Polémica por el documental No hubo tiempo para la tristeza
A pesar de un acuerdo con Memoria Histórica, Cine Colombia decidió no exhibir el tráiler de este largometraje argumentando que sus imágenes eran muy violentas.
Por: Marcela Madrid Vergara
Especial para EL NUEVO SIGLO
El conflicto armado colombiano ha dejado unas 6 millones de víctimas con 220 mil muertos, 27 mil secuestros, 5 millones 700 mil desplazados, 10 mil víctimas de minas, 6 mil niños reclutados. Un saldo nefasto de 50 años de guerra. Estos vejámenes perpetrados por todo tipo de grupos armados a lo largo del territorio nacional, han llevado a que organizaciones como Amnistía Internacional cataloguen a Colombia como un país “inmerso en una crisis de derechos humanos permanente”. Sin embargo, las cifras no son suficientes, y por eso el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH) decidió mostrarnos a los colombianos los rostros detrás de la barbarie, a través del documental ‘No hubo tiempo para la tristeza’.
Casas abandonadas a la orilla de la carretera, pueblos enteros en ruinas, cadáveres y niños uniformados como milicianos, son algunas de las imágenes que ilustran nuestro conflicto. Eso es lo que recopila el documental, que en poco más de una hora narra algunos de los hallazgos del informe general de memoria y conflicto ‘Basta Ya’, publicado a mediados de este año.
Estos cuadros de dolor son acompañados por las voces de los investigadores del CNMH y de las víctimas de 6 territorios que sufrieron algunas de las peores afrentas contra la población civil: La Chorrera en Amazonas; San Carlos en Antioquia, Bojayá en Chocó, Valle Encantado en Córdoba, El Carare en Santander; y Medellín.
Pero estos pueblos no son develados sólo a través de las imágenes de su doloroso pasado. Las cascadas de San Carlos, las selvas del Amazonas y las incontrolables lluvias del Chocó son los paisajes de esos pueblos que tratan de perdonar sin olvidar. El Jardín de la Memoria, en San Carlos; la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, en Santander; o el Museo de la Memoria en Granada (Antioquia), son la muestra de un presente todavía marcado por la resistencia.
Fueron seis meses en los que el equipo de producción se dedicó a la titánica labor de reflejar la esencia del informe (de más de 400 páginas y 6 años de investigación) en un formato audiovisual. Para Jorge Mario Betancur, director del largometraje, “este es un vehículo para que la gente conozca los hallazgos de ese trabajo (el documento Basta Ya), para que se plantee preguntas, para que lo critique, lo entienda, lo aprenda y lo use para comprender un poco más algo tan complejo como el conflicto colombiano. Tratamos de dejar unas inquietudes clave, sin que el audiovisual sea la copia del informe”.
Esta pieza fue proyectada hace un mes durante la VI Semana por la Memoria en varias ciudades del país. Mauricio Builes, jefe de prensa del CNMH cuenta que la respuesta fue positiva: “Cuando terminó la proyección en Neiva una señora se levantó y dijo: ‘no sé si aplaudir o llorar. Lo único que sé es que no nos podemos ir para la casa sin ver esto’”.
¿Tiempo para la censura?
Sin embargo, el sueño del equipo con esta pieza era cautivar nuevos públicos, llevar los testimonios de dolor y resistencia, pero también algunas explicaciones del conflicto, a la mayor cantidad de colombianos. Por eso la principal estrategia para difundir el documental, que se puede ver en la página del CNMH, sería la emisión de un tráiler de 2 minutos y 24 segundos en algunas salas de Cine Colombia.
Según Builes, fueron 3 meses de negociación entre el CNMH y la comercializadora de Caracol televisión, que se encarga de la pauta de Cine Colombia. El acuerdo final: se pagarían $140 millones por la proyección del tráiler en algunas salas del país desde el viernes 13 de diciembre hasta la segunda semana de enero del 2014. Sin embargo, Builes y el equipo de comunicaciones se sorprendieron el jueves pasado (un día antes de que empezara a proyectarse según lo acordado) cuando recibieron una llamada de la otra parte para cancelar el convenio. El motivo: el video era muy violento, no podría emitirse a menos que se editaran las imágenes.
La respuesta del equipo de Memoria Histórica fue rechazar esa condición, pues “sería como editar la realidad”, y proponer que se exhibiera únicamente antes de las películas con clasificación +15 (para mayores de 15 años). El equipo de Memoria Histórica quedó esperando la decisión de la vicepresidencia de la empresa y pidieron una carta con los argumentos para no emitir el tráiler, pero esa carta solo llegó para reiterar que el documental no sería presentado y que a cambio de ello ofrecían su difusión en El Espectador y Blu radio. Finalmente, nunca llegaron los argumentos, no hubo ningún tipo de arreglo y los $140 millones no se pagaron.
EL NUEVO SIGLOse comunicó con Jhon Hernando Suárez, el encargado de estas negociaciones de parte de Caracol, quien se limitó a expresar que ya se habían intercambiado correos con las razones de la decisión y se había cerrado el caso: “No estamos autorizados a hablar del tema. Es un asunto particular entre Memoria Histórica y Cine Colombia. Es entre los dos y queda entre los dos”.
Pero el asunto definitivamente no quedó cerrado entre los dos, pues el pasado domingo el portal 2 Orillas reveló lo sucedido en una nota de un párrafo bajo el título: “Este es el documental que censuró Cine Colombia”. Rápidamente corrieron las reacciones en las redes sociales y ese acto catalogado como “censura” tuvo un efecto bumerán: “Con lo que ocurrió, (el documental) ha tenido mucho revuelo y una publicidad inesperada, ha hecho que mucha gente lo vea”, expresó el director de ‘No hubo tiempo para la tristeza’.
Incluso, en Internet circula una carta con más de 4 mil firmas pidiendo la exhibición del largometraje. Esta solicitud va dirigida a la junta directiva de Valorem S.A y a Pía Barragán, gerente de contenidos alternativos de Cine Colombia: ‘La difusión de una pieza documental como ‘No hubo tiempo para la tristeza’ es solo una pequeña parte de lo que ustedes pueden hacer, a través de la empresa Cine Colombia, como compromiso con la reconstrucción de la memoria de manera reflexiva”.
A pesar del silencio de la distribuidora privada, cada vez crecen más los comentarios de quienes piden explicaciones y solicitan un cambio en la decisión. Lo cierto es que quienes vayan a cine durante esta temporada a ver ‘El Paseo 3’, ‘Frozen’ o ‘El Hobbit’, no se verán enfrentados a la pregunta: “¿dónde estábamos cuando sucedió todo esto?”.