Igual que la piel envejece con el paso de los años, el cabello también muestra signos de envejecimiento con la edad. Su naturaleza va cambiando, pierde densidad, espesor y volumen. En definitiva, el pelo se vuelve más fino, y crece menos. Hoy, con la ayuda de la farmacéutica Rocío Escalante, contamos los síntomas y las claves de este problema al que prestamos menos atención de la que deberíamos.
Las canas son la muestra más visible del envejecimiento capilar, pero además, nuestro cabello se vuelve más débil, frágil y fino, lo que puede provocar que se rompa con mayor facilidad y que nuestras puntas estén abiertas y quebradizas. Con la edad, nuestra melena pierde también volumen y espesor, y se vuelve más seco y con menos brillo.
Pero, además de la edad, ¿qué causa el envejecimiento capilar? En primer lugar, los trastornos hormonales. Con la llegada de la menopausia, el pelo también sufre muchos cambios, como caída, debilitamiento y pérdida de brillo y volumen. Sin embargo, también influye el estilo de vida.
La alimentación es fundamental para el cabello, porque le aporta las vitaminas que necesita para crecer fuerte. Por otra parte, está demostrado que el estrés envejece, tanto la piel, como el pelo. Y, finalmente, es importante cuidar tu cabello con productos adaptados a su propia naturaleza, evitando en la medida de lo posible someterlo a tratamientos agresivos que deterioran la fibra capilar. Por último, también afectan a la calidad de nuestro pelo factores externos como el sol y la contaminación, ya que resecan el cabello y lo vuelven más frágil, pudiendo provocar además irritaciones.
Para evitar el envejecimiento capilar, proponemos unos consejos fáciles de seguir y que ayudarán mucho a que tu cabello luzca más brillante, más fuerte y, en definitiva, más joven.
- Sigue una rutina capilar adecuada a la naturaleza de tu pelo. Si observas pérdida de volumen, utilizar, al menos una vez a la semana, un champú o algún producto que lo fortalezca.
- Hidrata tu pelo con una mascarilla al menos dos veces a la semana.
- Cepilla a diario tu cabello con cuidado, ya que ayuda a estimular la circulación sanguínea y eliminar los cabellos muertos.
- Aplica un protector térmico antes de utilizar el secador o las planchas, y así evitarás los daños que ocasionan las herramientas de calor.
- Realiza un sencillo masaje capilar una vez a la semana, antes de lavarlo, con movimientos circulares que estimulen la circulación sanguínea en el cuero cabelludo.
- Sigue una dieta rica en frutas, verduras, legumbres y cereales, que aportan las vitaminas y oligoelementos que el cabello necesita para seguir creciendo fuerte y sano.