Este 2020 ha sido un año lleno de retos en diferentes ámbitos, sin embargo, el más importante ha sido indudablemente el de enfrentar la pandemia. Este acontecimiento ha transformado diferentes aspectos de la sociedad como el consumo, las relaciones interpersonales e incluso la percepción que existía frente a la importancia de mantener una vida saludable.
La comida es uno de los elementos más importantes durante las fiestas decembrinas. Por esto, la época puede resultar difícil para aquellas personas que están en el proceso de combatir enfermedades como la obesidad y el sobrepeso.
“Las celebraciones de esta época giran en torno a la comida. Una persona que busca bajar de peso puede sentir presión y frustración si en todo momento está pensando qué puede comer y qué no. Estos detonantes generan estrés lo que puede ocasionar incremento en el peso del paciente, aún con una rutina basada en alimentación saludable y actividad física”, explica Ricardo Rosero, médico internista y endocrinólogo.
De acuerdo con la Asociación de Dietistas Británicos, una persona tiende a consumir en promedio desde 4.500 hasta 6.000 calorías en la noche de Navidad, y 500 calorías adicionales por día durante la temporada de fiestas. Estas cifras evidencian el ambiente, que algunos catalogan como obesogénico, que se crea en torno a las novenas y las fiestas de fin de año.
Por eso, en esta época, comer más de lo acostumbrado no significa que se está abandonando el tratamiento contra la obesidad o el sobrepeso. Para el doctor Rosero, la meta de diciembre consiste en disfrutar y ser feliz en familia a la vez que se hacen compromisos para no perder lo que se ha avanzado durante el año.
El experto destaca, además, la importancia de visitar al médico previo a las fiestas para identificar cómo se continuará con el manejo de obesidad o sobrepeso durante las mismas. “Es el momento en el que médico y paciente pactan cómo adaptar el tratamiento a la época y definen los próximos pasos para el año siguiente”, afirma Rosero.
A continuación, el experto comparte tres consejos para aprovechar las fiestas sin sentir que está ‘botando la toalla’.
1. Establecer máximos: el objetivo no es dejar de comer lo que se le ofrecen o buscar dietas extremas basadas en soya y linaza. Si la persona esperó 11 meses para comer buñuelos y natilla, puede hacerlo. “Se puede consumir un buñuelo pequeño. No dos o tres que incrementen los carbohidratos en nuestro cuerpo. Igual la natilla, si le gusta, puede comer media porción, no una completa”, explica el doctor.
De igual manera, teniendo en cuenta los componentes usuales en un plato (grasas, carbohidratos y proteínas), se recomienda comer primero la proteína y después los carbohidratos, de este modo evitan que los segundos se conviertan en grasa.
2. Equilibrio es la clave: las noches de Navidad y Año Nuevo son largas y están llenas de compromisos familiares, por ende, se va a comer mucho más de lo usual. Por esto, es ideal que realice ejercicio durante el día y el siguiente. La actividad física es indispensable y debe mantenerse, incluso en esta época. Esta rutina se puede acompañar con el método de comer menos en el desayuno y almuerzo si va a consumir una comida grande en la noche. De igual manera, es ideal no tomar alcohol. Si debe hacerlo, es recomendable que consuma tragos secos (whisky, ron, vodka y tequila, entre otros).
3. Sea feliz: es importante dormir bien. Ocho horas de sueño son esenciales, de esta manera el cuerpo descansa y al día siguiente no va a pedir más carbohidratos durante la jornada. Esta actividad tan básica ayuda a ser más felices y, por ende, a disfrutar más las fiestas, asegura el doctor Rosero.
Finalmente, el experto enfatiza en la importancia de no restringirse en esta época, pero sí poner límites para no generar detonantes. “Hemos visto casos en los que pacientes a los que no les prohibimos comidas siguen bajando de peso. Esto ocurre porque no están ansiosos pensando en qué comer o que no, lo que les permite tener auto control con mayor facilidad”, concluye el experto.