara, ya creó la Fundación A lo Bien, que les lleva a 1.500 jóvenes de Cali educación a sus barrios. “Llegamos directamente a seis barrios con cursos de enfermería, mecánica de motos, panadería y cocina, totalmente gratis, para que estos jóvenes que están en condiciones de vulnerabilidad no se dejen seducir por el mal”, afirma.

 

Y aunque el trabajo social por la región es lo primordial, Ortiz está trabajando en un proyecto de ley relacionado con la vacancia en el cargo de Gobernador. “El proyecto busca que cuando haya vacancia de un gobernador por enfermedad o muerte, el Partido terne a los candidatos para reemplazarlo. Pero cuando sea destituido por corrupción, el Partido pierda ese derecho y la terna sea escogida por el Presidente de la República”, explica este hombre a quien la vida le ha demostrado en varias ocasiones que, como él mismo dice, “siempre que anochece, amanece”.