El regreso a la presencialidad en oficinas, universidades y colegios ha implicado retomar el uso habitual de zapatos como tacones, botas y mocasines que al estar en casa se han dejado de lado. Este retorno puede llegar a ocasionar en muchos casos la aparición de las conocidas y dolorosas ampollas que todos han sufrido alguna vez en la vida.
Las ampollas son cavidades elevadas llenas de fluido que se crean por debajo o entre las capas de la piel. Algunas de estas pueden estar provocadas por quemaduras, congelación de segundo grado y corrosión química. Sin embargo, la causa más habitual es la fricción física tal como la que produce la utilización de zapatos nuevos, trabajar en el jardín o realizar otros trabajos manuales. En estos casos, las capas superiores de la piel se separan de las inferiores creando esas cavidades huecas que se llenan de fluido tisular.
“Una de las heridas de menor grado y que se presentan comúnmente son las ampollas. Es importante tratarlas adecuadamente en casa o de lo contrario podrían correr el riesgo de infectarse”, afirma Juliana Lecompte, directora de Mercadeo Leukoplast Colombia.
¿Qué hacer?
No se debe nunca pinchar una ampolla porque la herida puede infectarse; un apósito adhesivo protegerá la piel frente a más fricción. Hay apósitos especiales que cuentan con capas de gel que ayudan a que la ampolla se cure con mayor rapidez. Estos tipos de apósitos se adhieren a la piel hasta que caen por sí solos.
Si la ampolla ya está abierta, primero hay que desinfectar la herida y después utilizar un apósito específico: la almohadilla de gel no se pegará a la herida supurante. Si la ampolla se rompe sola, trátela como una herida abierta.
Lávela con jabón y agua tibia. Aplique un ungüento antibacteriano y cúbrala con una venda, esparadrapo o un apósito limpio. Se debe estar atento ante la presencia de signos de infección, como enrojecimiento, dolor, hinchazón, o estrías de color rojo que se dirigen hacia el corazón.
Los zapatos estrechos o de materiales sintéticos pueden empeorar el estado de las ampollas en la piel. Si la lesión se produce en los pies, es mejor utilizar unos zapatos amplios y de un material cómodo.
Finalmente, y ante cualquier signo de alarma como hinchazón, fiebre y líquido que sale por la herida es mejor consultar con el médico.