LA NUEVA película de Woody Allen, “Rifkin’s Festival”, inaugurará el próximo 18 de septiembre el Festival internacional de cine de San Sebastián, lo que a la vez supondrá su estreno mundial, anunciaron los organizadores del evento.
La cinta, producida por la española Mediapro Studio y también por Gravier Productions y Wildside, fue rodada el verano de 2019 en San Sebastián y otras localidades cercanas.
Tiene mucho de metaliterario, ya que cuenta la historia de un matrimonio estadounidense que acude al Festival de San Sebastián, para quedar enamorado de este y de la ciudad.
Como ya es tradición en las películas del director neoyorquino, no falta el enredo amoroso en esta comedia romántica: ella tiene un affaire con un director de cine francés, y él se enamora de una española residente en la ciudad vasca.
La cinta fue escrita y dirigida por Woody Allen y cuenta en su elenco con los actores españoles Elena Anaya y Sergi López, el francés Louis Garrel, la estadounidense Gina Gershon y el austríaco Christoph Waltz.
La película será proyectada fuera del concurso oficial del Festival, que abre el viernes 18 de septiembre y concluirá el 26 de ese mes.
Pese a los temores generados por el coronavirus, la organización del evento sigue adelante con los preparativos y espera celebrar la cita con una cierta normalidad.
Con esta es la segunda vez que Allen inaugura el Festival de San Sebastián, tras la apertura en 2004 con “Melinda y Melinda”. Aquel año, el Festival le entregó además el premio Donostia en reconocimiento a su carrera, y le dedicó una retrospectiva a su obra.
El estreno tendrá un gran valor para el cineasta, que tras décadas estrenando una película por año, vio parada su carrera en estos últimos, en la estela del movimiento anti-acoso MeToo.
El cineasta de 84 años se vio desprestigiado en Estados Unidos por las acusaciones renovadas de su hija adoptiva, Dylan Farrow, quien dice que Woody Allen abusó sexualmente de ella en 1992, cuando tenía siete años.
El director siempre ha negado tajantemente esas acusaciones, de hecho no fue inculpado ni juzgado en ningún momento.
Pese a ello, el daño a su reputación hizo que no pudiera estrenar en Estados Unidos su anterior cinta, “A Rainy Day in New York”, o en español “Un día de lluvia en Nueva York”, que sí salió en salas en varios países europeos, así como en Argentina y Brasil.