La Cueva de Chauvet, donde se encuentran las pinturas rupestres más antiguas conocidas al día de hoy, fueron inscritas este domingo en el Patrimonio Mundial de la UNESCO, anunció el Comité de esta agencia de la ONU en Doha.
La inmensa gruta, situada a 25 metros bajo tierra en una meseta calcárea del sur de Francia, es "un testimonio único y excepcionalmente bien conservado", según el texto de la decisión adoptada por el Comité del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
"Los vestigios arqueológicos, paleontológicos y artísticos de la gruta ilustran, como ninguna otra del comienzo del Paleolítico superior, la frecuentación de las cuevas para prácticas culturales y rituales", destaca el Comité de la agencia de la ONU especializada en las artes, la educación y la cultura.
La cueva, que permaneció cerrada 23.000 años por un deslizamiento de rocas y fue redescubierta en 1994 por tres espeleólogos - Jean-Marie Chauvet, Christian Hillaire y Eliette Brunel -, contiene más de mil dibujos, "expresión excepcional de la primera creación artística del hombre", durante el Paleolítico superior, hace 36.000 años.
La decisión subraya que en la cueva de Chauvet están "las representaciones pictóricas más antiguas conocidas a día de hoy".
- Calidad artística -
"Es un orgullo para nuestro país que ese tesoro de nuestro patrimonio, verdadera obra maestra artística y testimonio único de la historia de la humanidad, sea reconocido de esta forma", declaró en un comunicado el presidente francés François Hollande.
"Un espacio de restitución de la cueva, ubicada en Vallon-Pont-d'Arc, permitirá próximamente a los franceses y al mundo entero descubrir su resplandor", añadió.
La ministra de la Cultura, Aurélie Filippetti, subrayó por su parte "la fuerza emocional" de esta joya.
Los dibujos hechos sobre la roca incluyen un bestiario constituido por 435 representaciones, que muestran 14 especies: osos, rinocerontes, un león, una leona, una pantera, bisontes...
En las paredes de la cueva pueden apreciarse también unas diez manos en negativo y positivo, representaciones de sexos femeninos y, justo al fondo, el dibujo excepcional del cuerpo de una mujer al lado de un bisonte.
El Comité de la UNESCO valoró especialmente "la calidad artística" de estas pinturas, manifiesta en "el dominio en el uso de los colores, la asociación de la pintura y el entallado, la precisión de las representaciones anatómicas y la capacidad de dar una impresión de los volúmenes y el movimiento".
En el suelo se aprecian también huellas de osos, dos veces más grandes que las que dejaría una mano humana, y osamentas de estos animales, que hibernaban en la gruta.
La cueva, conservada de forma excelente y mucho más grande que la cueva francesa de Lascaux (cuyas obras tienen entre 17.000 y 18.000 años de antigüedad), cuenta con numerosas salas y galerías a lo largo de 800 metros, y de hasta 18 metros de altura.
"Estos espacios contienen todos los atributos del valor universal excepcional" reconocido con la inclusión en la lista del Patrimonio Mundial, añade el Comité de la UNESCO.
"Las políticas estrictas de conservación preventiva, incluyendo las restricciones de acceso, han permitido mantener una situación casi idéntica a la encontrada en el momento del descubrimiento" de la cueva, destaca el Comité.
Al contrario que la de Lascaux, descubierta en 1940 y deteriorada por el dióxido de carbono generado por la respiración de los visitantes, la cueva de Chauvet nunca ha estado abierta al público. Una copia creada en la región y bautizada "Caverna del Pont-d'Arc" permitirá admirar las riquezas de la cavidad original.
Para este proyecto, pintores, escultores, agencias de arquitectos, escenógrafos y empresas de la construcción han colaborado para recrear a escala real y en 35.000 metros cuadrados lo mejor de la gruta verdadera.
Esta reconstitución debe abrir al público en la primavera de 2015.