Murales icónicos como ‘El levantamiento’ exhibido en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, MoMa, la excepcional pieza ‘Baile en Tehuantepec’ en el Museo de Arte de Buenos Aires o el ‘Retrato de Ramón Gómez de la Serna’ en el Grand Palais de París demuestran que las obras del pintor Diego Rivera, no solo lo convirtieron en una de las figuras del arte moderno, contemporáneo y vanguardista del siglo XX en México, sino también alrededor del mundo.
El recordado artista mexicano, Diego Rivera, quien cumple este domingo 133 años de nacimiento, se posiciona hoy como un ‘pintor internacional y mundial’, y no solo gracias al reconocimiento de quien fue su esposa, Frida Khalo, sino a su arte que buscaba reflejar la vida social de México, según Laura González, investigadora del Instituto Nacional de Bellas Artes, ya que su legado, entre los murales, retratos y demás obras, no solo se ha quedado en el continente americano.
Las caras del arte de Rivera
Durante muchos años, se han estudiado las obras del artista mexicano, quien impregnaba en sus lienzos la ideología revolucionaria, su pasión por las mujeres y el sentimiento de odio que sentía hacia su madre, como en el mural ‘El origen de la vida’.
Según el historiador, investigador y nieto de Rivera, Juan Coronel, dentro de estos estudios el perfil de Diego Rivera ha sido catalogado como un arte de izquierda en Estados Unidos, en Europa lo contextualizan en el arte moderno y en su país de origen hay especialistas que consideran su arte como un motivo para admirar su historia y hay quienes no gustan de su trabajo. Lo que hace que una figura tan destacada en la historia de México, como lo fue Diego, siga vivo aún con las investigaciones, charlas y exposiciones en su honor.
Un genio del arte mexicano
Un 8 de diciembre de 1886 nació en Guanajuato este genio del arte vanguardista mexicano, Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez, quien fue conocido por ser pionero en el movimiento del muralismo junto al paisajista José María Velasco, que conoció en la Academia de San Carlos, donde escogió el camino del arte y no la educación militar como lo quería su padre.
Rivera durante muchos años recorrió el mundo para conocer diferentes corrientes artísticas, las obras de Goya, el arte renacentista y entre muchos otros más. Pero al regresar de nuevo a su país el pensamiento revolucionario empezó a identificar su arte cuando decidió plasmar en grandes murales la historia de su lugar de origen desde la época precolombina hasta la independencia, para luego convertirse en el símbolo de una nación.
Es así como el muralista deja ante el mundo grandes piezas polémicas como ‘El hombre en la encrucijada’, una obra que fue destruida luego de que Rivera incluyera en ese trabajo, encargado por Rockefeller, la figura de Vladimir Lenin; o el mural que causó revuelo con ‘Sueño de una tarde dominical en la alameda central’, en el que pintó a Ignacio Ramírez, el Nigromante, un personaje repudiado por la religión.
Las obras imperdibles
El legado de Rivera fue amplio y causó revuelo en varias ocasiones a lo largo de su vida. Pero las pinturas ‘El hombre en la encrucijada’ y ‘Sueño de una tarde dominical en la alameda central’ no fueron las únicas que se destacaron, sino también los murales que hizo en la ‘SEP’, la Secretaría de Educación Pública, entre los que resalta ‘El Arsenal’ en el que aparece Khalo y Los Sabios, piezas que no hay que dejar de ver y que las creó cuando trabajó allí en 1922, donde pintaba, según el diario El Universal, escenas como La Pasión de Cristo por su gran contexto religioso y pinturas de figuras históricas como Emilio Zapata o Cuautémoc.
Otra de las obras más importantes del mexicano es ‘El niño del tabaco’, que fue pintado en 1932 en el que se puede ver a un niño con este alimento típico mexicano en la boca, que junto a él está un perro mirando el tabaco. En esta pintura Rivera utiliza la técnica de litografía e incluye un estilo de origen prehispánico impreso en la figura del perro, la cual usó con frecuencia en sus trabajos.
Así mismo, Rivera utiliza estas formas prehispánicas para el Mural sobre piedras, ubicado en Acapulco y construido en la fachada de la casa de la coleccionista, Dolores Olmedo, quien fue muy cercana al artista por incentivar su talento. La obra contiene la figura del mismo perro Xoloitxcuintle que aparece en ‘El niño del tabaco’.
Su legado en el mundo
En varios escenarios de arte internacionales han recordado la obra de Diego Rivera ofreciendo al público tanto museos con su nombre, como grandes exposiciones. Dentro de estos homenajes al genio del arte vanguardista están los principales museos en México como el Museo Mural Diego Rivera, Museo Dolores Olmedo, Museo Anahuacalli, Museo Casa Estudio Diego Rivera y Frida Khalo y entre otros más que muestran a las nuevas generaciones los detalles mínimos de su estilo de vida, sus costumbres de infancia y pensamientos.
Pero el tributo a este gran artista no se queda solamente en México, sino que llega a países como Argentina donde abrieron una exposición de los artistas más importantes de México del siglo XX en el Museo de Arte de Buenos Aires; también en París con la muestra del 2016 “México 1900-1950. Diego Rivera, Frida Kahlo, José Clemente Orozco y las vanguardias”, donde revisaron su obra ‘Río Juchitán’; y en Nueva York con los murales ‘Energía eléctrica’, uno de los más polémicos, ‘Taladro neumático’, ‘El levantamiento’, ‘Zapata líder agrario’ y ‘Guerrero indio’ que fueron exhibidos en el Museo de Arte Moderno, MoMa.